VII Domingo de Pascua, Solemnidad de la Ascensión del Señor, Misa Familiar, 13 de mayo de 2018
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Día
de bendiciones para todos nosotros! Les damos la más cordial bienvenida a
nuestra Eucaristía del VII Domingo de Pascua, en el que celebramos la Ascensión
del Señor.
Jesús
nos enseñó a vivir según la Voluntad del Padre, nos entregó su propia vida y
hasta a su Madre y prometió quedarse siempre con nosotros. Hoy lo veremos
ascender a los cielos para sentarse a la derecha del Padre. Mientras tanto, con
los ojos fijos en nuestro Salvador y el corazón lleno de gratitud por nuestra
Salvación, seamos testimonio vivo aquí y en nuestro cada día.
PENITENCIAL
1.
Nos encanta soñar y hasta llegamos a creer que los sueños se realizan solos. No
nos gusta esforzarnos por lograr metas. ¡Señor,
ten piedad!
2.
Pretendemos solucionar nuestra vida acudiendo a fuerzas y poderes ocultos;
olvidamos que, sobre Jesús, nuestro Señor, no existe poder alguno, que Él es el
soberano. ¡Cristo, ten piedad!
3. Hablamos muchas veces mal de la Iglesia,
olvidando que nosotros somos la Iglesia; que también tenemos que evangelizar,
principalmente con nuestra forma de vivir. ¡Señor, ten piedad! MONICIÓN A LAS LECTURAS
Consumada
nuestra Redención, Jesús vuelve al Padre, a cuya derecha está sentado, como
Señor y Rey de cuanto existe, cabeza de su pueblo santo -la Iglesia. ¡Todo lo
ha colocado el Padre bajo sus pies! Y, bien pendiente de nosotros, nos acompaña
en nuestro camino al Padre.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Jesús
no es una persona cualquiera. Nos enseñó cómo es Él antes de cumplir su Misión
y volver al Padre. Él es el Mediador por excelencia, a quien suplicamos en
nuestras necesidades diciendo: ¡Señor
Jesús, eleva nuestra oración al Padre!
1.
Tú eres fiel, Señor Jesús. Bendice a
la Iglesia y a cada uno de sus ministros -el Papa Francisco; nuestros obispos:
…; a nuestros sacerdotes: …; a nuestro hermano: …; a cada bautizada, a cada
bautizado; para que todos sintamos el gozo de servir a quien nos necesite, de
ser Iglesia. Oremos.
2.
Tú eres el Príncipe de la Paz.
Bendice nuestra historia personal y comunitaria, así como a nuestra nación, con
esa Paz que no es como la que da el mundo. Oremos.
3.
Tú eres Familia Trinitaria, Señor. Bendice nuestros hogares para que
tengamos el valor de cambiar las actitudes que destruyen y empobrecen a cada
integrante. Oremos.
4.
Tú eres el Camino, Señor Jesús.
Bendice nuestros pasos y acompáñanos al tomar decisiones. Oremos.
5.
Tú eres la Verdad, Señor Jesús.
Bendice nuestra voluntad para que seamos auténticos y aprendamos a vivir en tu
Verdad. Oremos.
6.
Tú eres la Vida, oh Jesús. Bendice la
disposición de cada bautizado, de cada niño o joven que recibirá sacramentos de
iniciación cristiana para que vivan a tu estilo. Oremos.
7.
Tú nos enseñas lo bueno que es orar,
Señor Jesús. Concédenos el don de la oración comunitaria y personal para
mover las grandes montañas de nuestros corazones. Oremos.
8.
Jesús, Tú nos enseñaste que existe la
Vida Eterna. Bendice nuestro
recuerdo de quienes ya han pasado de esta vida a la verdadera y dales a todos
ellos el descanso en que creyeron. Oremos.
OFERTORIO
1.
En esta cajita hay muchos papeles donde te hemos escrito,
Señor, algunas necesidades. Te las entregamos para que las lleves al Padre, con
quien ahora estás, Jesús.
2. ¡Nada podemos hacer sin Ti,
Señor Jesús! Sabemos que muy pronto volverás a ofrecerte al Padre por nosotros.
Creemos que tu Espíritu convertirá el
pan y el vino en tu Cuerpo y tu Sangre para nuestra salud. ¡Gracias, Señor
Jesús!
ORACIÓN FINAL
Padre
Bueno, que jamás desatiendes nuestros ruegos, acepta las súplicas y acciones de
gracias que han brotado de nuestros corazones para que, transformados y
fortalecidos por la Fuerza que viene de lo alto, podamos ser testigos creíbles
del amor que Jesús nos enseñó. Amén.
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