II Domingo de Adviento, 10 de diciembre de 2017
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy
buenos días para todas y todos ustedes! Al darles la más cordial bienvenida a
nuestra celebración del II Domingo de Adviento, les queremos entregar una
hermosa palabra: la ESPERANZA. ¿Qué podría hacer alguien si no tiene esperanza?
Sueños, ilusiones y proyectos se desvanecen cuando falta la esperanza; nos
salimos del camino que nos conduce a la meta de llegada y fracasamos.
Y, a
propósito de caminos, hay algunos que debemos enderezar en nuestras vidas,
allanarlos. Podemos comenzar por los que tienen que ver con nuestras propias
familias y aquellos círculos más cercanos a nosotros. ¡Seguro que tu Palabra,
Señor, será guía y Luz en ese, nuestro caminar! Así podremos celebrar el
cumpleaños de Jesús con alegría profunda.
Que
comencemos esta nueva semana vigilantes de nosotros mismos y llenos de
esperanza por la próxima llegada de nuestro Salvador. Rezando, leyendo la
Palabra de Dios, frecuentando los sacramentos y sirviendo a quienes nos rodean,
seguro que lograremos seguir los pasos de María, la Madre del Adviento, para
llegar a Jesús.
PENITENCIAL
1. Al
acercarse la Navidad, preguntémonos: ¿Somos cristianos o simples decoradores de
espacios?, ¿preparamos nuestras vidas al Niño Dios o nos contentamos con ser
acomodadores y utilizadores de las cosas que compramos? Señor, ten piedad (Niños portan un letrero:
Jesús está por nacer)
2. ¡Llega
el Señor! ¿Damos sentido a nuestras vidas sirviendo y consolando al que nos
necesita? ¿Nos importa hacer que los que están tristes puedan sonreír? Cristo, ten piedad (Niños portan un letrero: Junto a Jesús ayudamos)
3. ¡El
Señor se establece en medio de nosotros! ¿A quién adoramos: al Niño que
recordamos en el Pesebre o al viejo bonachón que da regalos? Señor, ten piedad (Niños portan un letrero: Jesús es mi Señor)
CORONA DE ADVIENTO: BENDICIÓN DEL SEGUNDO
CIRIO (Antes de la Oración
Colecta)
Dios
Padre nuestro, que derramas sobre todos tus hijos tu misericordia infinita,
haznos sensibles a la actitud que Tú esperas en nosotros para recibir
adecuadamente a tu Hijo amado, Jesucristo. De manera que, al encender este segundo cirio de la Corona
de Adviento que bendecimos en tu Nombre, renovemos nuestro compromiso de ser
voz para anunciar Su llegada, camino que lleve hacia Él nuestros pasos, instrumento
del gran amor que nos trae el Dios-con-nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.
ENCENDIDO DEL SEGUNDO CIRIO / ORACIÓN DE
ADVIENTO DE LA FAMILIA
(La familia designada enciende el primer y el segundo cirios, mientras el monitor
lee la Oración)
Señor, vivimos tiempos de oscuridad. ¡Ven a
nuestros corazones, a nuestros hogares,
para que podamos llevar tu Luz!
Señor,
vivimos nuestra fe con mucha comodidad. ¡Ayúdanos a esforzarnos para que
nuestras vidas se vuelvan productivas para el Reino de Dios!
Señor, el
mundo cree que Dios no hace falta. ¡Toca nuestros corazones con la dulzura del
Niño de Belén de manera que, cada vez más, escuchemos a Dios Padre y lo
entreguemos a todos! Amén
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Con Isaías, es momento de recibir consuelo para el que
sufre, no importa si esto ocurre a consecuencia de sus propias faltas. La
condición indispensable: hay que enderezar los caminos torcidos. Esto ocurrió
con el pueblo de Dios desterrado. El Señor, siempre fiel, buscará cómo socorrernos.
SALMO.- La misericordia y la fidelidad son dos cualidades
absolutamente atribuibles a Dios. La justicia y la paz, por otra parte, son
frutos de quienes se acogen al amor transformador del Señor. El salmo 84 nos
alienta a colaborar con estas prácticas a nuestra salvación.
SEGUNDA.- De la Segunda Carta de san Pedro escucharemos su
exhortación a vivir de tal manera que, sin importar cuándo ocurra, el día del
Señor nos encuentre en paz y misericordia, en constante camino de conversión.
Pues, ciertamente, Dios es paciente, pero también es justo.
EVANGELIO.- Iniciamos la lectura del Evangelio según san Marcos. Juan, el Bautista, aparece anunciando la
llegada del Mesías prometido. Dios, que nos motiva a hacer su voluntad, quiere
que cambiemos lo que está mal y que centremos nuestra esperanza y nuestra vida
solo en el Señor, como lo hizo Juan.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Jesús es el Camino. Que la Iglesia nos
enseñe y guíe para hacer el recorrido de nuestras vidas sin desviarnos, atrayendo
a todos al Señor, con ternura. Roguemos
al Señor.
2. Jesús es la Palabra de Dios. Que las
palabras que salgan de nuestros labios edifiquen, corrijan y proclamen la
grandeza del Dios Uno y Trino, según las posibilidades y necesidades de este
milenio. Roguemos al Señor.
3. Jesús es el que sirve. Que dejemos las
actitudes cómodas y nos constituyamos en servidores por amor a Dios y a quienes
comparten nuestras historias personales. Roguemos
al Señor.
4. Navidad es tiempo de esperanza. Que se
renueve nuestra esperanza ante el misterio del Dios que se hace pequeño para
salvarnos. Que gocemos de las pequeñas cosas y momentos para que, así, pueda
ser transformado lo grande, lo permanente.
Roguemos al Señor.
5. Navidad es tiempo de cambios. Que nos
decidamos a dejar atrás todo lo que nos daña a nosotros y a quienes nos rodean.
Que asumamos hábitos cristianos que nos permitan conocer y amar más a Dios y al
prójimo. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Señor,
te entregamos nuestra voluntad de proclamar ante el mundo que la Navidad es la
Fiesta de la Natividad de Jesús, a quien hemos de adorar. Este megáfono indique la fuerza y el empeño
que tenemos que ponerle a nuestra tarea.
2. Queremos unirnos a san Juan Bautista. Como
no tenemos su fotografía, lo representamos con esta vara. Con él anunciaremos la grande obra que Tú, Señor, viniste y
vienes nuevamente a hacer en este mundo que tanto te necesita.
3. Ésta
es la Ofrenda por excelencia: el pan y
el vino. Uniéndose a tu entrega personal de salvación, Señor, te entregamos
nuestras situaciones personales, familiares, laborales y comunitarias. Gracias
por tanta paciencia y misericordia que has tenido y seguirás teniendo para con
todos nosotros.
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