III Domingo de Cuaresma, 19 de marzo de 2017
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanos y hermanas! Seamos
bienvenidos a la Casa del Señor. Hemos llegado al III Domingo de Cuaresma,
cuando Jesús se manifiesta como Agua Viva, vivificante y vivificadora, para
toda persona que la quiera recibir. La da para todos por igual, sin calificar a
nadie, porque Él nos acepta tal cual somos. El Señor requiere, sin embargo, que
deseemos recibirla y que la busquemos en el Único que nos la puede dar; el que
se aproxima para entregarse plenamente y liberar; no pide pruebas, ni
condiciona: respeta y ama sin medida. Hablamos de Jesús.
PENITENCIAL
1. Porque culpamos a Dios de todo lo que nos ocurre,
en lugar de decirle que lo necesitamos. ¡Señor,
ten piedad!
2. Porque esperamos hacer el bien solamente a
quienes creemos merecedores y no siempre a quienes sabemos necesitados. ¡Cristo, ten piedad!
3. Porque olvidamos hablar con Jesús de
nuestros problemas, quien siempre viene en nuestro auxilio. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.-
Todo
ser viviente necesita agua; por lo tanto, agua y vida están plenamente
asociados. Moisés intervendrá para que Dios le dé agua al Pueblo que él estaba
guiando. Dios responde generoso. Siempre lo hace. Él es la fuente de agua vivificante
y vivificadora.
SALMO.- El
elocuente salmo 94 nos lleva a alabar, bendecir y adorar a Aquél que es nuestro
Creador y Salvador y que siempre cumple sus promesas. Poderoso, con el Señor hemos
pactado una Alianza y le hemos de obedecer; Él quiere que hagamos dóciles
nuestros corazones para poder escuchar su voz.
SEGUNDA.- El
Espíritu de Dios se nos ha dado por medio del sacrificio de Cristo en la Cruz. Invalidado
por el pecado, Dios mismo sale adelante por nosotros y derrama su amor
liberador. Sin pedir nada a cambio. Este misterio lo refiere San Pablo, en su Carta
a los Romanos. Reavivemos nuestra fe, llenos de esperanza por tanto amor
derramado, cual corrientes de agua viva.
EVANGELIO.- Encontraremos
en el texto evangélico de hoy otra clara alusión a Jesús como Agua Viva, capaz
de calmar definitivamente toda sed. San Juan da muchos detalles sobre la
conversación que ocurrió entre Jesús y una mujer samaritana, quien toda su vida
había tenido sed. Su novedad se difunde y muchos creen y ansían beber de esa
Agua.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Así como todo amigo está dispuesto a
escucharnos cuando hay inquietudes, proyectos o problemas, la Iglesia como tal
y cada cristiano consciente de su bautismo sepan hacerse cercanos a quien los
necesite. Oremos.
2.
Supliquemos al Señor por nuestros gobernantes
para que, cercanos a su pueblo, se preocupen y ocupen de la sed que estos
tienen. Oremos.
3.
Pagamos dinero por ser orientados en nuestras
dificultades y nos olvidamos de recurrir a la Palabra de Dios, a la Eucaristía
y a la oración para calmar nuestra preocupación, nuestra sed, nuestro
sufrimiento. Para que aprendamos a encontrarte, Señor. Oremos.
4.
Nuestras sociedades sufren sed de justicia, de
paz, de amor que se entregue, de comprensión, respeto e igualdad real. Que nos
acerquemos a Ti, Señor, y seamos saciados. Oremos.
5.
Además de esas necesidades, muchos sufren
hambre y están cerca de nosotros. Para que aprendamos a acercarnos y ayudarlos
como seres dignos que son. Oremos.
6.
Muchas personas nos ofrecen técnicas y actividades
que nos llenan de paz, armonía y equilibrio. Para que busquemos saciarnos solo con
tu Agua sanadora y vivificadora que pacifica, armoniza y equilibra. Oremos.
7.
Todo cristiano espera ver el Rostro del Dios de
la gloria en el día eterno. Que los difuntos de nuestra historia lo hayan
logrado. Oremos.
OFERTORIO
Queremos darte culto en espíritu y verdad y
saciar nuestra hambre y nuestra sed con tu Cuerpo y Sangre. Presentamos el pan y el vino, en los que sabemos
que Tú vendrás a nosotros para restablecernos. Creemos en este memorial y te
damos gracias.
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