IV Domingo Ordinario, Misa Familiar, 2 de febrero de 2020

MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días!
En medio del gozo por encontrarnos con el Señor
Jesús, quien nos ha invitado a su Banquete Eucarístico de este IV Domingo
Ordinario, os invitamos a sentiros bienaventurados a pesar de las muchas
situaciones difíciles que podamos estar atravesando. Porque Dios está cerca de
los que nada valioso tienen, pero encuentran en Él su refugio, ya que saben que
están en el corazón de Dios y se
confían a su misericordia.
PENITENCIAL
1. Porque
confiamos nuestras vidas a los adivinos y curanderos, pero desconocemos la
Palabra de vida de Dios. ¡Señor, ten
piedad! (¡Quiero confiar siempre en Ti, Señor!)
2. Porque
creemos que nuestra seguridad y éxito dependen de cuánto dinero y poder
tengamos. ¡Cristo, ten piedad! (¡Quiero
tener solo lo que necesito!)
3. Porque
no recurrimos a Dios en el dolor pues, en realidad, no creemos que Él pueda hacer
algo o valga la pena su Palabra y acción. ¡Señor,
ten piedad! (Ante Ti, mi vida, Señor. ¡Actúa en
libertad!)
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
El mundo ofrece riquezas, conocimiento, poder y
mucho más, dando sensación errada de no necesitar a Dios. En cambio, el Señor
nos ofrece acompañar a quienes se saben pequeños y necesitados de Él para hacer
que toda tribulación se supere en el gozo de su amor. Por eso le alabamos y
agradecemos.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Siempre habrá pobres y necesitados en el
mundo y la Iglesia ha de deberse a ellos. Oremos para que lo haga con
valentía y decisión. Oremos.
2. La vida nos supone luchas y dificultades.
Para que nos acojamos a la misericordiosa protección divina, entregándolo y
esperándolo todo de Él. Oremos.
3. Muchos gobernantes no han sabido gobernar
favoreciendo legislaciones justas y equitativas. Para que se decidan a ayudar
a los pobres a superarse personal, económica y socialmente. Oremos.
4. Dios siempre fija su mirada
misericordiosa sobre los pobres e indefensos. Para que las instancias
eclesiales de ayuda a los necesitados lo hagan con amor y respeto. Oremos.
5. Hay gente que ha decidido hacer el bien.
Oremos por nuestros benefactores y por quienes se esfuerzan por ser auténticos
según la Palabra de Dios. Oremos.
6. Por los insultados, perseguidos, calumniados
o maltratados de cualquier modo por causa de Cristo. Para que resistan y
reciban tu premio, Señor. Oremos.
7. Muchos difuntos necesitan nuestras
oraciones. Encomendamos a Dios a todos los difuntos. Oremos.
OFERTORIO
Señor, queremos ser de tus pobres. Hoy
renunciamos a llenar nuestras manos de los honores y compromisos del mundo y
aceptamos tu Cruz para vivir nuestras cruces personales. (Pasa
un niño con sus padres; aquel, muestra al sacerdote sus manos vacías; este lo
bendice y coloca sobre sus manos la Cruz que llevan los padres.)
Quisiéramos ser plenamente felices, pero
entendemos que habrá siempre momentos difíciles. Los ponemos ante tu altar
desde ya, para comprometernos a acudir a Ti, a nadie más, tanto en la alegría
como en el dolor. (Una familia presenta el cartel de las
Bienaventuranzas).
Entregamos la ofrenda excelente del pan y el
vino, donde te manifestarás como nuestra Bienaventuranza, entregándotenos
bajo estas especies, por la misteriosa obediencia sacerdotal, según tu
voluntad. ¡Gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor, que siempre estás a favor nuestro y,
así, nos proteges y defiendes porque eres misericordioso, recibe nuestra
gratitud ante tanto amor tuyo. Que tu ejemplo nos impulse a imitarte. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario