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Mostrando las entradas de enero, 2015

Normas del buen lector de la Palabra de Dios

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Si estás en disposición de leer la Palabra de Dios cuando vas a la Eucaristía o a una celebración litúrgica, debes considerar algunos aspectos significativos. Al proclamar la Palabra de Dios se está prestando un muy particular servicio a la Iglesia. Además de ejercerlo con humildad, hay que tener presentes ciertas consideraciones para mantener la fidelidad a lo que quiso expresar el autor sagrado. En realidad,   el lector de la Palabra de Dios es, más que eso, un proclamador . Esto no implica declamar o recitar -cual si fuera poesía, pues a cada lectura corresponde una entonación propia. Lo que sí debe quedar claro es que el lector tiene la importante función de comunicar lo que Dios –a lo largo de Su manifestación pública a la humanidad- ha querido anunciarnos. Una pobre lectura puede arrancar a la asamblea (Pueblo de Dios reunido) el sentido y el contenido de lo que expresó el autor sagrado. Por tanto, el lector o la lectora tienen un gran compromiso al ejercer este ser

IV Domingo del Tiempo Ordinario, 1 de febrero de 2015

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MONICIÓN DE ENTRADA ¡Muy buenos días tengamos todas y todos! Sintámonos bienvenidos a esta Eucaristía donde el Señor, una vez más, nos sigue sorprendiendo con su Palabra, con su Presencia y –sobre todo- por la autoridad con que enseñaba. Es que nadie como Él interpretó y anunció la Palabra de Dios; Jesús habló con tanta autoridad porque creía lo que hacía y, además,   sabía por qué lo hacía. Observaremos que estamos equivocados con respecto al Señor Jesús, pues creemos que Él tenía el poder de sanar y liberar a las personas. En efecto, el Señor Jesús tiene el poder de hacerlo, ¡y lo hace! Él sigue interviniendo en nuestras vidas con poder cuando se lo permitimos , pues somos libres de hacerlo o no. Por medio de Él podemos encontrar la paz y la felicidad que buscamos, a pesar de todas las dificultades que encontramos cada día. Jesús, el Señor, está con nosotros y sigue amándonos con locura de Cruz. Sólo así podremos llevar Su mensaje de amor y de vida a quienes encontremos.

Visita del Nuncio Apostólico en la celebración del 30° aniversario de la visita de San Juan Pablo II a Mérida

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Con la finalidad de celebrar el trigésimo aniversario de la visita de San Juan Pablo II a la ciudad de Mérida -ocurrida en enero de 1985- la Arquidiócesis de Mérida recibió a Monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico del papa Francisco en Venezuela, dentro de una serie de actividades conmemorativas. Como todos saben, el día 28 de enero se celebró en la ciudad de Mérida una Eucaristía solemne, en la Parroquia Universitaria ‘Jesús Maestro’, para rememorar la Misa que ofreciera el Santo Papa en ese mismo lugar. Por supuesto, la Misa fue presidida por el Nuncio Apostólico y -al igual que entonces- concelebrada por los obispos y sacerdotes de Mérida. Quisiera destacar lo que llamó la atención de muchos: el enviado del Papa, Monseñor Aldo, visitaría varias aldeas de Mérida y compartiría con la feligresía. En medio de tantas parroquias y comunidades de gran presencia católica, Monseñor se dedicó a las pequeñas comunidades -como la nuestra- que han visto en su visita la presencia de un ho