El Bautismo del Señor, 12 de enero de 2020

MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Bendito Día del Señor, hermanos y amigos!
Bienvenidos, una vez más, a nuestro encuentro eucarístico de cada semana.
Si recordamos, Juan practicaba un bautismo para
el arrepentimiento y la conversión de los pecadores. A este acudió también
Jesús y pidió a Juan recibir ese bautismo, que no es como el nuestro.
Hoy celebramos, pues, el Bautismo de Jesús en
el Río Jordán, donde Dios lo presenta como a su preferido, su amado. De esta
humilde manera, sin fiestas ni anuncios pomposos, Jesús comienza su misión.
También nosotros pertenecemos a su gran familia
-que es la Iglesia- desde el día de nuestro bautismo. Como hizo con el Señor, nuestro
Padre Dios nos ayuda y nos anima por la fuerza de su Espíritu Santo. Y, porque
hemos sido llenos de Dios, hemos de comenzar la misión de cumplir Su voluntad.
PENITENCIAL
a) Nuestro comportamiento no se parece al de
Jesucristo, a quien seguimos y deberíamos imitar desde el bautismo. ¡Señor, ten piedad!
b) Muchas veces hacemos el bien, pero mirando y
escogiendo a quién hacérselo. ¡Cristo,
ten piedad!
c) Con frecuencia ignoramos y dejamos de lado
la Voluntad de Dios para nosotros.
¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
A LAS LECTURAS
PRIMERA.- El
Profeta Isaías, en la primera lectura, nos describe cómo será el Mesías, todo suavidad
y firmeza. “El pábilo vacilante no lo apagará” porque será la Luz sin ocaso.
Isaías hace aquí una hermosa descripción de Jesucristo, quien será nuestro
liberador y quien dará luz a nuestros ojos.
SALMO.- El
Salmo 28 refleja la admiración del pueblo de Dios ante el Supremo Hacedor, que reina
sobre la tormenta. Así, también, en nuestras tormentas personales ha de demostrarse
el poderío de Dios, quien es nuestra seguridad.
SEGUNDA.- Dios
nos acepta a todos, sin distinciones. La segunda lectura proviene del capítulo
10 de los Hechos de los Apóstoles. Pedro se refiere al papel de nuestro
Salvador quien, habiendo sido bautizado por Juan, “pasó haciendo el bien y
curando a los oprimidos”.
EVANGELIO.- San
Mateo nos explica cómo fue que Jesús se bautizó, junto a sus hermanos, junto a
todo el pueblo. Simplemente, Jesús se coloca en la fila para que Juan lo
bautice, como a uno cualquiera... Se encuentran los salvados con su Salvador, y
Dios Padre habla a favor de su Ungido. Se inauguraba el tiempo de nuestra
salvación.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Para que el Señor, en la Iglesia y con la
Iglesia, nos haga sentirnos más hijos suyos, donde todos importamos
y somos necesarios. Oremos.
2.
Actuamos como miembros de un club, que
visitamos pero que no tiene nada que ver con nuestra vida diaria.
Queremos que nos ayudes a ser cristianos de tiempo completo. Oremos.
3.
Las heridas que sufrimos nos llevan a
sentir que no valemos. Hoy suplicamos a Dios que restablezca
nuestra autoestima. Oremos.
4.
Ser cristiano implica seguir a Jesús,
viviendo a su estilo. Rogamos por los gobernantes cristianos para
que recuerden que ellos también deben hacerlo. Oremos.
5.
Muchos padres hemos olvidado que la fe se
transmite en el hogar, hablando de Jesús y dando testimonio de su vida
cristiana. Ayúdanos, Señor, a vivir nuestro bautismo sin vergüenza y
con alegría. Oremos.
6.
Señor, queremos presentarte nuestra
voluntad de interceder y ayudar a todos: los tristes, solitarios,
enfermos, pobres, los que no tienen libertad, vivienda, medicinas, para que les
des lo que necesitan. Oremos.
7. Recordamos
a nuestros difuntos; al hacerlo, perdonamos sus faltas y pedimos
perdón por el mal que les hayamos hecho. ¡Que descansen en tu paz, Señor! Oremos.
OFERTORIO
El pan
y el vino constituyen manifestación de nuestra decisión de alimentar
nuestra vida cristiana con la Eucaristía, la oración y la caridad. Sabemos que
en estas especies Tú, Señor, te harás presente.
ORACIÓN
FINAL
Padre Bueno, que nos llamaste a la vida de los
hijos de Dios por nuestro Bautismo, concédenos ser testigos fieles de tu amor y
mensajeros de Jesucristo en el ejemplo. Amén.
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