XVII Domingo Ordinario, 28 de julio de 2019


MONICIÓN DE ENTRADA
¡Deseamos a todos un día lleno de bendiciones! Sintámonos bienvenidos, en este Día del Señor a la Eucaristía del Domingo XVII Ordinario.
Muchas veces nos habremos preguntado si nuestra oración sirve de algo. De no ser afirmativa nuestra respuesta, podríamos cambiar la pregunta: ¿Cómo anda nuestra amistad con Dios? Porque la oración es encuentro de amigos; en este caso, de Uno -lleno de Misericordia y poder- con otro –nosotros-, necesitados y limitados. De ahí que al comunicarnos con el Señor se restablezca el equilibrio –para nosotros y para otros- y lleguemos a descubrir que no estamos solos, pues tenemos un Padre –el más excelente de todos- y que somos hermanos en el Hijo Primogénito, Jesús, quien nos ha enseñado a orar.
¡Por eso, alegrémonos y demos gracias a Dios!

PENITENCIAL
a) Porque olvidamos nuestro papel de intercesores ante las necesidades de nuestro prójimo. ¡Señor, ten piedad!
b) Porque tomamos el bautismo como un hecho social –que no de fe-, lo vaciamos de contenido y lo llenamos de ‘ritos complementarios’ para no asumir los compromisos que este conlleva. ¡Cristo, ten piedad!
c) Porque nos empeñamos en buscar y pedir bienes materiales, pero descuidamos los que tienen que ver con nuestra eternidad. ¡Señor, ten piedad!

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- La justicia divina no afecta a inocentes por culpables, según lo descubre Abraham, gran amigo de Dios, al conversar con Él en total confianza y familiaridad sobre la decisión que Éste había tomado de exterminar las ciudades de Sodoma y Gomorra, perdidas en graves pecados. Es muy curioso el relato del Génesis, pues Abraham se atreve a ‘negociar’ con Dios. SALMO.- El pueblo judío confía plenamente en la fidelidad y la misericordia divinas, constantemente manifestadas al atender a sus clamores. El Salmo 137 constituye una sentida acción de gracias del pueblo judío al Señor, bueno y poderoso.
SEGUNDA.- San Pablo, en su Carta a los Colosenses, les recuerda a estos fieles –así como a nosotros hoy- que no hemos sido incorporados a la Iglesia mediante un simple rito exterior sino que, por el bautismo, hemos sido asociados a la renovación del mundo realizada por Jesús mediante su muerte y resurrección.
EVANGELIO.- Jesús va camino a Jerusalén, según lo relata san Lucas. Los discípulos quieren una forma de orar como la de Jesús –que les impresiona- y le piden que los enseñe. Desde su propia vivencia, Jesús les enseña que Dios es Padre, siempre atento a lo que sus hijos requieren. ¿Qué pedir al Padre? Todo lo necesario para mantenernos en el proyecto de su Reino. 

ORACIÓN DE LOS FIELES
1.  Nos cuesta aceptar lo desconocido; por eso, muchas veces no comprendemos que una oración confiada puede marcar la diferencia en cualquier situación. Por tanto, oremos por quienes formamos la Iglesia para que, mediante la oración personal y comunitaria, experimentemos la amistad de Dios. Oremos.
2.  Con frecuencia los títulos y los grandes compromisos nos alejen del ideal y del sentido de nuestro servicio. Encomendemos a todos los consagrados al servicio de la Iglesia para que recuerden siempre que son ellos los primeros encargados de interceder por las personas y mostrarnos que Dios es Amigo. Oremos.
3.  Hablemos al Señor de quienes necesitan de su presencia, particularmente de los gobernantes y ciudadanos de nuestro país y del mundo entero. Para que mire sus buenas intenciones, deseche sus errores y les dé un corazón de servicio y sacrificio. Oremos.
4.  Hay personas sufriendo, aisladas o incomprendidas en nuestras familias. Roguemos a Dios para que se haga manifiesto entre nosotros el bautismo transformador que todos recibimos, de manera que el amor que damos haga notoria nuestra condición de bautizados. Oremos.
5.  El enfermo sufre grandemente, bien sea en su cuerpo, mente o espíritu. Hagamos presente al Señor a estos hermanos para que, aceptando su condición, puedan descubrir su fortaleza en la oración personal y familiar.   Oremos, además, por quienes cuidan de ellos. Oremos.
6.  Muchas personas están privadas de su libertad física. Otras, de su libertad espiritual. Señor, Tú puedes transformar estas realidades. Por eso te suplicamos por todas ellas para que tu Presencia misericordiosa les proteja y ayude a salir con bien de esas situaciones. Oremos.
7.  Creemos que, pasada la presente vida, recibiremos la recompensa que Jesús obtuvo con su sacrificio en la Cruz para cada uno de nosotros. Por eso suplicamos tu Misericordia, Señor, para todos los difuntos. Oremos.

OFERTORIO
Queremos entregar al Señor nuestra disposición de ser amigas y amigos suyos porque sabemos que el Santo Rosario es una forma hermosa de conmover los corazones y acercarnos a nuestros grandes Amigos, Jesús y María. (Rosario colocado sobre un corazón)
Nuestra acción de gracias por tu amistad, Señor, encuentra su más poderosa expresión en estas ofrendas del pan y el vino, con las que intercedemos por el mundo entero.

ORACIÓN FINAL
Lo más valioso que podemos tener es nuestra amistad contigo, Señor. Que cada día nuestra manera de vivir ponga de manifiesto cuán importante es esa amistad para nosotros. Amén.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL CUMPLEAÑOS 80 DE MARÍA NINFA NAVA DE PARRA

Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen 16 de Julio de 2015

Misa de Grado, XXXII Promoción Bachilleres en Ciencias, C.C.B. 'Haydee Cárdenas', 20 de julio de 2016