Solemnidad de Pentecostés, Misa Familiar, 9 de junio de 2019

MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanas y
hermanos! Sean bienvenidos a nuestra
celebración eucarística de este Domingo de Pentecostés.
‘Jesús cumple la promesa que Él y el Padre nos
habían hecho, la de enviarnos al Defensor, al Protector, al Fortalecedor, al
Espíritu de ambos, Aquel que nos enseñaría cuanto corresponde y nos capacitaría
para ser hijos de un Padre misericordioso, con un nuevo corazón, reunidos en
esa Iglesia que Jesús mismo había estado preparando, y practicando en el amor
de unos a otros, en el amor a Dios. El Sello de Dios ha firmado esa Nueva
Alianza, la Eterna, la nueva Ley de amor, que nos capacitará para enfrentar el
cada día y triunfar en el amor de Dios.
¡Practiquemos
un poco! Cerremos nuestros ojos un momento y pidamos al Señor que sople sobre
nosotros y nos envíe su Espíritu para que recibamos su Paz.(…) (Dramatización/Ambientación)
Dispongámonos,
ahora, puestos de pie y cantando, para iniciar nuestra Fiesta Eucarística.
Recibamos al celebrante y dejémonos transformar por el Espíritu de Dios.
PENITENCIAL
1. Porque nos encerramos en nosotros
mismos y no Te permitimos actuar en nuestras vidas, en nuestras situaciones de
cada día. ¡Señor que nos renuevas, ten piedad!
(Niña/o con las manos atadas. El ES lo libera y puede leer la proclamación)
2. Porque buscamos fuerzas y energías que
nos resuelvan problemas económicos, familiares, laborales o de salud. Nos
olvidamos que Tú estás disponible siempre y que Tú sí quieres nuestra verdadera
felicidad. ¡Cristo que nos capacitas, ten piedad! (Niña/o
buscando ayuda en 3 caras con máscara negra. El Espíritu Santo lo conduce para
que pueda leer la proclamación)
3. Porque no nos asociamos a la alegría de
tu Resurrección y vivimos tristes y malhumorados; porque no transmitimos tu Presencia
gloriosa sino un gran pesar por nuestra existencia. ¡Señor de nuestra alegría,
ten piedad! (Niñas/os
con caras o máscaras triste y disgustada. El Espíritu Santo dibuja en ellos
alegría y paz y pueden leer la proclamación)
MONICIÓN A LAS LECTURAS (Se puede substituir por una segunda dramatización)
La Resurrección de Cristo y su Pentecostés constituyen, ambas, una misma realidad: la glorificación del Señor, nuestro Salvador, el creador de una nueva humanidad con una nueva Alianza, el amor. Para vivir según Cristo nos enseñó, como familia Suya, unificada en Su amor, que experimenta el amor, el perdón y la misericordia con quienes nos rodean, para todo esto y más el Señor Jesús envía Su Espíritu en cumplimiento de la promesa suya y de nuestro Padre Dios. Alabemos la grandeza del Señor y su poder extraordinario e insuperable, y bendigamos a Dios que se nos manifiesta desde el amor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Por la Iglesia, que pregona y anuncia a Cristo muerto y
resucitado. Para que sea un recinto de paz y
de justicia, donde se descubra la Presencia de Jesús. Oremos.
2.
Te encomendamos a quienes consagran sus vidas a Ti, desde
el Papa Francisco hasta los obispos, sacerdotes, religiosos y nosotros, los
laicos.
Que haya abundantes vocaciones auténticas, que sean tenidos por Amigos y
Amigas dondequiera que estén. Que guíen, ayuden y den amor del Tuyo, Señor. Oremos.
3.
Característica singular del Amor de Jesús es su Paz. Que tengamos el valor de ‘cuadrarnos’ a la Paz de Cristo.
Que descubramos que la Paz del Señor supera lo que nos ofrece el mundo como
‘paz’ para vivir. Oremos.
4. Jesús nos dio -y
nos sigue dando- su Espíritu, que permanecerá hasta el final de los tiempos
como ese ‘otro Protector’. Que nos dejemos
iluminar por lel Espíritu de Dios ante todas nuestras situaciones de vida,
especialmente las más duras, que nos trascienden y nos hacen sentir incapaces. Oremos.
5.
Hay muchas personas que conocemos que están sufriendo
enfermedades fuertes o situaciones difíciles, Señor. Envía tu Espíritu sobre ellos para que sus realidades sean
transformadas y reciban de tu Vida misma la capacidad de salir adelante. Oremos.
6.
Te suplicamos, Señor, por quienes enseñan sobre Ti, por los
catequistas, predicadores y formadores de grupos de apostolado; para que atiendas sus necesidades y les instruyas en la
fe. Para que les animes a formarse y vivir según tu Voluntad. Oremos.
7.
Señor, bendice a los niños, niñas y adolescentes que Te han
estado conociendo en algún sacramento en estos días y a quienes lo harán. Pedimos para ellos tu bendición. ¡Que no puedan ya vivir
sin Ti! Oremos.
MONICIONES DEL OFERTORIO
Señor,
queremos presentarte estas ofrendas que son expresión de nuestras vidas, para
que obres prodigios y señales en ellas, transformándonos en Ti mismo:
1.
Como nada hay que
salga de nosotros, Te entregamos, Señor, nuestro deseo de ser luz donde nos encontremos. Que dejemos
actuar tu Espíritu.
(7 cirios)
2.
Por cuanto en Ti ha sido recreada la vida, por cuanto tu
Palabra es creadora, Te entregamos la ‘nueva
lengua’ que queremos hablar: el lenguaje del amor. (Letreros:
Te amo, Te perdono, ¿Para qué me necesitas?
3.
Señor, al entregarte el pan y el vino, deseamos anhelar
tu Alimento al punto que te constituyas en la prioridad de nuestros Domingos,
de nuestra existencia. ¡Señor, te
agradecemos por todo esto!
ORACIÓN
FINAL
Padre de Misericordia, que nos
fortaleces con tu Santo Espíritu, protégenos abundantemente de todo aquello que
nos aparte de Ti y de servir a nuestro prójimo. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario