Solemnidad de la Santísima Trinidad, 16 de junio de 2019
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días,
hermanos y hermanas!
Apenas hace una semana vivíamos la renovación de la Iglesia
con el envío del Espíritu Santo de Dios a nuestros corazones. Hoy nos disponemos
a celebrar y comprender algo más de Dios, quien es Familia Trinitaria: Tres
Personas, iguales en naturaleza y condición; iguales todas en el Amor.
Hoy celebramos, pues, la gran
fiesta de la familia, por cuanto la Iglesia nos presenta esta Solemnidad como
misterio del Dios-Familia,
evidenciado en el Padre-Madre -amor creador y protector-, en el Hijo -tan humano como divino, donación
total al Padre- y en el Espíritu Santo
-amor del Padre y del Hijo que se desborda hasta nosotros. Celebramos, pues, el misterio del Dios-Familia
y del Hombre-Familia, donde ésta es
parte de aquélla, que la nutre y fortalece.
PENITENCIAL
1. Muchas veces actuamos como individuos,
olvidando que Dios mismo es Familia de amor. ¡Señor, ten piedad de nosotros!
2. Creemos que la paz no requiere nuestro
esfuerzo personal, familiar y comunitario. Vemos que otros ‘son violentos’ e
ignoramos nuestras actitudes y respuestas, a veces igualmente cargadas de
violencia. ¡Cristo, ten piedad de
nosotros!
3.
Solemos hacerte ‘Dios a nuestra medida’. Olvidamos aceptarte sin exigir
comprenderte. ¡Señor, ten piedad de
nosotros!
MONICIONES A LAS LECTURAS
PRIMERA: Las expresiones que escucharemos seguidamente contienen hermosas imágenes relativas a la sabiduría de Dios –o, lo que es lo mismo, a su fuerza creadora y vivificadora- y en las cuales se anticipa el gran misterio: en Dios hay tres Personas, comunidad de amor que cuida del ser humano.
SALMO: El Salmo 8 se refiere a la Creación Nueva que se nos ha dado en Jesús, coronado de gloria y dignidad. La Iglesia contempla aquí la gloria y el esplendor del Señor, el Hombre Perfecto, a quien alabamos en su gloriosa Ascensión al Cielo, en su realeza universal, en el esplendor de su Divinidad.
SEGUNDA: Según expresara san Pablo a los Romanos, por Cristo hemos sido justificados; con la bendición del Padre y por la fuerza de su Espíritu, hemos sido vivificados. Por tanto, pacientes y llenos de virtud y esperanza, enfrentemos nuestras situaciones con total confianza.
EVANGELIO: Jesús nos habla con toda claridad de las Tres Divinas Personas: Todo lo del Padre es del Hijo; y es el Espíritu Santo quien nos aclarará lo que no comprendemos. Nuestro Hermano y modelo, Jesús, nos ha revelado al Padre amoroso y nos ha entregado su Espíritu para que podamos actuar en Misericordia.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Cuando ya
se acerca el momento en que Cristo se haga presente en su Cuerpo y en su Sangre
para todas y todos nosotros, les invito a elevar al Señor las intenciones que
hay en nuestros corazones: (Respondemos: GRACIAS, SEÑOR.)
1.
¡Padre Bueno! Queremos agradecerte por la Creación toda,
por cada persona que existe, por todo lo que equilibra la naturaleza a pesar de
nuestros abusos; te agradecemos por los recursos que nos sustentan, por las
capacidades de las personas, por nuestras posibilidades como familia; por el
trabajo y el descanso. Por eso te
decimos, GRACIAS, SEÑOR.
2.
¡Jesús, Hijo del Padre! Queremos agradecerte
por haber fundado tu Iglesia y hacernos parte de ella; por cada ‘Pedro’ que la
ha guiado según tu voluntad; por Francisco y también por Benedicto; por cada
obispo, sacerdote, religioso o religiosa consagrado a su servicio (…); por
nosotros, que somos Iglesia dondequiera que estemos; por nuestras familias,
pequeñas Iglesias domésticas; Por todo eso te decimos, GRACIAS, SEÑOR.
3.
¡Dios Espíritu Santo! Te agradecemos porque
renuevas la vida constantemente; por cada nuevo ser que nace o se va a su
descanso; porque renuevas la fe en nuestros corazones; porque nos impulsas a
hacer el bien; por la vida sacramental que nos sostiene a la espera de la
Patria Eterna. Por todo esto te decimos,
GRACIAS, SEÑOR.
OFERTORIO (Se
puede acompañar de una danza antes de cada ofrenda)
1. Señor, no podemos comprenderte. Intentándolo
muchos se han alejado de Ti. Hoy aceptamos nuestra
incapacidad y disponemos nuestras historias personales para Ti. (Familia de la cual 2 niñas/os portan ‘¿Dios
Trinitario?’ Lo pegan delante del altar e, inmediatamente, cambian esos signos
por los de admiración: ‘¡Dios Trinitario!’)
2. Aunque no podamos comprenderte, Señor,
alcanzamos a entender que eres unidad de vida que da vida. Esto se nos
parece a lo que entendemos que es la Familia. Por eso, en esta Familia todas se hacen presentes, para
constituirse en alabanza al misterio de amor que -tanto en Ti como en ellas-
vive y da vida. (Familia
donde uno de sus miembros lleva un alimento para compartir y un corazón para
simbolizarla)
3. Por Voluntad del Padre, Jesús, nos salvaste
muriendo en la Cruz. No contento con eso nos envías tu Espíritu, por el cual
fluye la vida sacramental. Te agradecemos, Señor, por el pan y el vino que muy pronto serán tu Cuerpo y tu Sangre para
nuestra salud. (Familia
portando el pan y el vino).
ORACIÓN FINAL
Queremos,
Padre, terminar confesando que creemos que eres Trinidad Santa de amor, una e
indivisa, donde se manifiesta la majestad del amor del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
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