V Domingo del Tiempo Ordinario, 10 de febrero de 2019
MONICIÓN DE
ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanos! Seamos todos
bienvenidos a nuestro encuentro familiar y comunitario con Jesús, quien nos ha
invitado para celebrar la Eucaristía del V Domingo del Tiempo Ordinario.
Hoy nos encontraremos con una realidad muy
importante: cada persona es llamada por Dios para una misión; y ese llamado va
acompañado de un envío. Por el bautismo nos hemos convertido en emisarios de
Dios. Vivamos la instrumentalidad de nuestra misión y agradezcámosle, por
cuanto es la Gracia divina la que ha de actuar y nos permitirá llevarla a cabo.
¡Seamos pescadores de hombres!
PENITENCIAL
1. Porque preferimos dejar de lado Tu llamada,
permanecer tranquilos, no ocuparnos. ¡Señor,
ten piedad!
2. Porque nos consideramos protagonistas, en
lugar de instrumentos del amor de Dios. ¡Cristo,
ten piedad!
3. Porque nos dejamos encandilar por cualquier
personaje famoso, despreciando a la Persona de Cristo, que murió por salvarnos.
¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Se
origina en un llamado de Dios la misión de todo profeta, quien ha de
responderle. Escucharemos cómo fue llamado Isaías y -como él- respondamos al
Señor que también nos llama: : ¡Aquí estoy, Señor. Envíame!
SALMO.- La grandeza de Dios
se manifiesta sin aplastarnos, con amor inmenso. El Salmo 137 proclama Su trascendencia
ante nosotros, humildes y pequeños; por eso brota nuestra alabanza y gratitud
hacia Él como respuesta a Su amor, que nos rescata y enaltece, nos da seguridad
y nos impulsa a las buenas acciones.
SEGUNDA.- En la 1Carta
a los Corintios, descubrimos a san Pablo
como un excelente ejemplo para nosotros, que hemos sido constituidos mensajeros de la Palabra por el bautismo.
Habiendo desconocido inicialmente esta Palabra, Pablo se dejó transformar por
la gracia de Dios y transmitió fielmente -con palabras
y hechos- el mensaje recibido.
EVANGELIO.- La
Persona de Jesús nos seduce, pero nos sabemos incapaces de llevar adelante Su
proyecto de amor y vida. Sin embargo, hemos de entender que es Su Gracia la que
actuará en nosotros para hacernos, también, pescadores de hombres en este
siglo, entre los nuestros o en otros lugares.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
1.
Oramos por
la Iglesia, por el Papa y cada consagrado; por todos los laicos. Haz que
podamos encontrarnos con las realidades de este mundo, llevar la Buena Nueva de
Cristo y servir a quien nos necesite. Roguemos
al Señor.
2.
Oramos por
quienes dirigen y gobiernan a las naciones. Para que puedan
descubrir la dignidad de aquellos a quienes gobiernan, se conviertan en
promotores de la justicia y descubran su compromiso personal de servicio. Roguemos al Señor.
3.
Oramos por
los que sufren en su alma, mente o cuerpo, o por los que, simplemente,
son diferentes, carecen de una vivienda o trabajo dignos o son maltratados por
su condición de vida. Por los que viven en soledad y sin esperanza. Roguemos al Señor.
4.
Oramos por
quienes atienden enfermos o personas en condición de dolor para que Te
descubran y Te amen, Señor, en cada uno de ellos;
que puedan llevarlos a tu amor mediante tu Palabra hecha caridad. Roguemos al Señor.
5.
Por quienes
se prestan al servicio de Dios y de la Iglesia, para que aprendan a
llevarle a donde vayan, llenos de esperanza creciente, fe y amor transformador.
Roguemos al Señor.
6.
Por quienes se
preparan para hacer su Primera Confesión o Comunión. Por quienes prosiguen en
la Comunión de Perseverancia o la Confirmación. Por sus familias. Para que
descubramos cómo cada sacramento sana y restablece nuestra condición de
‘personas’ e ‘hijos de Dios’. Roguemos
al Señor.
7.
Por todos
los difuntos, para que reciban según la fe de la Iglesia. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
(Un
matrimonio porta el Cáliz y las Vinajeras, como única ofrenda física. Al llegar
a la ofrenda ‘no visible’ (…) se detienen y continúan caminando hasta el altar
cuando el monitor reanude la lectura.
¡Qué dicha, Señor, si fuéramos conscientes de
Tu Presencia entre nosotros y nos atreviéramos a contarte nuestras cosas! ¡Qué
dicha si nos atreviéramos a contarte sobre las personas que sabemos que Te
necesitan, porque seguro que vendrías con nosotros a verlos! ¡Qué dicha cuando
descubrimos que el pan y el vino que
portamos hasta el altar se convertirán dentro de poco en Ti mismo! ¡Es que Tú
estás en medio de nosotros, Señor! Es por eso que Te entregamos todo lo que somos, nuestros sueños,
necesidades, capacidades, limitaciones, nuestra fe, (…,) pues sabemos que ‘una sola Palabra Tuya
bastará’ para sanarnos y nos enviarás para transformarlo todo. ¡Recíbenos,
Señor!
ACCIÓN DE
GRACIAS
Señor, Te damos gracias por el valor que nos
das para confiar en Ti y esperarlo todo de tu misericordia. Gracias, porque nos
llamas y envías en tu Nombre. Gracias, porque es tu Gracia la que actuará a través
de cada uno de nosotros. Gracias, porque estás en medio de nosotros para
nuestro bien. ¡Bendito seas por siempre, Señor!
Comentarios
Publicar un comentario