III Domingo Ordinario, Misa Familiar, 27 de enero de 2019
¡Muy buenos días! Reciban nuestra más cordial bienvenida a
la celebración del día del Señor, el Domingo.
Por supuesto, esta Eucaristía debe
hacernos vivir mejor nuestra fe. Para ello hemos de esperar y recibir la
Palabra de Dios con corazón humilde, dejándonos guiar y modelar, para que
podamos actuar según la necesidad del Cuerpo de Cristo, que es su Iglesia, y
llevar –con nuestras actitudes, con el ejemplo- esa Palabra recibida a todos
los ambientes de nuestras vidas.
ACTO PENITENCIAL
1. Porque no buscamos leer tu Palabra,
Señor, ni le prestamos atención cuando se la proclama en las misas. ¡Señor, ten piedad! (Se escucha: ‘Los abuelos son los que leen la Biblia.’)
2. Nos han enseñado que somos el cuerpo
de la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. Pero no nos gusta que Él piense o
intervenga en las decisiones de ese, su cuerpo. Cristo ten piedad (Se
escucha: ‘¿Y qué si Dios no quiere?’)
3. Nos admiramos por la sabiduría de la
Palabra de Dios, pero no nos disponemos a hacerla viva en nuestro cada día. Cristo ten piedad (Se escucha: ‘Jesús hacía eso porque era Dios; yo no.
Así que, ¡olvídate!’)
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
(Un adulto lleva en procesión la
Palabra, se la entrega solemnemente al monitor, quien la llevará y colocará
sobre el ambón)
Cada
Domingo, al escuchar la Palabra de Dios -Buena Noticia- nuestros corazones
pueden alegrarse y alabar, como ocurrió con el Pueblo de Dios en tiempos de
Nehemías. Por cuanto somos la Iglesia -que es cuerpo de Cristo, guiada por Él, que es la cabeza- estamos llamados
a vivir la unción bautismal cada día, de manera que se nos note qué cuerpo
formamos con el Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1) Por la Iglesia. Para que sea obediente
-como cuerpo que es- a las inspiraciones que Jesucristo –cabeza suya- le
presenta. Oremos.
2) Por los dirigentes del mundo. Para que promuevan
la unidad, el respeto a las personas, la convivencia fraterna y el desarrollo
de condiciones de vida en dignidad para todos. Oremos.
3) Por todos nosotros. Para que recordemos
poner por obra la ‘teoría’ del amor verdadero que se nos enseña en la Palabra
de Dios. Oremos.
4) Por todos los cristianos. Para que,
orando insistentemente, podamos cambiar nuestros corazones y practicar, cada
día, el Mandamiento del Amor que Jesús nos enseñó. Oremos.
5) Por quienes son víctimas de la violencia y
quienes les rodean. Para que opongamos paz y amor a tales prácticas y
cambiemos tanto sufrimiento inútil por construir un mundo más fraterno. Oremos.
6) Por los padres de familia, para que
comprendan la importancia de dar a sus hijos una fe que se vive cada día. Para
que entendamos que Dios es el mejor invitado que podamos recibir en nuestros
hogares. Oremos.
7) Por quienes están en proceso de catequesis.
Para que sean enriquecidas sus vidas y se obtengan frutos de felicidad duradera
en Cristo Jesús. Oremos.
8) Oremos por los difuntos, para que reciban
la recompensa a sus obras de amor y el perdón para sus errores. Que nuestras
oraciones les ayuden. Oremos.
OFERTORIO
1)
Te entregamos nuestros sentidos,
nuestros pensamientos, nuestros horarios y nuestras adicciones, para que sean llenos de Ti
y nos ayuden a frecuentar tu Palabra y hacerla parte de nuestro cada día. (Pasan 5 niños
haciendo gestos: 2/ sentidos, vista y oídos; 1/pensamiento; 1/ reloj;
1/celular. Todos se postran ante el altar, en gesto de entrega.)
2) Los muñecos representan a las personas.
Tienen un cuerpo y una cabeza. Al ofrendarlos queremos aceptar el planteamiento
de san Pablo sobre la Iglesia, reconocernos cuerpo místico de Cristo, quien es
nuestra cabeza, y ofrecer nuestra disposición a formarnos y servirte como
miembros de tu Iglesia, Señor.
c)
Entregamos el pan y el vino, que se
convertirán en el alimento que nos fortalece. En ellos presentamos, además,
nuestras vidas, para construir la Iglesia de Jesús.
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