Domingo II de Adviento, Misa Familiar, 9 de diciembre de 2018
MONICIÓN DE ENTRADA

Dispongamos,
pues, nuestros corazones en apertura y hospitalidad a Dios y a las personas que
puedan necesitarnos, seguros de los muchos beneficios que el Señor nos
concederá.
Se aproximan 4 niños portando 2 pancartas: ¡Ven pronto, Señor, Salvador
nuestro! ¡Maran atha: Ven, Señor Jesús!
CORONA DE ADVIENTO: BENDICIÓN DEL SEGUNDO CIRIO
(El sacerdote bendice el segundo
cirio y los signos que se presentan)
Dios Padre nuestro, que derramas
sobre todos tus hijos tu misericordia infinita, haznos sensibles a la actitud
que Tú esperas en nosotros para recibir adecuadamente a tu Hijo amado,
Jesucristo. De manera que, al encender este segundo cirio de la Corona de
Adviento que bendecimos en tu Nombre, renovemos nuestro compromiso de ser voz
para anunciar Su llegada, camino que lleve hacia Él nuestros pasos, e
instrumento del gran amor que nos trae el Dios-con-nosotros. Por Jesucristo
nuestro Señor.
ENCENDIDO DEL SEGUNDO CIRIO / ORACIÓN DE ADVIENTO DE
LA FAMILIA
(La familia designada de encender el segundo cirio
camina lentamente hacia el lugar de la Corona)
Señor, vivimos tiempos de
oscuridad. ¡Ven a nuestros corazones, a nuestros hogares, para que podamos
llevar tu Luz!
Señor, vivimos nuestra fe con mucha
comodidad. ¡Ayúdanos a esforzarnos para que nuestras vidas se vuelvan
productivas para el Reino de Dios!
Señor, el mundo cree que Dios no
hace falta. ¡Toca nuestros corazones con la dulzura del Niño de Belén de manera
que, cada vez más, escuchemos a Dios Padre para que Lo entreguemos a todos!
Amén
(Se acerca un
adulto y un/a niño/a; aquel enciende el segundo cirio
-verde, como signo de esperanza en Dios- y este coloca los animales, la mula
y el buey, en tanto un adulto del grupio va leyendo la oración.)
PENITENCIAL
1. Porque vivimos el Adviento y la
Navidad como simples decoradores de espacios, a quienes no interesa preparar
nuestras vidas al Niño Dios. ¡Señor, ten
piedad! (Se presenta un cartel: ¡Muéstranos el Camino, Señor!)
2. Ante la llegada del Señor,
olvidamos dar sentido a nuestras vidas sirviendo y consolando al que nos
necesita, haciendo que los que están tristes puedan sonreír, pues ya no alegra
nuestras vidas el Nacimiento de Jesús. ¡Cristo,
ten piedad! (Se presenta un cartel: ¿Para qué me necesitas,
Señor?)
3. ¡El Señor se establece en medio
de nosotros! Hemos olvidado esperarle adorando al Niño que recordamos en el
Pesebre, pues nos importa solo cualquiera que nos dé regalos. ¡Señor, ten piedad! (Se
presenta un cartel: ¡Tú alegras mi vida, Señor!)
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
A
veces nos cuesta creerlo, pero el salmista lo destaca: “El Señor ha estado
grande con nosotros…” pues, llegado el tan esperado tiempo de la Salvación, los
signos de Su amor transformador se hacen evidentes ante nosotros. Por eso
estamos alegres y todo esfuerzo por preparar el camino al Señor, que ya viene,
nos ha de llenar de gozo y vida nueva. La decisión está en nuestras manos: o seguimos
de largo o Le acompañamos a transformar hasta nuestras vidas. Él vendrá al
final de los tiempos y, ahora, llenará nuestros corazones.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Pidamos al Dios-con-nosotros que bendiga
al Papa Francisco, a los obispos y a nuestros sacerdotes. Para que nunca se
cansen de invitarnos a mejorar ni de esforzarse por hacerlo ellos también. Oremos.
2.
Muchos países están pasando serias
dificultades. Pidamos que sus autoridades y ciudadanos recuerden que todos
hemos de responder al Señor por nuestros actos y se animen a sembrar la paz y
la unidad, para gloria de Dios. Oremos.
3.
Oremos muy especialmente por quienes
emigran, por quienes están pasando momentos difíciles por la pérdida de un ser
querido, por algún conflicto laboral, familiar o de salud. Que el Señor ilumine
su caminar y haya personas que les ayuden a solucionar o sobrellevar la
situación. Oremos.
4. Cerca de nosotros hay personas amadas que
se encuentran en oscuridad porque han perdido la ilusión de vivir o han perdido
la fe. Toca, te rogamos, esos corazones heridos y dales el impulso
necesario para salir de esa condición y vivir en tu Luz. Oremos.
5.
El miedo ante las situaciones que
vivimos puede paralizarnos. Haz que entendamos que el mundo será mejor si
cada uno de nosotros cambia –aunque sea un poquito- para bien. ¡Y que nos
llenemos de esperanza! Oremos.
7. Pensamos
que Navidad sin dinero o bienes materiales no es Navidad.
Oramos por las personas que no pueden satisfacer todas sus necesidades
materiales o sociales, para que descubran el gozo de encontrarse con ese niño
que hay en ellas –y que tal vez fue feliz, aunque no tuviera muchos bienes. Que
desde esa perspectiva puedan adorar al Niño Dios y compartir su alegría; y que
nosotros seamos solidarios. Oremos.
8.
Recordamos a nuestros difuntos, Señor.
Te suplicamos que bendigas a quienes los conocimos y que nuestras oraciones les
ayuden a llegar a la plenitud de tu Presencia. Oremos.
OFERTORIO
1.
Acabamos
de celebrar la Inmaculada Concepción. María respondió desde su propia libertad
a la invitación de Dios. Y es esa libertad
nuestra la que hoy te ofrecemos, en la esperanza de que nuestras respuestas
se parezcan a la suya: “¡Yo soy la servidora del Señor! Hágase en mí lo que has
dicho.”. (Una niña y un niño portan la palabra
‘libertad’ y hacen el gesto de sus manos liberadas de cadenas o algo que las
ate)
2.
Presentamos
la excelente ofrenda del pan y del vino, señal del esfuerzo y el trabajo
que hemos realizado durante esta semana con el deseo de ser mejores personas y,
sobre todo, la alegría que supone vivir, desde ahora, la presencia de Jesús en
el Belén de nuestros corazones.
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