Domingo XIV Ordinario, Misa Familiar, 8 de julio de 2018
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días,
hermanos! Nuevamente nos disponemos a dar gracias a Dios por Su Misericordia en
este encuentro con su Palabra y con la Eucaristía.
En tiempo de vacaciones
escolares, conviene que nos preguntemos cómo va nuestra relación con Dios, con
Su Palabra, con Su mandato de seguirlo y servirlo en quienes nos rodean,
especialmente en los más necesitados de nuestra atención. Porque ¡todo nos
habla de Dios! Solo tenemos que hacernos sensibles a Su amor.
PENITENCIAL
1. Porque, habiendo escuchado tu voz, olvidamos
que muchos más necesitan escuchar ese mensaje que hemos callado. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque no confiamos en Dios en medio de
nuestras debilidades. ¡Cristo, ten
piedad!
3. Porque consideramos ciertos los
planteamientos que cualquier persona nos haga, pero objetamos tu Palabra. ¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN
SOBRE LAS LECTURAS
Dios no se cansa de mostrarnos su Presencia
transformante para nuestro bien verdadero y nos llama desde la vida misma,
desde lo común y cotidiano. Él no se manifiesta a los fuertes –que no lo
necesitan- sino a los pequeños y débiles, que están bien dispuestos para
escucharle y seguirle.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Nuestro
mundo está aturdido y desensibilizado. Oramos por la Iglesia, para que abra
puertas y sentidos para acoger a quienes la necesitan. Que cambie solo aquello
que Tú quieras cambiar. Que Te conozca,
para que Te ame. Oremos.
2. Nuestro papa Francisco
llama la atención del mundo, que lo señala en positivo y en negativo. Oramos
para que sea sensor de los pequeños del Señor y dureza de roca para decir lo
que Tú quieres que diga. Que Tu Espíritu lo proteja, Señor. Oremos.
3.
Oramos
por las naciones del mundo y, especialmente, por las que atraviesan momentos de
crisis. Te entregamos, Señor, a quienes ejercen la autoridad a cualquier nivel,
para que busquen ceñirse la corona de la justicia. También Te entregamos a
todos sus ciudadanos, para que se descubran responsables del bienestar y
crecimiento de su país y trabajen cada día por lograrlo. Oremos.
4.
Nuestras
familias pueden construirnos o destruirnos. Te entregamos los juicios que unos
tenemos de otros y Te suplicamos que, de ahora en adelante, seas Tú quien
juzgue nuestras capacidades y nuestras acciones. Que entendamos que tenemos
capacidades que desarrollar porque somos hechura de Tus manos. ¡Muy buena
hechura, por cierto! Oremos.
5.
Solemos
referirnos con desprecio respecto a las personas que son bien diferentes a
nosotros. De ellos creemos lo malo, pero dudamos y desestimamos lo bueno que
nos cuentan. Danos, Señor, la capacidad de creer que esas personas también
salieron de Tus manos y que tienen muchas cosas buenas que dar. Oremos.
6.
Nos
perdemos de la maravilla de Tu Creación, Señor, cuando despreciamos lo bueno y
noble que has puesto en los demás. Te agradecemos y rogamos por nuestros
vecinos, compañeros de trabajo o de actividades políticas, por los que
comparten con nosotros la santa misa, por quienes nos atienden en nuestras
necesidades sociales, económicas o sanitarias. Haz, Señor que descubramos que
ellos son manifestación Tuya de amor hacia nosotros. Oremos.
OFERTORIO
1.
Un
día nos veremos tal cual somos, Señor, no como nos vemos ahora –llenos de cosas
malas. Sin embargo, sabemos que Tú sí nos miras bien –con más cosas buenas que
malas. Creemos que Tú quieres que nos veamos no como nos vemos nosotros, sino
como nos miras Tú. Con este espejo
Te entregamos los ojos de nuestras almas, para que, viendo nítidamente aquello
que se oculta a los ojos físicos, aprendamos a ser misericordiosos.
2.
Hay
muchas personas que ‘son como son’ y que no están dispuestas a cambiar su
manera de actuar. Parecen cajas cerradas
que ni muestran las maravillas que Tú has hecho en ellas ni creen que haya
virtudes en los demás. Por eso los ponemos al pie de Tu altar, para que les
hagas valientes para descubrir las bendiciones que cada persona representa.
3.
Nuestra
naturaleza se recrea y enriquece en cada Eucaristía. Creemos, Señor, que este pan y este vino se transformarán
en Ti mismo y nos capacitarán para dar y recibir Tu Palabra en cada hecho de
nuestras vidas.
¡Por todo esto Te
agradecemos, Señor!
ACCIÓN DE
GRACIAS
Señor, reconocemos tu bondad sobre nosotros. Te
damos gracias por estar bien dispuesto para perdonar nuestras pequeñeces y
seguir contando con nuestro aporte. ¡Bendito seas, Señor!
Comentarios
Publicar un comentario