IV Domingo de Cuaresma, Misa Familiar, 11 de marzo de 2018
MONICIÓN DE ENTRADA

Jesús vence con su Luz el miedo que
nos produce la oscuridad. Nuestro desamor nos causa a todos grandes tristezas. Su
amor es entrega total. Nosotros pedimos pruebas de amor. Pero Jesús nos ofrece su
Cruz como el gran testimonio de amor. Nos corresponde, pues, revisar cómo va
nuestro camino cuaresmal y rectificar.
Y recordemos especialmente a nuestro Papa Francisco,
al llegar al quinto año de su Pontificado, tras su elección el 13 de marzo de
2013. ¡Dios te bendiga, Francisco!
PENITENCIAL
1. Porque nuestros afectos no conocen
la fidelidad y llegamos a creer que tampoco Dios lo es. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque nos gusta recibir pago por
cuanto hagamos, siendo que Cristo nos lo ha regalado todo. ¡Cristo, ten piedad!
3. Porque buscamos la luz del mundo y
tomamos a poco la Luz de Cristo. ¡Señor,
ten piedad!
MURAL DE CUARESMA
Señor,
fuimos invitados a sacrificar algo de nosotros para ayudar a nuestros hermanos,
quienes nos rodean. Hoy Te presentamos estos dibujos que simbolizan pequeños y
grandes esfuerzos que hemos hecho. Te damos gracias por habernos llamado a
compartir tu Cruz en estos ‘dolores’. Que aprendamos a dar con alegría y
generosidad. Más aún, que aprendamos a darnos por amor a Ti y a ellos.
MONICIÓN
SOBRE LAS LECTURAS
Dios nos ama con locura, al punto de
entregar a su propio Hijo, Jesucristo, para nuestra salvación. Siempre está
atento a lo que nos sucede, pero tiene un momento y una manera de actuar muy
particulares. Siendo su amor absolutamente inmerecido, hemos de descubrirlo -ya que se nos da
gratuitamente- y dejarnos llenar y transformar por ese, su ternura. Solo así viviremos en su Luz.
ORACIÓN DE
LOS FIELES
1. Oremos por la Iglesia. Para que
cumpla su compromiso de llevar el Evangelio a todas las naciones. Que lo haga
con palabras y –sobre todo- con las obras. Roguemos
al Señor.
2. La Iglesia de
Cristo ha tenido 266 papas. Francisco fue electo el 13 de marzo hace casi cinco
años. Oramos por él, por lo que hace y cómo
lo hace. Que la Luz del Espíritu Santo guíe su Pontificado por el camino del
amor, la autenticidad y la renovación eclesial.
3. Ponemos ante Ti, Señor, a todos
los gobernantes, para que entiendan que su primer deber es con su pueblo, al
cual han de dar razones de felicidad y progreso, al cual han de servir –en
lugar de servirse de ellos. Roguemos al
Señor.
4. Con frecuencia pensamos que los
demás se han equivocado y no nos detenemos a pensar que, tal vez, nosotros
fuimos los causantes del dolor que nos preocupa. Para que nos revisemos de vez
en cuando y nos acerquemos al sacramento de la reconciliación. Roguemos al Señor.
5. Hay muchos tipos de ceguera. Que
la Luz de Cristo rompa nuestras oscuridades y nos permita ver la perspectiva
correcta de nuestra vida. Roguemos al
Señor.
6. Oramos por quienes han perdido
la fe, por quienes se refugian en lugares de oscuridad que los mantienen
alejados del amor de Dios, por quienes llevan su fe en Dios junto a prácticas
ocultas. Roguemos al Señor.
7. Hay muchos niños que sufren
maltratos físicos o verbales. Hay muchos niños que tienen hambre de pan, de
amor y de justicia. ¡Señor, escucha nuestra oración por todos ellos! Roguemos al Señor.
8. Por todos los niños, niñas y
jóvenes de la Catequesis, para que, en todos los momentos de la vida, sepamos
dar gracias a Dios, y no nos olvidemos de rezarle. Para que aprendamos a sacrificarnos
por amor a Dios y a quienes nos rodean. Roguemos
al Señor.
OFERTORIO
¡Padre amado! Buscando nuestra
Salvación Te nos entregaste en Tu Hijo Amado. No Lo privaste del dolor, porque
es allí donde se dan las mayores pruebas de amor. ¡Jesús nos salvó! Pero,
conociendo nuestra debilidad y pequeñez, quiso quedarse para ser nuestro
alimento en el peregrinar de nuestras vidas. Al presentarte el pan y el vino Te agradecemos ese amor sencillo, que está pendiente de lo
realmente importante, amor que no pide sino que se da. ¡Gracias, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Gracias, Señor,
por tu Misericordia infinita. Gracias porque cuidas de nosotros y nos
das tu Luz y tu Amor. Gracias porque siempre intervienes en nuestras vidas para
ofrecernos tu paz y tu verdad. ¡Gracias por quedarte con nosotros, Señor!
Comentarios
Publicar un comentario