El Bautismo del Señor, Misa Familiar, 7 de enero de 2018
MONICIÓN
DE ENTRADA

PENITENCIAL
a) Nuestro comportamiento no se parece al de
Jesucristo, a quien seguimos y deberíamos imitar desde el bautismo. ¡Señor, ten piedad!
b) Muchas veces hacemos el bien, pero mirando y
escogiendo a quién hacérselo. ¡Cristo,
ten piedad!
c) Con frecuencia ignoramos y dejamos de lado
la Voluntad de Dios para nosotros.
¡Señor, ten piedad!
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
Jesús es el cumplimiento de las promesas
mesiánicas que habían sostenido y conformado la fe de un pueblo endurecido por
el pecado y la desobediencia a Dios.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Para que el Señor, en la Iglesia y con la
Iglesia, nos haga sentirnos más hijos suyos, donde todos importamos y somos
necesarios. Roguemos al Señor.
2.
Actuamos como miembros de un club, que
visitamos pero que no tiene nada que ver con nuestra vida diaria. Queremos que
nos ayudes a ser cristianos de tiempo completo. Roguemos al Señor.
3.
Las heridas que sufrimos nos llevan a sentir
que no valemos. Hoy suplicamos a Dios que restablezca nuestra autoestima. Roguemos al Señor.
4.
Ser cristiano implica seguir a Jesús, viviendo
a su estilo. Rogamos por los gobernantes cristianos para que recuerden que
ellos también deben hacerlo. Roguemos al
Señor.
5.
Muchos padres hemos olvidado que la fe se
transmite en el hogar, hablando de Jesús y dando testimonio de su vida
cristiana. Ayúdanos, Señor, a vivir nuestro bautismo sin vergüenza y con
alegría. Roguemos al Señor.
6.
Señor, queremos presentarte nuestra voluntad de
interceder y ayudar a los tristes, solitarios, enfermos, pobres, los que no
tienen libertad, vivienda, medicinas o lo que necesitan. Roguemos al Señor.
7. Recordamos
a nuestros difuntos; al hacerlo, perdonamos sus faltas y pedimos perdón por el
mal que les hayamos hecho. ¡Que descansen en tu paz, Señor! Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Con esta jarra
de agua te entregamos el día en que nacimos por el Bautismo y los frutos de
vida y gracia producidos por su acción. Así mismo, nos entregamos como bautizados
para llevar a Dios a este, nuestro mundo.
El pan
y el vino constituyen manifestación de nuestra decisión de alimentar
nuestra vida cristiana con la Eucaristía, la oración y la caridad.
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