XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, 8 de octubre de 2017

MONICIÓN DE ENTRADA
¡Buenos días para todos! Reciban nuestro más fraternal abrazo en el Domingo XXVII del Tiempo Ordinario, cuando se nos invita a revisarnos como cristianos. Porque muchas veces decimos y creemos serlo, aunque nos comportemos de manera completamente diferente a lo que Jesús nos enseñó.
Al comparar a los dirigentes religiosos con unos viñadores asesinos, Jesús no solo se refiere a ellos sino, también, a nosotros, que podemos estar haciendo al mundo más injusto o desequilibrado demostrando, así, vivir muy lejos de la misericordiosa Presencia del Señor.

PENITENCIAL
1. Nos agobia el trajín de cada día, sea rutina de trabajo o tiempo de vacaciones. Hoy pedimos perdón al Señor por no disfrutar la naturaleza y lo que en ella hacemos. ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
2. Conocemos muchas palabras bonitas que nos animan a hacer el bien, a confiar en Dios, pero… cuando llegan las dificultades actuamos como quien no ha escuchado tu Palabra. ¡CRISTO, TEN PIEDAD!
3. Nos entregaste la Creación toda para continuar tu obra creadora, pero nos hemos dedicado a descuidarla, explotarla y destruirla. ¡SEÑOR, TEN PIEDAD! 

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Es del profeta Isaías la primera lectura, la cual refiere cómo Dios eligió para sí un Pueblo, esmerándose en cuidarlo y formarlo con todo amor, pero ha recibido una respuesta extremadamente pobre de este. ¿Qué respuesta estamos dando nosotros a su amor?
SALMO.- El dolor que nos ayuda a dar frutos, a tener esperanza a pesar de todo, es el que canta el Salmo 79. Con una promesa, el salmista se relaciona con su Dios en la seguridad de ser escuchado, a la espera de la respuesta divina -que no puede ser distinta al amor siempre demostrado.
SEGUNDA.- Al continuar la lectura de la Carta san Pablo a los Filipenses, el Apóstol nos ofrece una clave para dejar atrás tanta fatiga y desgano espiritual: la oración. Esta, junto con el perdón y otros valores nos llenarán de la paz de Dios.
EVANGELIO.- El amar a Dios obliga al cristiano a vivir según Jesús enseñó. El evangelista san Mateo nos presenta la parábola de la viña y de sus arrendadores asesinos que deja al descubierto la conducta reprochable de las autoridades religiosas judías. Nuestras buenas acciones darán frutos de vida.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Todos nosotros formamos la Iglesia, viña del Señor. Para que, conscientes del amor que Dios nos tiene, llenemos al mundo de esperanza. Recordamos al Papa Francisco, sus intenciones y necesidades, así como a aquellos católicos alejados. Roguemos al Señor.
2. Muchas veces actuamos como dueños de la Iglesia y, no, como parte de ella. Por quienes nos acompañan a ser la viña del Señor, para que fraternalmente nos corrijamos y ayudemos, haciéndola más rica en frutos de vida. Roguemos al Señor.
3. Muchas personas -sin importar su religión o su fe- viven haciendo el bien a quienquiera que los necesite. Oramos por ellos, por sus obras, por su felicidad. Roguemos al Señor.
4. Oremos por las naciones, sus gobernantes y ciudadanos, por las dificultades de cualquier índole que estén atravesando. Roguemos al Señor.
5. Muchos niños y sus familias pasan por las catequesis parroquiales. Muchos olvidan que la fe es para vivirla cada día, como cada día cumplimos los quehaceres y obligaciones. Para que ellos y nosotros recordemos poner por obra lo aprendido dondequiera que nos encontremos. Roguemos al Señor.
6. Cada una, cada uno de nosotros también somos misioneros. Para que en este mes de octubre aprendamos a rezar el Santo Rosario, lo recemos cada día y descubramos los frutos de esta práctica. Roguemos al Señor.
7. Por quienes han partido de esta vida para que lleguen a la paz del Señor. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1. Te presentamos, Señor, esta camándula que utilizamos para hablar contigo acompañados de María, nuestra Madre. Vaya nuestra disposición para hacernos mejores personas en atención al don de la piedad, volcando a María en todo lo que hacemos, a su estilo, como testigo de esa Iglesia avivada por el Espíritu en Pentecostés.
2. Te presentamos, Señor, nuestra iglesia, necesitada y dispuesta a fructificar con lo ‘verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito’ -que recomienda san Pablo- para que la vida cristiana se note en nuestra forma de ser y de vivir.
3. Te presentamos, Señor, el pan y el vino que se transformarán en tu Cuerpo y en tu Sangre y que vendrán a nosotros para fortalecernos y sanarnos.

Por todo esto, ¡gracias, Señor! 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

ACCIÓN DE GRACIAS POR EL CUMPLEAÑOS 80 DE MARÍA NINFA NAVA DE PARRA

Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen 16 de Julio de 2015

Misa de Grado, XXXII Promoción Bachilleres en Ciencias, C.C.B. 'Haydee Cárdenas', 20 de julio de 2016