XII Domingo del Tiempo Ordinario, Eucaristía Familiar, 25 de junio de 2017




MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos! Sintámonos bienvenidas y bienvenidos al encuentro dominical con el Señor, con la Iglesia, con los hermanos y con la Palabra.
Hay en este XII Domingo Ordinario una invitación a ser creyentes valientes, identificados con nuestra fe; a no temer hablar de lo que creemos, de la fe recibida; a vivirla con confianza en Dios y su amor y a mostrarnos hombres y mujeres de fe, sabiendo que lo que hagamos por Él, Él lo hará por nosotros ante su Padre.

A Ti he encomendado mi causa
Si uno se pone de mi parte ante los hombres,
yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo

PENITENCIAL
* Porque nos da miedo lo que piensen de nosotros los demás y preferimos callar nuestra experiencia de Cristo. ¡Señor, ten piedad!
* Porque no nos hemos apropiado de la Salvación que Cristo ganó para nosotros. ¡Cristo, ten piedad!
* Porque negamos nuestra relación con Cristo para quedar bien con las personas. ¡Señor, ten piedad!

MONICIÓN A LAS LECTURAS
La persona que ha sido llamada por Dios ha de ser valiente, pues su seguimiento no nos hace estar cómodos. Sin embargo, el que se acoge a Dios, no debe temer, pues su protección le da su fuerza. Por eso agradece y alaba. El que reconoce a Cristo ante los hombres será reconocido por Él ante su Padre.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Por la Iglesia. Por el Papa Francisco. Por nuestros obispos, …. Para que se identifiquen con Cristo y proclamen sin miedo la Buena Noticia del Evangelio. Roguemos al Señor.
2. Oremos por nosotros, los cristianos. Para que sepamos a quién seguimos. Para que no tengamos pena ni miedo de ser de los suyos. Roguemos al Señor.
3. Muchas personas piensan que seguir a Cristo es solo adorarlo. Para que todos descubramos que Jesús ejerció su Reinado en la cruz de la entrega y del sacrificio, por todas y todos. Que aprendamos a ser servidores. Roguemos al Señor.
4. Por todos los evangelizadores; por quienes, habiendo descubierto la Persona de Cristo, saben comunicar esa vivencia a otros y por los que lo siguen hasta muerte. Roguemos al Señor.
5. Oramos por quienes nos han pedido que oremos, aunque no lo recordemos; para que el Señor, que sí conoce sus necesidades, impere sobre sus situaciones de salud, economía o de relación y traiga abundantes bendiciones sobre sus vidas y un despertar de su fe. Roguemos al Señor.
6. Te presentamos a todos los difuntos, Señor; que nuestras oraciones confiadas en tu Misericordia les lleven a la plenitud de su descanso. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
Con el PAN y el VINO, como cada Domingo, damos gracias a Dios por el alimento de cada día y por estas celebraciones, en las que el Señor se hace presente sobre el altar y los convierte en su Cuerpo y en su Sangre. Ellos nos representan a todos nosotros, que queremos ser transformados también en otros Cristos para llenar con su Misericordia todos los lugares donde nos encontremos.

ORACIÓN FINAL

Nuevamente, Padre amado, queremos rogarte por medio de Jesús nos fortalezcas en la fe recibida en el bautismo y nos capacites para testimoniar tu amor en el servicio desinteresado al más necesitado. Amén.

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