La Santísima Trinidad, 11 de junio de 2017
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días, hermanos y hermanas!
¡Día de bendiciones para todas nuestras familias!
Podríamos
decir que hoy celebramos la gran fiesta de la familia, por cuanto la Iglesia
nos presenta la Solemnidad de la Santísima Trinidad: misterio del Dios-Familia, evidenciado en el
Padre-Madre -amor a la vez creador y
protector-, en el Hijo –tan humano como divino, donación total al Padre-, y en
el Espíritu Santo –amor del Padre y del
Hijo que se desborda hasta nosotros.
Celebramos, pues, el misterio del Dios-Familia y del Hombre-Familia, donde ésta
es parte de aquélla, que la nutre y fortalece. Hoy debemos descubrir que, la
locura de Jesús, fue meternos en el corazón de Dios y alimentarnos con la
fuerza del Espíritu Santo.
PENITENCIAL
ü Dios
es amor, pero no nos detenemos ante Ti cuando pasas por nuestras vidas. ¡Señor, ten piedad!
ü Siendo
que Jesús es amor, ¿por qué preferimos maldecir en lugar de bendecir? ¡Cristo, ten piedad!
ü También
el Espíritu Santo es amor pero obramos de manera diferente a lo que expresan
nuestras palabras y vamos dejando de amar. ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES
A LAS LECTURAS
PRIMERA:
El ser humano quiere conocer, saber. El conocimiento de lo divino no escapa a
nuestro deseo. Del Libro del Éxodo, escucharemos como primera lectura que Dios
se acerca a Moisés, dándosele a conocer como Dios compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en perdón y que va con su Pueblo.
SALMO:
Encontramos muchos salmos fuera del Salterio. Así, hoy oraremos con la oración
de Daniel, contenida en el capítulo 3 de su Libro y con la cual bendeciremos al
Dios grande e inagotable, a quien corresponden la gloria y la alabanza por los
siglos.
SEGUNDA:
Muchos fragmentos de la Palabra de Dios se utilizan a lo largo de las liturgias
sacramentales. Por ejemplo, un saludo frecuente de la Eucaristía toma palabras de la Segunda Carta a los Corintios
-que escucharemos seguidamente- transmitiéndonos una elocuente bendición en
nombre de las Tres Divinas Personas.
EVANGELIO:
Dios confirma con hechos sus palabras. El evangelista san Juan nos hablará de
ese Dios que, amándonos a más no poder, nos envió a su Hijo Único para
salvarnos, y no para condenarnos… ¡‘Acciones’
en lugar de ‘buenas razones’!
ORACIÓN DE LOS FIELES
Ya pronto
Cristo se hará presente en su Cuerpo y en su Sangre para todos nosotros; pero,
antes, elevemos al Señor Uno y Trino las intenciones que hay en nuestros
corazones: (Respondemos: ¡Gracias, Señor!)
1. ¡Padre
Bueno! Queremos agradecerte por la
Creación toda, por cada persona que existe, por todo lo que equilibra nuestra
Casa Común, la naturaleza, a pesar de nuestros abusos; te agradecemos por los
recursos que nos sustentan, por las capacidades de las personas, por nuestras
posibilidades como familia; por los padres y por los hijos, por el trabajo y el
descanso. Por eso te decimos, … ¡Gracias, Señor!
2. ¡Jesús, Hijo
del Padre! Queremos agradecerte por haber fundado tu Iglesia y hacernos parte
de ella; por cada ‘Pedro’ que la ha guiado según tu voluntad; por Francisco y
también por Benedicto; por … y por cada obispo, sacerdote, religioso o
religiosa consagrado a tu servicio; por nosotros, que somos Iglesia dondequiera
que estemos; por nuestras familias, Pequeñas Iglesias Domésticas; Por todo eso
te decimos, … ¡Gracias, Señor!
3. ¡Dios Espíritu
Santo! Te agradecemos porque renuevas la vida constantemente; por cada nuevo
ser que nace o se va a su descanso; porque renuevas la fe en nuestros
corazones; porque nos impulsas a hacer el bien; por la vida sacramental que nos
sostiene a la espera de la Patria Eterna. Por todo esto te decimos, … ¡Gracias, Señor!
OFERTORIO
a) Con estos tres anillos entrelazados queremos representar
la UNIDAD Y EL AMOR que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Sólo el
amor es capaz de explicar tan enorme misterio.
b) Con el pan y el vino queremos anunciar, ya desde ahora,
la gran fiesta del Corpus Christi que celebraremos el próximo Domingo. Damos
gracias a Dios porque, la Eucaristía, nos da la fuerza para vivir en comunión
con Dios y, por tanto, con los demás.
Por todo esto,
¡GRACIAS, Señor!
ACCIÓN
DE GRACIAS
Solo podemos agradecerte, Dios Uno y Trino, el misterio
vivificador de tu amor que nos ha creado y nos cuida y sostiene hasta
conducirnos al Reino del Amor y de la Vida. Amén.
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