VI Domingo de Pascua, 21 de mayo de 2017


MONICIÓN DE ENTRADA
La
Resurrección del Señor Jesús debe continuar siendo motivo de profunda alegría
para cada cristiano, cada cristiana, llenándonos de su amor que es capaz de
movernos. Por eso, llenos de alegría y esperanza en Cristo Jesús, Señor de la
Historia, les saludamos: ¡Muy buenos
días tengamos todas y todos los hermanos! (…) Démosle la bienvenida a la
Eucaristía de este Sexto Domingo de Pascua a quien está a cada lado nuestro;
miremos sus rostros y descubramos en ellos la Presencia y el amor de Jesús. (…)
La Iglesia nos transmite
un anuncio significativo: El Señor enviará su Espíritu, que siempre nos trae su
paz. Sin lugar a dudas, éste es el mejor regalo que nuestro Señor Jesús pueda
dar a cada uno de nosotros, pues sólo así podremos cumplir la misión de llevar
su Palabra a todas partes.
PENITENCIAL
1. Porque
tenemos prejuicios contra otros aunque su comportamiento sea realmente
cristiano. ¡Señor, ten piedad de nosotros!
2. Porque
copiamos maneras de ser y de actuar del mundo pero nos da pena conformarnos a
Cristo. ¡Cristo, ten piedad de nosotros!
3.
Porque cumplimos muchos reglamentos y leyes, pero desechamos el Mandamiento del Amor de Jesús. ¡Señor,
ten piedad de nosotros!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Se relata en los Hechos de los Apóstoles la fuerte acción evangelizadora que
el diácono Felipe desarrolla en Samaria, considerada tierra de paganos. Toda la
predicación fue confirmada por el Espíritu Santo con señales y prodigios que causaron
numerosas conversiones y la consecuente maduración de la fe.
SALMO.- De
elocuentes imágenes, el salmo 65 agradece tanto colectiva como
individualmente a Dios, único capaz de transformar hasta mares para salvarnos y
cambiar nuestros corazones a la bondad, a la vida. De ahí la jubilosa aclamación
y adoración a nuestro Padre. ¡Es momento de alabar, hermanos!
SEGUNDA.- El
cristiano puede sufrir incomprensión y persecución. La segunda lectura, tomada de la
Primera Carta de San Pedro, constituye una fraterna invitación para que
imitemos las actitudes de Cristo quien, sufriendo por nuestros pecados, venció
la muerte y nos obtuvo la Salvación.
EVANGELIO.- El Evangelio de san Juan nos
presenta al que nos ama, a Jesús, anunciando que se va. En este punto recuerda
la importancia de cumplir sus mandamientos como señal de adhesión a Él y de
permanencia en el Padre: amando. Por eso promete enviarles el Otro Paráclito, quien será su defensa,
ánimo y fortaleza, porque el Padre no quiere dejar solos a sus hijos: ¡Dios
está con nosotros!
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Es posible tener una Iglesia servidora,
a la que podamos acudir en nuestras necesidades y encontrar consuelo y auxilio.
Oremos para que tu Espíritu llegue a todos: el papa, los obispos, sacerdotes,
religiosos y religiosas y los laicos. Que la Misericordia divina se nos note a
todos. Oremos.
2.
Muchas naciones viven serios conflictos
internos o externos. Para que se den respuestas humanas, dignas y suficientes
para atender las necesidades de esos pueblos, cambiando lo que está mal. Que
nuestras oraciones les sostengan y tu Espíritu les transforme. Oremos.
3.
Muchos niños, niñas y adolescentes en
estos días reciben la comunión u otros sacramentos. Oremos por sus grupos
familiares para que les acompañen en sus procesos de fe y no tengan desgano en
continuar buscando al Señor luego de culminado el curso o recibido el
sacramento. Oremos.
4.
¡Socorre a tus pequeños, Señor! Oremos
al Espíritu Santo por los enfermos físicos, por quienes los atienden y por sus benefactores.
Oremos por los enfermos mentales y por quienes sufren adicción. Oremos por
quienes están, justa o injustamente, privados de libertad. Oremos.
5.
¡Cómo cuesta vivir en orden, según las
leyes, buscando el bien común! Oremos por quienes viven en anarquía,
insatisfacción o desesperación. Oremos por quienes se sienten fuera de lugar. Oremos.
6.
Encomendamos a la Misericordia de Dios a todos los difuntos, para que hayan
encontrado el consuelo y la felicidad prometidos. Oremos.
OFERTORIO
1.
La prensa escrita trata de describir
sucesos y eventos de cada día. Con este periódico
te presentamos distintas situaciones que afectan a nuestro mundo, a nuestro
país. Con él te entregamos nuestra capacidad suplicante de cambiar y poder vivir en paz: te entregamos nuestro deseo de
escribir nuevas páginas con tu gran amor.
2.
Finalmente, Señor, con el pan y el vino,
traemos hasta tu altar los sufrimientos de todos los enfermos en su mente,
alma, corazón o cuerpo, de nuestra parroquia, de nuestras familias, de nuestra
diócesis, de nuestro país. Es que sabemos que la Eucaristía, Jesús, es la
fuente de nuestra fuerza y de nuestra salud.
ORACIÓN FINAL
Padre
Bueno, que en Jesús nos has dejado la paz que lo trasciende todo, ayúdanos a
apoyarnos en quienes han pasado amando y haciendo el bien, para buscar tu
justicia y dar, simplemente, tu amor. Amén.
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