V Domingo de Pascua, 14 de mayo de 2017


MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días,
hermanas y hermanos! Les damos la más cordial bienvenida a nuestra Eucaristía
del Quinto Domingo de Pascua, día en que el amor que se entrega, que sirve, que
reconoce la misteriosa y vivificante Vida del Resucitado en todo cuanto existe,
día en que ese amor nos renueva y nos capacita para ser, desde ya, ciudadanos
del Reino de Dios. Porque el Reino que Jesús nos trae se manifiesta en nuestras
buenas obras, las cuales siempre han de llevar la sazón del amor a Dios y a
cada persona que esté cerca de nosotros, de nuestra historia.
De ese amor surgirán
hermosas amistades: primeramente con Dios, fuente y origen de lo más
noble y hermoso; seguidamente, la amistad sincera con nuestros familiares,
amigos y conocidos, con quienes nos necesitan y con aquellos a quienes nosotros
necesitamos, con aquellos que requieren nuestro perdón…
¡Y el mundo será
mejor!... Eso pedimos y agradecemos hoy al Señor. Comencemos esta celebración
cantando alegres porque… tenemos un Amigo que nos ama y que dio su vida por
nosotros.
PENITENCIAL
1.
Porque nos gusta dirigir y hacer lo que queremos, en lugar de lo que debemos,
en desorden, olvidando dejar que Dios nos guíe. ¡Señor, ten piedad!
2.
Porque negamos nuestro bautismo con nuestra forma de vivir; nos avergonzamos de
ser cristianos. ¡Cristo, ten piedad!
3.
Porque creemos que sabemos mejor que Dios cuál camino es bueno para nosotros y
culpamos a Dios por nuestros fracasos. Porque lo que no se compra no nos vale. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Desde sus comienzos, nuestra
Iglesia se ha caracterizado por diferenciar muy bien las funciones –todas
importantes- de cada uno de sus miembros, tal y como veremos en el siguiente
relato del libro de los Hechos de los Apóstoles, que constituye nuestra Primera
Lectura.
SALMO.- El
salmo 32, dividido en 22 versículos, tantos cuantas son las letras del alfabeto
hebraico, es un canto de alabanza al Señor del universo y de la historia. Está
impregnado de alegría desde sus primeras palabras. Por tanto, esta aclamación va acompañada de música y es expresión de una
voz interior de fe y esperanza, de felicidad y confianza. ¡Alabemos!
SEGUNDA.- En la segunda lectura que se proclamará, San Pedro nos
habla como un constructor; en efecto, plantea la necesidad de construir la
propia vida espiritual y la de los discípulos sobre una roca que sea capaz de
resistir todo sacudón o deficiencia: Cristo es esa Roca. Reflexionemos.
EVANGELIO.- La vida verdadera es la
consecuencia directa de alimentarse con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Unidos por medio de Jesús al Padre,
adquirimos la vida por Él. Es Jesús
mismo el gran regalo de Vida que da vida.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- Tu Iglesia,
Señor, es misionera y se encuentra en viaje de misión. Haz que cada bautizado,
cada bautizada, entienda que tiene algo que hacer para instaurar el Reino de
Dios entre los suyos. Roguemos al Señor.
2.- Rogamos por todos
los países, en especial el nuestro. Que el esfuerzo sincero de tantas personas
buenas que quieren ayudar a los demás, dé frutos de vida nueva, renovada en tu
amor misericordioso, Señor. Roguemos al Señor.
3.- Hay mucha gente
viviendo en la violencia y no pueden levantar sus ojos para ver que se puede
vivir en paz; no pueden soltar sus manos y utilizarlas para construir
relaciones de respeto y solidaridad. Ayúdanos Tú, Señor. Roguemos al Señor.
4.- Queremos suplicar
por quienes nos han pedido que oremos por sus intenciones y necesidades.
Recordamos a los enfermos del cuerpo, la mente o el espíritu y a quienes cuidan
de ellos; también a quienes viven dificultades a nivel familiar, laboral o
comunitario; por quienes se sienten defraudados o en soledad. ¡Bendícelos a
todos, Señor! Roguemos al Señor.
5.- Queremos
rogar por todos los difuntos. Te agradecemos, Señor, lo que cada uno de ellos
nos aportó para que fuéramos personas buenas. No les tomes en cuenta sus faltas
sino tu gran amor y ese mismo amor que los movió a actuar. Prémialos con tu
Reino, Jesús. Roguemos al Señor.
6.- Es sencillo ser
amable con mucha gente, pero nos cuesta serlo en nuestros hogares, con nuestras
familias. Hoy te suplicamos, Señor, que te glorifiques transformando nuestros
hogares, tantas malas actitudes. ¡Puedes comenzar con las nuestras! Roguemos
al Señor.
7.- Por los niños,
niñas y adolescentes que se están preparando para recibir algún sacramento,
particularmente los de nuestra Parroquia. Haz, Señor, que sus corazones se
vuelvan centro de adoración a Ti y motor que transforme sus vidas según tu
voluntad. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
* Señor, te
entregamos el deseo de hacernos uno contigo y de regalarte nuestro corazón,
con toda su hermosura, con todo su dolor, pues Tú nos has amado siempre con ese
amor incomparable.
* En la familia late
por vez primera nuestro corazón espiritual y se le va modelando para el
servicio y la entrega. En esta familia entregamos todas las nuestras
para que las transformes con tu Presencia eucarística.
* Solo podemos
entregarte nuestra pequeñez, el pan y el vino. Esperamos tu grandeza y
tu Misericordia en lo que nos darás: nuestro más necesario Alimento.
ORACIÓN FINAL
Dios Padre nuestro,
que por amor a nosotros llegaste hasta a entregarnos a tu Hijo Unigénito,
enséñanos a amar según tu voluntad y a entregar nuestros esfuerzos de cada día por nuestro prójimo,
glorificando, así tu Nombre. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario