Celebración del Primer Centenario de las Apariciones de la Virgen de Fátima
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenas tardes para todas y todos! Finalizando
la IV semana de Pascua, conviene que nos
dejemos ya tocar por el Espíritu Santo para que nuestros corazones vivan una gran efusión. ¡Es que todos estamos
llamados a anunciar a Cristo Jesús Resucitado!
Y, ¿qué mejor manera
de anunciar a Jesucristo Resucitado que viviendo nuestra vida como quien se
sabe convertido, como quien se está transformando en Buena Noticia? ‘Cambiar
nuestra forma de vida’, como pedían los primeros anunciadores del Evangelio de
Jesucristo a los primeros convertidos, que se encargaron de sembrar y
fortalecer la Palabra con sus propias vidas, hechas novedad, tal y como lo exige
el Resucitado.
Sabiéndose Iglesia, los agentes pastorales de
la Vicaría III de San Juan de Lurigancho han querido reunirse como asamblea de
fe en el Santuario San Martin de Porres a celebrar a María, Nuestra Señora de
Fátima, a cien años de seis apariciones a tres pastorcitos –Lucía, Francisco y
Jacinta. A ellos encomendó la necesidad de hacer penitencia y difundir el rezo
del Rosario para alcanzar la paz del mundo. Buen momento para preguntarnos qué
estamos haciendo cada uno de nosotros por la paz.
PENITENCIAL
Porque llegamos a creer que Dios obra gracias a nuestras virtudes y no por Su Gracia y Misericordia. ¡Señor, ten piedad!
Porque
escatimamos nuestras alabanzas al Señor mientras incrementamos nuestras cortesías
a las personas y lo que hacen. ¡Cristo,
ten piedad!
Porque
no creemos que Jesús pueda obrar milagros hoy en día, y nos excusamos en ‘no
querer molestar a Dios’. ¡Señor, ten
piedad!
MONICIONES A LAS LECTURAS
PRIMERA.- La Palabra de Dios se difunde con fuerza inusitada. Habiendo sido rechazada por sus destinatarios primeros, comienza la siguiente etapa -insospechada- de llevarla hasta a los confines de la tierra. La gracia de Dios es la que obra por medio de sus instrumentos, los Apóstoles, que lo ponen todo al servicio del Evangelio. Sin importar las adversidades, siguen adelante y muchos descubren la dicha de seguir a Jesucristo, el Resucitado.
SALMO: El Salmo 97 nos invita a cantar al Señor un cántico nuevo por sus proezas. Para hacerlo, necesitamos tener un corazón renovado por la Palabra que llega hasta lo más profundo del ser y lo transforma, lo hace novedad plena. Revisemos qué novedades de amor puede cantar nuestro corazón y seamos parte de esa tierra toda capaz de contemplar la grandeza de nuestro Dios.
EVANGELIO: Seguidamente se proclamará el Evangelio según san
Juan. Quien ha visto a Jesús, ha visto al Padre, según lo afirma el mismo Jesús
cuando prepara y anima a sus ‘amigos’ para que confíen en Él. Vendrán momentos
difíciles, pero todo lo que pidan al Padre en nombre de Jesús, será concedido.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
María es la ‘Mediadora de
todas las Gracias’. Pidamos a nuestra Madre que sea Ella quien entregue al
Padre nuestras súplicas. Respondemos: Ruega a Dios por nosotros,
Madre.
1.-
Madre, ruega con nosotros por la Iglesia de Cristo, para que anuncie con
fidelidad a Jesucristo Resucitado, al estilo de nuestros tiempos, y sea
mensajera y portadora de la Paz verdadera. Oremos.
2.-
Madre, ruega por tus hijos consagrados al servicio de Cristo en su Iglesia,
para que superen sus debilidades y sean felices desde su opción de vida. Oremos.
3.-
Madre, ruega a Dios por tus hijos enfermos de mente, espíritu o cuerpo. Dales
consuelo y asistencia oportuna en su condición y fortaleza, así como sabiduría
a las personas que les rodean para tratarlos dignamente y con misericordia. Oremos.
4.-
Madre, ruega a Dios por la fe y la pureza de nuestros niños y jóvenes. Que
encuentren personas que les guíen a Jesús y que modelen sus corazones para el
amor y el servicio al prójimo. Oremos.
5.-
Madre, olvidamos rezar. Pensamos que el Santo Rosario es demasiada oración,
aburrido e innecesario. Manifiéstatenos para que lleguemos por medio de Ti al
Señor. Oremos.
6.-
Madre, que ruegas por nosotros ‘ahora y en la hora de nuestra muerte’, recuerda
a quienes ya no viven entre nosotros y rescátalos del Purgatorio. Oremos.
7- Madre, también queremos que ruegues
por todos nosotros, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido
de tu seno virginal, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios. Oremos.
OFERTORIO
LUZ: Porque Tú, Madre,
fuiste la primera portadora de la Luz del mundo
FLORES:
Pues eres Tú, María, la Flor de las Flores, engalanada con los hermosos ropajes
que Te dio Dios.
CAMÁNDULA:
Presentamos esta camándula que usamos como instrumento para la oración, como
compromiso de rezar y propagar esta devoción. Queremos ponerla de moda para hacernos camándula
en las manos de María.
IMAGEN
DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA: Presentamos la imagen del Inmaculado Corazón
de María, porque estamos comprometidos a hacerlo triunfar por fin.
CESTA
DE ALIMENTOS: No es posible venerar a la Madre de Dios sin compadecerse y
auxiliar a sus hijos más pequeños. Por eso entregamos estos alimentos, deseando
que sean causa de bendición para quienes los han entregado y quienes los
recibirán.
VIRGEN
DE FÁTIMA PEREGRINA: Queremos llevar la imagen de nuestra Virgen de Fátima a
los hogares en peregrinación con la intención de entregarle los dolores y las alegrías
que sus pequeños experimentamos,
reavivar la fe y orar por la paz, según su voluntad expresada a los pastorcitos.
PAN
Y VINO: María nos enseña cada día cómo
ser Sagrario de Cristo. Con este pan y este vino estamos suplicándole que modele
nuestros corazones para que, semejantes cada vez más al Suyo, podamos recibir
el Cuerpo y la Sangre de Cristo en que se transformarán estas especies.
Por todo esto, ¡gracias,
Señor!
ORACIÓN FINAL
Padre Bueno, que dotaste de
virtudes a María, la Madre Buena que
Jesús nos entregó en la Cruz, haz que su mediación conceda a este mundo volverse
a Ti y obrar el prodigio de una paz verdadera, cimentada en Cristo Jesús. Amén.
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