XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario Jesucristo, Rey del Universo, Misa familiar, 20 de noviembre de 2016

Sale el sacerdote y da la bienvenida.
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos! (…) Al llegar al XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario, el último del año litúrgico, concluido hoy el Año Jubilar de la Misericordia, la invitación es a descubrir un reinado que no es de este mundo material sino espiritual, que nos da la paz por la Sangre derramada por Jesucristo en la Cruz. Allí Él se constituyó en Rey de espíritu, de entrega, de servicio, de paz, de amor, de fraternidad; y es contrario a toda dominación o sumisión, a todo reinado humano. ¿Querrá alguno ser parte de este gran reinado del amor de Dios?

XXXIV DOMINGO ORDINARIO
Jesús, proviene de la Familia de David
Su Reino no es de este mundo
Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino
¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

PENITENCIAL
1.      Señor Jesús, Rey de misericordia,  perdónanos por no buscar darte gloria con nuestras vidas.  ¡Señor, ten piedad!
2.      Cristo Jesús, Rey de todo lo creado, perdónanos por destruir lo que con tanto amor ha sido creado.  ¡Cristo, ten piedad!
3.      Señor Jesús, Rey de la paz, perdónanos por no reconocerte en la Cruz, ni en la tuya ni en las nuestras. ¡Señor, ten piedad!

MONICIÓN A LAS LECTURAS
Nuestra naturaleza nos lleva a dominar y sumir bajo nosotros todo lo que creemos nuestro. La naturaleza de Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, se nos revela dándose todo para todos. Mediante el derramamiento de su Sangre todos hemos recibido su paz, amor y fraternidad, y hemos entrado en su Reino. Jesús reina en la entrega total de su amor.

ORACIÓN DE LOS FIELES
El desamor, la marginación, la pobreza y sus consecuencias, las enfermedades mentales y espirituales, todo esto continúa haciendo sangrar a Cristo en nuestros días.
1.      Cristo vino como el Salvador de todos. Para que su Reino venga a los que han perdido el camino que conduce a Dios y a los hermanos, ¡Oremos!
2.      Cristo reconcilió el cielo con la tierra. Para que su Reino venga a nosotros por medio de la paz entre las naciones, en cada comunidad, en nuestros propios hogares, ¡Oremos!
3.      Cristo es la cabeza de la Iglesia. Para que su Reino venga por medio de la unidad entre todos los cristianos, ¡Oremos!
4.      Cristo dio un lugar en su Reino a los pecadores, a los pobres, a los que sufren. Para que su Reino crezca entre los débiles y los sin-voz de nuestros días, ¡Oremos!
5.      Cristo es el primer resucitado de entre los muertos. Para que su Reino llegue con gozo y alegría a nuestros seres queridos difuntos, ¡Oremos!
6.      Cristo vive en nuestras comunidades cristianas. Para que su Reino crezca por nuestra dedicación y servicio, ¡Oremos!
Señor Jesús, haznos un pueblo que lleve el calor de la justicia y del amor a todos los seres humanos en la tierra, para que tu Reino crezca entre nosotros, ahora y por los siglos de los siglos.

OFERTORIO
1. Jesús, nuestro Señor y Rey, rige con humildad y reina desde la cruz con corona de espinas. Por eso presentamos esta corona de espinas, la del reinado de Jesús, que conlleva sufrir y entregarse por los demás. ¡Nos unimos a Ti, Señor! (Corona de espinas)
2. Sólo hay dos reinos posibles para nosotros: uno tiene la Cruz por trono en amor, verdad, alegría, paz, perdón. Otro,  cargado de odio, mentira, tristeza, violencia, rencor, es el que nos ofrece el mundo con sus honores. Te entregamos nuestra decisión de unirnos a Ti, cual cirineos de tus pequeños, que siguen sufriendo hoy y aquí. (Una Cruz portada en alto)
3. Jesús  todo lo podía y podría haber sido servido por los ejércitos del cielo, pero vivió en humildad y murió habiéndolo dado todo. Presentamos esta escoba como decisión de servir a quien nos necesite y de ser humildes como Tú, Señor.
4. Finalmente, con el pan y el vino te damos gracias, Señor y Rey nuestro, porque Tú nos das todo lo que necesitamos para ser felices, para  alimentar nuestras almas y vivir como ciudadanos del Reino de Dios. Que nunca nos falte el pan de la Eucaristía, tu Presencia, Señor.

DESPEDIDA

¡Ayúdanos, Señor, para que venga a nosotros tu Reino! 

Comentarios

  1. Después de mucho tiempo he podido volver a escribir en mi blog sobre un tema que me apasiona, pues para mi es sustancial en mi vida de cristiano, la Eucaristía, la actualización viva del sacrificio de Cristo en la Cruz. Sacrificio por nosotros, por nuestros pecados, por mis pecados.página importante

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