XXV Domingo del Tiempo Ordinario, 18 de septiembre de 2016
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días,
hermanas y hermanos! Sintámonos todas y todos cordialmente bienvenidos a la
Eucaristía de este Domingo XXV del Tiempo Ordinario, día reservado para el
Señor, día privilegiado para sentir y experimentar la Presencia de Jesús. Por
eso nuestro encuentro de cada Domingo debe fortalecernos para vivir, puertas
afuera, la alegría y el compromiso acordado
con el Señor –que hoy vuelve a ejemplificarnos cómo vivir cada situación, cómo
ser cristianos auténticos, de servicio, de entrega, DE VERDAD.
Las lecturas de este día nos alertarán. El dinero
–sin ser en sí mismo malo ni bueno- puede tentarnos a dejar atrás valores y
vivir solo para tenerlo, a toda costa. En este sentido, Jesús se referirá a la viveza
de un administrador injusto: aunque lo parezca a simple vista, Jesús no quiere
que actuemos así. Nos recomienda, en cambio, hacer obras buenas que nos
garanticen una feliz eternidad.
PENITENCIAL
1. Porque recurrimos
al engaño para lograr beneficios personales o para quienes amamos, sembrando
injusticia y dolor. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque no
valoramos la oración como fortaleza de nuestras vidas ni medio de intercesión
por los más necesitados. ¡Cristo, ten
piedad!
3. Porque creemos que
podemos actuar de cualquier manera si no hay quien nos vigile. Violamos
nuestras obligaciones ciudadanas. ¡Señor,
ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Del libro del profeta Amós se eleva un reclamo muy
bien justificado contra quienes engañan y explotan a los más débiles e
indefensos. Ayer y hoy, la persona que quiere vivir bajo la voluntad divina
debe rechazar la injusticia y la opresión que muchos poderosos establecen
contra los que no importan, contra los que no tienen voz ni valor.
SALMO.- El Salmo
112 se cantaba en el ritual de la Pascua y en las grandes solemnidades de
Israel en tiempos de Jesús, de manera que Él lo cantó aquel primer Jueves Santo.
Con el salmista, alabaremos a Dios por su grandeza tanto como por ensalzar a
los humildes y a los pobres. Pero debemos ir más allá, buscando vivir en
justicia y ayudando al necesitado. ¡Es nuestro reto actual!
SEGUNDA.- La segunda lectura de hoy -tomada de la Primera
Carta de san Pablo a Timoteo- anima al discípulo de Cristo a orar por toda
persona o situación relativa a los fieles y a la vida misma. Tal y como haremos
nosotros en unos minutos, se convoca a orar sin descuidar diferencias, condiciones
ni situaciones, porque esto nos ayuda a alcanzar nuestra Salvación y conocer la
verdad.
EVANGELIO.- El
Evangelio de hoy es de San Lucas y, seguramente, nos sorprenderá. Un
administrador deshonrado, al verse descubierto, se muestra generoso con los
deudores del jefe, a quienes disminuye porcentajes significativos de sus
deudas. Este proceder le asegura amigos agradecidos y, en consecuencia,
protección. El gran consejo de Jesús: no hagas del dinero tu dios, pues te
esclaviza.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Por la Iglesia.
Por el Papa Francisco. Por nuestros Obispo …, por los sacerdotes, los misioneros
y las misioneras –especialmente los que
nos acompañan a vivir el seguimiento a Cristo en el amor y la verdad. Roguemos al Señor.
2. Oremos por todos
los gobernantes, para que se hagan de los ciudadanos de sus países verdaderos
amigos por haberlos servido como a iguales. Roguemos al Señor.
3. Por quienes no
valoran a las personas sino lo que estas puedan tener, saber o darles. Por
quienes desprecian al que sabe o tiene menos. Roguemos al Señor.
4. Por los muchos
niños, jóvenes y adultos que van a comenzar el nuevo curso de catequesis. Que
el Espíritu del Señor acompañe a todos los que participarán y vivifique a
todos. Roguemos al Señor.
5. Qué difícil es
pasar por la enfermedad. Oremos por los enfermos o que han sido operadas en
estos días, por quienes les atienden con caridad y comprensión. ¡Gracias por la
recuperación de nuestros enfermos! Roguemos
al Señor.
6. Con culpa o sin ella,
hay muchas personas privadas de su libertad. Te suplicamos conviertas el corazón
y las actitudes de los que están presos; que protejas a sus familiares y los
animes a ser cada día mejores personas; y que renueves esta sociedad que
pretende su superación usando la violencia. Roguemos al Señor.
7. Te suplicamos tu
presencia protectora y transformadora sobre Venezuela, nación a Ti consagrada. Roguemos al Señor.
8. Oramos por todos
los difuntos y te encomendamos, Señor, el día de nuestra muerte. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Te queremos presentar
el pan y el vino, signos de nuestra
fe en tu Presencia Eucarística. Los entregamos con nuestras vidas mismas, para
que Tú las transformes en gestos de Misericordia. ¡Te agradecemos, Señor!
ORACIÓN
FINAL
Padre de
Misericordia, que nos instruyes y capacitas para vivir en el amor, la justicia
y la paz, danos tu Luz para que sigamos el camino que nos lleva a Ti. Amén.
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