Eucaristía Última Noche del Novenario de Daniel Alejandro Guillén Guillén, 23 de julio de 2016


 MONICIÓN DE ENTRADA      

¡Muy buenas tardes para todas y todos! Nos  encontrarnos  reunidos hoy en la Casa del Señor para dar gracias a Él por la vida. La liturgia de este día nos habla de la paciencia que Dios tiene con nosotros. A través de muchas personas el Señor manifiesta su Voluntad en nuestras vidas, pero no siempre la aceptamos. Porque somos nosotros mismos quienes debemos decidir cambiar aquello que está mal, que no da vida. Y, ciertamente, muchas veces es difícil sobreponernos al mal; pero la fuerza del Espíritu de Dios nos ayudará a vencer todo obstáculo para nuestra salvación.

Si bien es cierto que cada uno de nosotros hemos venido a esta Eucaristía con diversas motivaciones personales, como dar gracias a Dios por su intervención poderosa en nuestras vidas, encomendarle una necesidad  o agradecerle y encargarle a quienes ya no están en medio de nosotros. Este es el caso de los padres, hermanos, demás familiares y amigos de Daniel Alejandro Guillén Guillén, a quien queremos confiar al Señor Misericordioso en nuestras oraciones  al llegar  a la última noche de su Novenario por cumplirse ya seis meses de su partida. Durante 23 años, Daniel nos alegró la vida y -¿por qué no aceptarlo?- también nos entristeció muchas veces. Este chico siempre sabía que había que vivir como si fuera el último día, como solía decirlo. Aficionado al fútbol y del baile, evitaba las peleas y problemas. Le recordamos hoy comiendo su hamburguesa  o su perro caliente, charrasqueando y bailando cualquier canción, cariñoso, travieso, colaborador y generoso.

MONICIONES A LAS LECTURAS

PRIMERA: El Libro del profeta Jeremías hace duros planteamientos a quienes se creen salvos por estar en el templo, lugar de la Presencia de Dios. Lo que verdaderamente nos conduce a la Salvación es nuestra manera de vivir. El mismo Jesús se haría eco del profeta al referirse a la guarida de ladrones cuando expulsó a vendedores y cambistas de la Casa de su Padre. Debemos, pues, ser coherentes con nuestra fe y el estilo de vida de Jesús.

SALMO: Oraremos con el Salmo 84 que nos invita a descubrir nuestra dicha en el Señor. Por eso, el salmista valora, por encima de cualquier otro bien, la Presencia Misericordiosa de Dios, que hemos de anhelar siempre. Pongamos, pues, nuestra mirada en llegar a la Jerusalén celestial, el cielo.
EVANGELIO: Del Evangelio de san Mateo, se proclamará la parábola del trigo y  la cizaña. Muy parecidas en un comienzo, las dos plantas se definirán y diferenciarán en su madurez. Una representa el bien; la otra, el mal. A éste el mismo Dios lo destruirá al final. El cristiano ha de serlo porque tiene claro cómo actuaba Jesús y no porque todos en torno suyo sean santos. Mal y bien conviven; los que aman a Jesús deben conocer el camino a seguir.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

1.    Por la Iglesia de Cristo para que siga enseñándonos cómo ser y formar el Cuerpo Místico de Cristo hasta la consumación de los tiempos. Roguemos al Señor.                                                                                 

2.    Por nuestro Papa Francisco, por sus intenciones y necesidades. Para que, fortalecido por el Espíritu Santo, sea fiel cumplidor de la misión que el mismo Jesús le encomendó en nombre del Padre eterno.  Roguemos al Señor.
3.    Por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas para que con su ejemplo y orientación en la fe, se constituyan en Luz de Cristo en medio de la oscuridad del mundo. Te suplicamos por los que están enfermos de alma o de cuerpo.  Roguemos al Señor.
4.    Por las intenciones y necesidades personales de todos los aquí reunidos. Por los que sufren por los problemas de cada día o la aparente lejanía de sus seres queridos. Por quienes no han encontrado la paz y el perdón que Jesús nos dejó. Por quienes están pasando momentos difíciles para sostener a sus familias.  Roguemos al Señor.
5.    Suplicamos al Señor por todos los difuntos, especialmente por Daniel Alejandro Guillén Guillén, para que el Señor no les tome en cuenta sus faltas sino el amor de su Iglesia y haga que el testimonio de sus vidas mueva a otros a ser, cada día, mejores y más auténticos cristianos.  Roguemos al Señor.
6.    Por Germán y Judy, sus padres; por Germán Josué y Geryuleth Andreína, sus hermanos; por todos los familiares, amigos y conocidos de Daniel Alejandro, para que entendamos que esta ‘ausencia’ suya es parte de la vida misma y aprendamos a consolarnos y fortalecernos en el Señor.  Roguemos al Señor.
7.    Demos gracias, en fin, por la vida de cada uno de nosotros, que se renueva cada año y nos impulsa a cambiar para ser mejores, para cumplir ese ‘proyecto de vida’ que Dios nos propone. Que aprendamos a vivir cada día como si fuera el último, dispuestos para el encuentro con nuestro Padre Roguemos al Señor.

MONICIONES DEL OFERTORIO

Queremos alabarte, Señor, pues tu amor es grande:

1.  LUCES:  Queremos que nuestras vidas estén bañadas por tu Luz, Señor, para transformar el mundo.

2.  FLORES: Te damos gracias por la vida que nos das de Ti mismo. Enriquécela con tu Espíritu.
3.  DEVOCIONES: Las devociones nos acercan a Ti, Señor. Por ellas te damos gracias, por la fe sencilla, por nuestra Señora, la Virgen del Carmen.
4. ALIMENTOS: ¡Tú quieres que demos de comer al que no tiene! Como expresión de sacrificio y donación personal entregamos estas verduras que hoy compartimos con nuestros hermanos más necesitados.
5.  UNIFORME: ¡Señor, Tú eres Dios de orden! Siempre recordaremos a Daniel usando este sweater como uniforme de mototaxista. Sabemos que bendecirás este trabajo y a quienes lo desarrollan para bien de la comunidad.
6. CHARRASCA: ¡Señor, Tú eres nuestra alegría! Te presentamos y agradecemos los momentos de alegría que vivimos junto a Daniel cuando bailaba tocando la charrasca.
7.  FAMILIA: Origen, acogida, nutrición e identificación: ¡esto es la familia! Hoy, Germán y Judy, Germán Josué y Geryuleth Andreína, quieren presentar una familia que se ha crecido en el dolor,  y se encuentra sostenida en la fe y dispuesta para ser portadora del amor de Dios a todas las personas.
8. CÁLIZ Y VINAJERAS: ¡Tú eres el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación! Presentamos y recibimos el pan y el vino donde creemos que Tú, Señor, te nos entregarás como alimento para el alma y fortaleza en nuestro caminar.
Por todo esto,   ¡GRACIAS, Señor!

ORACIÓN FINAL
Gracias, Padre Bueno, por tu amor incondicional y tu disposición a ver nuestros buenos actos antes que otras cosas. Te rogamos nos des el valor para que Tú seas el primero y más importante en nuestras vidas. ¡Que los que amamos descansen en paz! Amén.


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