MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenas tardes para todas y todos! Nos encontrarnos
reunidos hoy en la Casa del Señor para dar gracias a Él por la vida. La
liturgia de este día nos habla de la paciencia que
Dios tiene con nosotros. A través de muchas personas el Señor manifiesta su
Voluntad en nuestras vidas, pero no siempre la aceptamos. Porque somos nosotros
mismos quienes debemos decidir cambiar aquello que está mal, que no da vida. Y,
ciertamente, muchas veces es difícil
sobreponernos al mal; pero la fuerza del Espíritu de Dios nos ayudará a vencer
todo obstáculo para nuestra salvación.
Si bien es cierto que
cada uno de nosotros hemos venido a esta Eucaristía con diversas motivaciones
personales, como dar gracias a Dios por su intervención poderosa en nuestras
vidas, encomendarle una necesidad o
agradecerle y encargarle a quienes ya no están en medio de nosotros. Este es el
caso de los padres, hermanos, demás familiares y amigos de Daniel Alejandro Guillén Guillén, a quien queremos confiar al Señor
Misericordioso en nuestras oraciones al
llegar a la última noche de su Novenario
por cumplirse ya seis meses de su partida. Durante 23 años, Daniel nos alegró la
vida y -¿por qué no aceptarlo?- también nos entristeció muchas veces. Este
chico siempre sabía que había que vivir como si fuera el último día, como solía
decirlo. Aficionado al fútbol y del baile, evitaba las peleas y problemas. Le
recordamos hoy comiendo su hamburguesa o
su perro caliente, charrasqueando y bailando cualquier canción, cariñoso, travieso,
colaborador y generoso.
MONICIONES A LAS
LECTURAS
PRIMERA: El Libro del profeta Jeremías hace duros
planteamientos a quienes se creen salvos por estar en el templo, lugar de la
Presencia de Dios. Lo que verdaderamente nos conduce a la Salvación es nuestra
manera de vivir. El mismo Jesús se haría eco del profeta al referirse a la
guarida de ladrones cuando expulsó a vendedores y cambistas de la Casa de su
Padre. Debemos, pues, ser coherentes con nuestra fe y el estilo de vida de
Jesús.
SALMO: Oraremos con
el Salmo 84 que nos invita a descubrir nuestra dicha en el Señor. Por eso, el
salmista valora, por encima de cualquier otro bien, la Presencia Misericordiosa
de Dios, que hemos de anhelar siempre. Pongamos, pues, nuestra mirada en llegar
a la Jerusalén celestial, el cielo.
EVANGELIO: Del Evangelio de san Mateo, se proclamará la parábola del trigo y la cizaña. Muy parecidas en un comienzo, las
dos plantas se definirán y diferenciarán en su madurez. Una representa el bien;
la otra, el mal. A éste el mismo Dios lo destruirá al final. El cristiano ha de
serlo porque tiene claro cómo actuaba Jesús y no porque todos en torno suyo
sean santos. Mal y bien conviven; los que aman a Jesús deben conocer el camino
a seguir.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. Por la
Iglesia de Cristo para que siga enseñándonos cómo ser y formar el Cuerpo Místico
de Cristo hasta la consumación de los tiempos. Roguemos al Señor.
2.
Por nuestro Papa Francisco, por sus
intenciones y necesidades. Para que, fortalecido por el Espíritu Santo, sea
fiel cumplidor de la misión que el mismo Jesús le encomendó en nombre del Padre
eterno. Roguemos al Señor.
3.
Por todos los sacerdotes, religiosos y
religiosas para que con su ejemplo y orientación en la fe, se constituyan en
Luz de Cristo en medio de la oscuridad del mundo. Te suplicamos por los que
están enfermos de alma o de cuerpo. Roguemos al Señor.
4.
Por las intenciones y necesidades personales
de todos los aquí reunidos. Por los que sufren por los problemas de cada día o la
aparente lejanía de sus seres queridos. Por quienes no han encontrado la paz y
el perdón que Jesús nos dejó. Por quienes están pasando momentos difíciles para
sostener a sus familias. Roguemos al Señor.
5.
Suplicamos al Señor por todos los difuntos,
especialmente por Daniel Alejandro
Guillén Guillén, para que el Señor no les tome en cuenta sus faltas sino
el amor de su Iglesia y haga que el testimonio de sus vidas mueva a otros a
ser, cada día, mejores y más auténticos cristianos. Roguemos
al Señor.
6.
Por Germán y Judy, sus padres; por Germán
Josué y Geryuleth Andreína, sus hermanos; por todos los familiares, amigos y
conocidos de Daniel
Alejandro, para que entendamos que esta ‘ausencia’ suya es parte de la vida
misma y aprendamos a consolarnos y fortalecernos en el Señor. Roguemos
al Señor.
7.
Demos gracias, en fin, por la vida de cada
uno de nosotros, que se renueva cada año y nos impulsa a cambiar para ser
mejores, para cumplir ese ‘proyecto de vida’ que Dios nos propone. Que
aprendamos a vivir cada día como si fuera el último, dispuestos para el
encuentro con nuestro Padre Roguemos al
Señor.
MONICIONES DEL OFERTORIO
Queremos
alabarte, Señor, pues tu amor es grande:
1. LUCES: Queremos que nuestras vidas estén bañadas por
tu Luz, Señor, para transformar el mundo.
2. FLORES:
Te damos gracias por la vida que nos das de Ti mismo. Enriquécela con tu
Espíritu.
3. DEVOCIONES: Las devociones nos
acercan a Ti, Señor. Por ellas te damos gracias, por la fe sencilla, por nuestra
Señora, la Virgen del Carmen.
4. ALIMENTOS: ¡Tú quieres que demos de
comer al que no tiene! Como expresión de sacrificio y donación personal
entregamos estas verduras que hoy compartimos con nuestros hermanos más
necesitados.
5. UNIFORME:
¡Señor, Tú eres Dios de orden! Siempre recordaremos a Daniel usando este
sweater como uniforme de mototaxista. Sabemos que bendecirás este trabajo y a
quienes lo desarrollan para bien de la comunidad.
6.
CHARRASCA: ¡Señor, Tú eres nuestra alegría! Te presentamos y
agradecemos los momentos de alegría que vivimos junto a Daniel cuando bailaba
tocando la charrasca.
7.
FAMILIA: Origen, acogida,
nutrición e identificación: ¡esto es la familia! Hoy, Germán y Judy, Germán
Josué y Geryuleth Andreína, quieren presentar una familia que se ha crecido en
el dolor, y se encuentra sostenida en la
fe y dispuesta para ser portadora del amor de Dios a todas las personas.
8.
CÁLIZ Y VINAJERAS: ¡Tú eres el Pan de Vida y el Cáliz de
Salvación! Presentamos y recibimos el pan y el vino donde creemos que Tú,
Señor, te nos entregarás como alimento para el alma y fortaleza en nuestro
caminar.
Por todo esto, ¡GRACIAS, Señor!
ORACIÓN
FINAL
Gracias, Padre Bueno,
por tu amor incondicional y tu disposición a ver nuestros buenos actos antes
que otras cosas. Te rogamos nos des el valor para que Tú seas el primero y más
importante en nuestras vidas. ¡Que los que amamos descansen en paz! Amén.
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