Eucaristía en honor a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, 27 de mayo de 2016
Monición de
Entrada
¡Muy buenas noches para todas y todos! Hoy nos hemos reunido
para celebrar a nuestra Madre la Virgen María bajo la advocación de Nuestra
Señora de la Medalla Milagrosa. A María la invocamos como Madre y nos sentimos
apoyados y protegidos por ella. Su cariño y su ternura llenan nuestras vidas y
por eso ponemos en Ella nuestra confianza.

Puestos de pie, recibamos al celebrante e iniciemos esta
acción de gracias por Aquella que ruega por todos sus hijos que acuden a Ella.
PENITENCIAL
Es el momento de reconocernos pecadores.
No hacen falta muchas palabras, pero Jesús quiere que lo hagamos ante Dios y
los hermanos. María se alegra, porque una madre se siente feliz si sus hijos
hacen las paces.
* Somos interesados,
nos olvidamos de nuestro Padre-Dios y de nuestra Madre del Cielo, y nos
preocupamos muy poco de nuestros padres de la tierra: Señor, ten piedad.
* Somos poco
solidarios, no nos portamos como hijos de Dios, ni tenemos un gesto de amistad
para nuestros hermanos necesitados, ni hacia las personas mayores: Cristo, ten piedad.
* Somos
egoístas de corazón, porque pensamos que el cariño hacia los padres y hacia los
mayores, es solo cosa de niños y olvidamos los pequeños detalles que hacen
felices a los demás: Señor, ten piedad.
Dios Misericordioso es nuestro Amigo que
tiene piedad de nosotros, perdona nuestros pecados y nos invita a la vida
eterna. Amén.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA: Debemos ser buenos administradores de la multiforme Gracia
de Dios y estar dispuestos hasta a padecer por amor a Él. Así lo aconsejará san
Pedro, en su Primera Carta. Porque amor y servicio han de surgir de toda palabra
y obra que salga de nosotros, fruto de la Presencia del Señor, para gloria
suya.
PRIMERA LECTURA (1Pedro 4,7-13)
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pedro
Hermanos: Ya está cerca el final
de todo; por tanto, vivan con sensatez y en vigilancia para poder orar. Sobre
todo, mantengan en continua actividad el amor mutuo, pues el amor sepulta una
multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos con los otros, sin quejas. Que
cada uno, como buen administrador de la gracia multiforme de Dios, emplee para
servir a los demás, los dones recibidos. Quien habla, sea mensajero de las
palabras de Dios; quien se dedica a servir a los demás, que los sirva con la
fuerza que Dios le comunica. De modo que Dios sea glorificado en todo, por
medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder, por los siglos
de los siglos. Amén. No se sorprendan, queridos hermanos, del fuego de
persecución que ha prendido por ahí para ponerlos a prueba, como si les
sobreviniera algo nunca visto. Al contrario, alégrense de compartir ahora los
padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, el júbilo de
ustedes sea desbordante. Palabra de
Dios.
MONICIÓN DEL SALMO
El Salmo 95 nos invita a descubrir la acción
constante, poderosa y justa, de Dios sobre todo lo creado. Nos invita a
asombrarnos por el poder divino que capacita a tantas personas a cambiar sus
actitudes por amor a Dios. Eso, precisamente, es lo que le da la mayor gloria.
SALMO RESPONSORIAL (Salmo 95)
R El Señor juzgará a todas las naciones.
L “Reina el
Señor”, digamos a los pueblos.
El afianzó con su
poder el orbe,
gobierna a las
naciones con justicia. /R
L Alégrense
los cielos y la tierra,
retumbe el mar y el
mundo submarino.
Salten de gozo el
campo y cuanto encierra,
manifiesten los
bosques regocijo /R
L Regocíjese
todo ante el Señor,
porque ya viene a
gobernar el orbe.
Justicia y rectitud
serán las normas
con las que rija a
todas las naciones. /R
Aclamación antes del Evangelio
R Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el señor, para que vayan y den fruto
y su fruto permanezca. R Aleluya (Juan
15,16).
MONICIÓN DEL EVANGELIO
Es
incomparable el poder que tiene la Palabra de Jesús. Igualmente, hemos de estar
seguros que si nuestra fe es auténtica y firme todo irá cambiando en torno a
nuestras vidas. El evangelista san Marcos nos presenta a Jesús obrando con ese
poder para cambiar lo que existe y para corregir lo que es contrario a nuestra
condición de hijos e hijas de Dios. ¡Buen ejemplo a seguir!
EVANGELIO (Marcos 11,11-26)
Lectura del santo Evangelio según san
Marcos. A Gloria a ti Señor
Después de haber sido aclamado por la
multitud, Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y miró todo lo que en él
sucedía; pero como ya era tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día
siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo a lo lejos una
higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba higos; pero al llegar,
sólo encontró hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo a la
higuera: “Que nunca jamás coma nadie frutos de ti”. Y sus discípulos lo estaban
oyendo.
Cuando llegaron a Jerusalén, entró en
el templo y se puso a arrojar de ahí a los que vendían y compraban; volcó las
mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas; y
no dejaba que nadie cruzara por el templo cargando cosas. Luego se puso a
enseñar a la gente, diciéndoles: “¿Acaso no está escrito: Mi casa será casa de
oración para todos los pueblos? Pero ustedes la han convertido en una cueva de
ladrones”. Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban
la forma de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba
asombrado de sus enseñanzas. Cuando atardeció, Jesús y los suyos salieron de la
ciudad. A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que
estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a Jesús: “Maestro,
mira: la higuera que maldijiste se secó”. Jesús les dijo entonces: “Tengan fe
en Dios; les aseguro que si uno le dice a ese monte: ‘Quítate de ahí y arrójate
al mar’, sin dudar en su corazón y creyendo que va a suceder lo que dice, lo
obtendrá. Por eso les digo: Cualquier cosa que pidan en la oración, crean
ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán. Y cuando se pongan a orar,
perdonen lo que tengan contra otros, para que también el Padre, que está en el
cielo, les perdone a ustedes sus ofensas; porque si ustedes no perdonan tampoco
el Padre, que está en el cielo, les perdonará a ustedes sus ofensas”. Palabra del
Señor.
ORACION DE LOS FIELES
Invoquemos a Dios nuestro Padre en esta Eucaristía
en honor de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, para que, por su
intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.
·
Por la santa
Iglesia de Cristo que en María contempla su Madre y modelo, para que aprenda a
escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad, roguemos al Señor.
·
Por todos
aquellos que invocan a María como Madre y Protectora, para que encuentren en
Ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana, roguemos al Señor.
·
Por las personas
que llevan la Medalla Milagrosa de Nuestra Señora, signo de consagración y de
esperanza, para que aprendan a imitar las virtudes de la Virgen y reflejen en
sus obras una vida evangélica que les lleve a Cristo, Salvador de la humanidad,
roguemos al Señor.
·
Para que quienes
no conocen la devoción a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa se atrevan a
confiar a su Misericordia sus afanes y situaciones difíciles y descubran el
torrente de Gracia que el Señor nos da a través de Ella, roguemos al Señor.
·
Por aquellas
personas que duermen ya el sueño de la paz para que, por intercesión de la
Virgen María, gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
·
Por todos
nosotros, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la
Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios,
propagadores de esta hermosa devoción, roguemos
al Señor.
Escucha, Padre Santo, la oración de tu
Iglesia, y por la intercesión de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa,
concédenos cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.
OFERTORIO
LUZ: Porque
Tú, Madre, fuiste la primera portadora de la Luz del mundo
FLORES: Pues
eres Tú, María, la Flor de las Flores, engalanada con los hermosos ropajes que te
dio Dios.
CESTA DE ALIMENTOS: No es posible venerar a la Madre de Dios sin compadecerse y auxiliar a
sus hijos más pequeños. Por eso entregamos estos alimentos, deseando que sean
causa de bendición para quienes los han entregado y quienes los recibirán.
NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA: Señor, te ofrendamos cada dolor y alegría encomendados a tu
Madre, afligida por nuestros dolores, en la seguridad de que siempre la
escuchas y atiendes sus deseos.
LA MEDALLA: Para
quienes la portan, la Medalla es signo de protección, estímulo de imitación de
vida cristiana y promesa de salvación. Tenemos la certeza de que el Señor nos
hará llegar, gracias a la intercesión de la Virgen María, hasta Cristo, monte
de salvación.
PAN Y HOSTIAS: El
aroma del pan y la sustancia y sabor de este alimento construyen nuestro
cuerpo, dándole energía y ánimo. La Hostia consagrada alimenta nuestras almas y
nos anticipa el cielo, Cuerpo de Cristo que se abaja para divinizarnos.
EL VINO: Las
uvas deleitan el paladar y sirven para producir el vino que, sobre este altar,
ha de convertirse en tu Sangre, Señor. Alegría del alma, Vida de Cristo en
nosotros.
¡Te agradecemos,
Señor!
Excelente...! Muchas gracias por subirlo para el servicio de todos
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