Eucaristía de Primera Confesión 29 de mayo de 2016
PARROQUIA “INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA”
MISIONEROS CLARETIANOS
LOS CUROS, MÉRIDA, ESTADO MÉRIDA
Solemnidad del
Cuerpo y la Sangre de Cristo
EUCARISTÍA DE
PRIMERA CONFESIÓN
29 de mayo de
2016
MONICIÓN DE ENTRADA
Muy buenos
días, hermanas y hermanos. Sean
bienvenidos a nuestra celebración eucarística, Solemnidad del Cuerpo y la
Sangre de Cristo, con la emoción contenida de saber que el Señor, presente en
medio de nosotros, parte el pan para cada una, para cada uno de nosotros. El
mismo Jesús nos ha dejado un puesto en su mesa santa, lo cual nos debe llevar a
vivir la Misericordia en nuestro cada día. En recorrido por las calles y las
plazas de muchas comunidades, el Señor se hará presente en nuestras realidades
y nos llenará de bendiciones.
Dentro de las catequesis parroquiales, la de
Primer Nivel reviste singular importancia, ya que inicia el estudio formal de
la fe para nuestros hijos e hijas y constituye, por tanto, la primera respuesta
del niño y la niña creyente para profundizar una fe que, seguramente, se ha
comenzado a sembrar desde el mismo vientre materno. En este VI Domingo de
Pascua recibiremos a un nutrido grupo de niños, niñas y adolescentes que el día
de ayer vivieron su Primera Confesión. Coincide la liturgia con un anuncio
significativo: El Señor enviará su Espíritu, que siempre nos trae su paz. Sin
lugar a dudas, éste es el mejor regalo que nuestro Señor Jesús pueda dar a cada
uno de estos niños y a todos nosotros, pues sólo así podremos cumplir la misión
de llevar su Palabra a todas partes.
Dispongámonos, ahora, puestos de pie y cantando, para iniciar la Fiesta
Eucarística. Dejemos que la Presencia real y misteriosa de Jesús en la
Eucaristía nos lleve a desear vivir muy
cerca de Él, a adorarlo y a servirlo en las personas que más sufren
Recibamos al celebrante, el padre José Antonio
Santana, y a quienes hasta hoy han sido catequizandos de Primer Nivel, en
compañía de sus catequistas.
OFRECIMIENTO DE LOS NIÑOS
Queridos hermanos y hermanas: Al comenzar este
curso se nos encomendó un grupo de cerca de ochenta niños, niñas y adolescentes
que querían iniciar su proceso de formación cristiana. Con empeño nos
propusimos cumplir la misión de enseñar las oraciones básicas del cristiano,
hacer madurar su fe en un compromiso auténtico de servicio al hermano y de
escucha de la Palabra de Dios. Cada Domingo estos catequizandos han estado
invitados a participar en la Eucaristía, donde les hemos animado para que se
sientan parte significativa de cada Celebración y descubran en sus corazones
por qué Cristo mandó a sus discípulos ‘hacer esto en memoria suya’.
Creemos que ya están preparados para continuar su
Proceso, ahora en otro Nivel, donde vivirán su encuentro personal con Jesús
Eucaristía. Cuentan estos niños, niñas y
adolescentes con nuestro afecto y disposición para seguir adelante. Y, aunque
siempre seremos sus catequistas, hoy los pondremos a disposición de los
catequistas de Segundo Nivel, quienes deberán encargarse de su guía y
preparación para el próximo año. Pedimos a Dios Padre los bendiga; a Jesús, el Señor, los modele en su Amor; y
al Espíritu Santo, los ilumine y les revele la Verdad de Cristo. Amén.
PENITENCIAL
Sacerdote: Niños, niñas: Han completado ustedes un curso de formación que los ha
capacitado para recibir su Primer Encuentro con la Misericordia de Dios en el
sacramento de la Reconciliación. Así que están conscientes de que, a veces,
hacemos lo que está mal y entristecemos a Dios. ¿No es así?
Niñ@s: Sí, Padre.
Sacerdote: Para ayudar a todos a recapacitar, ¿querrían tres de ustedes decirnos
algunos de los actos que un niño, una niña, a veces hace y que no están bien?
Niño 1: Padre, muchas veces hacemos gestos de fastidio o
disgusto, contestamos grosera o antipáticamente y hasta hacemos gestos agrios
al saludar, despreciando a otras personas.
Sacerdote: Entonces, debemos pedirle perdón a Dios, ¿verdad? (Señalando al coro)
Coro: ¡Señor, ten piedad!
Niño 2: También hemos sido un poco flojos
en la semana, jugando en exceso al Play o en Internet, viendo mucha
televisión, y hemos desobedecido a los papás cuando nos mandaban a estudiar o a
hacer algo en la casa. No hemos sido colaboradores, Padre.
Sacerdote: Creen que por eso también debemos pedir perdón a Dios?
Niñ@s: Sí, Padre.
Sacerdote: Pues, nada, a pedir perdón a Dios… (Señalando al coro)
Coro: ¡Cristo, ten piedad!
Niño 3: Padre, hemos peleado con los hermanos o con los compañeros de la escuela;
también hemos contestado a alguna maestra y hasta hemos dicho mentiras. Así
ocurre que cuidamos poco la vida que Dios nos dio.
Sacerdote: Pues, entonces, corresponde pedir perdón a Dios… (Señalando al coro)
Coro: Señor, ten piedad!
Sacerdote: Siempre debemos recordar, niños y niñas, que lo que hace daño a las
personas que nos rodean o a nosotros mismos, eso también entristece a Dios y
debemos pedirle perdón para que nos ayude a hacer lo que es bueno. ¿Entendido?
Niñ@s: Sí, Padre
MONICIÓN PRIMERA LECTURA
La primera lectura procede del Libro del Génesis. Refiere la
bendición que hizo el Sacerdote Melquisedec a Abraham cuando este llegó
victorioso de una batalla. El origen o el final de este rey y sacerdote no se
conocen; pero él dispuso que el sacrificio fuese pan y vino, tal y como lo
enseñó Jesús y nosotros lo seguimos
haciendo.
PRIMERA
LECTURA (Génesis 14, 18-20)
Lectura del
libro del Génesis
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem,
sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abram, diciendo: «Bendito
sea Abram por parte del Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea
el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos en tus manos». Y Abram le
dio un diezmo de todo lo que había rescatado. Palabra de Dios.
MONICIÓN SALMO
RESPONSORIAL
El Mesías esperado por el pueblo judío no podía tener
principio ni fin, ni depender de ninguna investidura humana. El salmo 109
aclama a Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, por cuanto
animaba su esperanza en la llegada del Rey y Mesías prometido. Así también lo
ha visto la Iglesia.
SALMO RESPONSORIAL (Salmo 109)
R. Tú eres
sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
v Esto ha dicho el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y
haré de tus enemigos el estrado donde pongas tus pies». R.
v Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú
dominarás al enemigo. R.
v Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes
sagrados te consagró el Señor antes del alba. R.
v El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres
sacerdote para siempre, como Melquisedec». R.
MONICIÓN SEGUNDA
LECTURA
Y en la segunda lectura
escucharemos el fragmento de la Primera Carta a los Corintios en la que Pablo
nos ofrece el documento más antiguo sobre la consagración en la Ultima Cena. Y,
ayer y hoy, forma parte de la oración que proclama el sacerdote durante la
Consagración.
SEGUNDA
LECTURA (1Corintios
11, 23-26)
Pertenece a san Pablo, en su Primera Carta a los
Corintios, el documento más antiguo sobre la consagración en la Ultima Cena,
constituyendo parte de la oración que
proclama el sacerdote durante la Consagración: ‘Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman
la muerte del Señor, hasta que vuelva’.
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he
transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos y, pronunciando la acción de
gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan
esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar,
diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre; hagan
esto en memoria mía cada vez que beban de él ».
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y
beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL
EVANGELIO
R. Aleluya,
aleluya. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de
este pan vivirá para siempre. R. Aleluya
(Jn 6, 51).
MONICIÓN DEL EVANGELIO
Frecuentemente observamos situaciones
dolorosas y nos limitamos a contárselo a otro, sin la menor intención de
intervenir ayudando. Así sucedió con los Apóstoles, que ni remotamente
supusieron que fuera a ellos a quienes les correspondía intervenir a favor de
la gente necesitada que seguía a Jesús para que –solo entonces- Dios obrara con
su poder.
EVANGELIO (Lucas 9, 11b-17)
Lectura del santo Evangelio según
san Lucas
En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la
multitud y curó a los que lo necesitaban.
Cuando caía la tarde, los Doce Apóstoles se le acercaron a decirle:
«Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar
alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario». Él les
contestó: «Denles ustedes de comer». Pero ellos replicaron: «No tenemos más que
cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar de
comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres.
Jesús dijo a sus discípulos: «Hagan que se sienten
en grupos como de cincuenta». Lo hicieron así, y todos se sentaron. Después
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la mirada al cielo,
pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos
para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y de lo que
sobró se llenaron doce canastos. Palabra
del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Nuestro Señor Jesucristo quiso quedarse para siempre con nosotros en la
Eucaristía (A cada
oración, respondemos: …¡El Pan de la Vida Nueva!):
1. Por la
Iglesia. Por el Papa Francisco. Por nuestros Obispos Baltazar y Alfredo. Para
que cuenten siempre con el aliento del Espíritu Santo y puedan llevar a cabo la
misión que Jesús ha confiado a sus Apóstoles. Dales siempre, Señor…
2. Te
encomendamos a nuestros Misioneros Claretianos. Cuídalos en sus necesidades
personales. Que haya abundancia de vocaciones auténticas y que sean tenidos por
amigos dondequiera que se encuentren.
Dales siempre, Señor…
3. Para que
leamos con más constancia la Biblia. Que nos animemos a leer el Nuevo
Testamento para comenzar a conocer a Jesús y convertirnos en sus amigas y
amigos. Danos siempre, Señor…
4. Decimos –y es
cierto- que Dios es amor. ¿Pero amamos a los demás? ¿Sirve de algo decir “Dios
es amor” si, luego, no nos ven que damos y ofrecemos cariño? Para que nos
tomemos en serio las palabras de Jesús. Danos
siempre, Señor…
5. Demos gracias
al Señor porque su Santo Espíritu nos
capacita para descubrir las necesidades de nuestro prójimo y servirlos con
amor, porque nos hace ‘misericordiosos’. Danos
siempre, Señor…
6. Al dejar una
catequesis y pasar a otra, haz, Señor, que tu Espíritu nos anime para tomarnos
aún más en serio nuestro compromiso de querer crecer como cristianos. Danos siempre, Señor…
7. Queremos
suplicarte, Señor, por nuestras familias. Son ellas las que nos enseñarán, con
su ejemplo, a perseverar en la fe y asumir con alegría el compromiso de
formarnos para conocer nuestra fe sin conformarnos con ‘salir’ de cada sacramento y poderte amar, Señor, en quienes nos
rodean. Dales siempre, Señor…
8. Te suplicamos,
Señor, llenes de bendiciones a nuestros catequistas para que puedan seguir
predicándote y dándote a conocer. Bendice, sobre todo, sus situaciones
difíciles y haz que te descubran en ellas cada día. Dales siempre, Señor…
9. Señor, bendice
a los sesenta y cinco niños, niñas y jóvenes que te conocerán dentro de una
semana en la Eucaristía. ¡Que no puedan ya vivir sin Ti! Dales siempre, Señor…
OFERTORIO
Señor, queremos presentarte estas ofrendas que son
expresión de nuestras vidas, convencidos de que obrarás prodigios y señales en
ellas, transformándonos en Ti mismo:
1.
CATECISMO Y
BIBLIA
Señor, enséñanos a conocerte cada vez más.
2.
ACTIVIDADES DE
CATECISMO (TAREAS)
Señor, que el desánimo no nos venza.
3.
FAMILIA
Señor, gracias por nuestras familias. Bendícelas.
4.
CATEQUISTAS Y
NIÑOS
Señor, gracias porque tu Palabra se sigue
enseñando.
5.
ALIMENTOS
Señor, danos un corazón generoso para que ayudemos
a nuestros hermanos más necesitados.
6.
CERTIFICADOS Y
DISTINTIVOS
Señor, que valoremos nuestro compromiso personal y
familiar con nuestro proceso formativo en la fe.
7.
PAN, UVAS,
CÁLIZ Y VINAJERAS
Señor, que rodos anhelemos tu Alimento –eucarístico
o espiritual- y Tú seas prioridad en
nuestros Domingos.
¡Por nuestras
vidas, Señor, te damos gracias!
PASO
DE CATEQUESIS
ORACIÓN POR LOS
CATEQUIZANDOS
¡Señor,
Tú lo sabes todo! Tú sabes cuánto necesitamos formarnos para conocerte cada día
un poco más. Te agradecemos tu compañía en este camino de formación. Han
crecido nuestros catequizandos. Así preparados, los entregamos para que
continúen su proceso de formación. Haz que practiquen lo que les hemos
transmitido para que no lo olviden. Despierta el amor que ellos te tienen para
que todos te descubran en ellos, especialmente en sus hogares y entre sus
amistades. <que ellos y sus
familiares valoren su proceso formativo y los acompañen a vivirlo con alegría y
compromiso cristiano. Amén.
BENDICIÓN Y ENTREGA DE LOS CERTIFICADOS Y DISTINTIVOS
MONICIÓN
Seguidamente
el Celebrante procederá a bendecir los Certificados y distintivos y entregarlos
a los catequistas para que, a su vez,
los entreguen a cada catequizando.
CATEQUISTA DE PRIMER
NIVEL: Queridos catequizandos: Llegó el momento de reconocer
su participación dentro de la Catequesis de Primer Nivel y promoverlos al
Segundo Nivel. Al llamarles, se acercarán para recibir su Certificado y su
distintivo, el cual esperamos utilicen cada día. (La Coordinadora de I Nivel
los va llamando y su Catequista les entrega el Certificado e impone el
distintivo. Pasan a su nuevo lugar).
CATEQUISTA DE SEGUNDO
NIVEL: Queridos Catequizandos: Tanto la Coordinadora de
Primer Nivel como cada uno de sus Catequistas han dado fe de su adecuada
preparación para pasar a un Segundo Nivel. Damos gracias desde ya por cada uno,
cada una de ustedes. Al aceptarles en el Segundo Nivel suplicamos al Señor y a
la Virgen María para que sigan llenándolos de Dios. ¡SEAN BIENVENIDOS AL
SEGUNDO NIVEL! Desde ahora y durante un año, ocuparán las bancas de Segundo
Nivel en la Fiesta Dominical con el Señor.
GRITO
En
señal de aceptación del nuevo COMPROMISO, los niños gritan:
¡CON CRISTO QUEREMOS
SEGUIR LOS CAMINOS DEL EVANGELIO!
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