IV Domingo de Cuaresma, 6 de marzo de 2016
MONICIÓN DE ENTRADA

En
medio de lo que representa tomar conciencia de nuestro pecado, del dolor que
causamos a otros, hoy nos corresponde alegrarnos porque tenemos un Padre que
nos ama incondicionalmente y que siempre, siempre, está dispuesto para
nosotros. Por eso este día nos lleva, particularmente, al encuentro con el
Corazón de nuestro Padre, para quien jamás dejamos de ser sus ‘hijos amados’.
La
clave estaría en que el pecado ha roto nuestra cercanía con Dios; alejados de
Él, requerimos tomar la decisión de reconciliarnos. Esto, aunque suene fuerte
no lo es, por cuanto Dios siempre está dispuesto a darnos su amor
incondicional. ¡De ahí nuestra alegría!
ACTO PENITENCIAL
1.
Porque nos alejamos de Dios cuando no tenemos alguien que nos lo recuerde y nos
ocupamos de todo menos de Él. ¡Señor,
ten piedad! (Niño/a dice: ‘¡Qué fastidio con mi
abuela! No me deja tranquilo si no voy a misa’. Otro/a: ‘¡Pues, a mí me encanta
acompañar al abuelo a misa!’)
2.
Porque valoramos poco las oportunidades de arrepentirnos, confesar y comenzar a
tratar mejor a la gente o de ser más honestos, responsables, sinceros y
colaboradores. ¡Cristo, ten piedad! (Dice
un/a niño/a: ‘No sé por qué la gente se confiesa y hace sacrificios en
Cuaresma.’ Otro: ‘Yo me siento en paz desde que confesé y parece que tengo
valor para no portarme mal.’)
3.
Porque no nos proponemos ser mejores y acercarnos con humildad a quienes
dañamos o nos han hecho daño. Olvidamos que Tú, Señor, siempre estás dispuesto
a ayudarnos. ¡Señor, ten piedad! (Niño/a:
‘¡Ay, ya habrá tiempo para hacer otras cosas! Quien me quiera, que me acepte
como soy’. Otro/a: ‘Me porté mal con papá. Por eso le pedí perdón. ¡Que feliz
estoy! ¡Me perdonó!’)
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Es
del Libro de Josué nuestra I Lectura de hoy. Ya ha pasado el tiempo del maná,
pues ya el pueblo ha podido sembrar y recoger los frutos producidos. Ya no
necesitan esos portentos divinos. Deben perseverar en su relación con Dios,
agradeciéndole sus favores anteriores y los del momento. Porque el Señor es
realmente bueno.
SALMO.- El
Salmo 33 nos recuerda que es propio de nosotros agradecer a Dios por su bondad
y contárselo a todo el mundo, para que otros se animen, se acerquen a Dios y
puedan disfrutar de tan excelente amigo.
SEGUNDA.- La
entrega de Cristo en la Cruz debe animarnos a recibir el perdón que
gratuitamente nos ofrece el Padre. Escucharemos la proclamación de la Segunda Carta a los Corintios,
de San Pablo, que nos invita insistentemente a arrepentirnos con corazón sincero
de aquellas conductas que nos alejan del amor de Dios.
EVANGELIO.- Muy
conocida es la parábola de san Lucas que se proclamará. Sin embargo, debemos
evitar escuchar una simple lectura, porque el mismo Señor es quien nos habla
con este ejemplo para que podamos comprender un poco mejor aspectos de nuestro
proceso de arrepentimiento por las faltas cometidas y del proceso del perdón
que Dios nos da. ¡Es puro misterio de amor vivificador y restaurador! ¡Es
encuentro de dos corazones, donde uno perdona al otro y lo olvida todo!
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Por el Papa Francisco y su visita en Méjico. Por la Iglesia, para que sea casa del perdón de Dios que, abierta a orientar a todos desde el
Evangelio, sea lugar, palabra y escucha que acepta y restablece ante cada
situación. Roguemos al Señor.
2.
Por los hijos que se marchan de casa y no son agradecidos. Por aquellos que
piensan que, fuera del hogar, se vive mejor. Roguemos al Señor.
3.
Por los padres que han perdido la esperanza. Por los que no olvidan ni
perdonan. Para que descubran que hay que ser padres en lo bueno y en lo malo. Roguemos al Señor.
4.
Por los enfermos de nuestra parroquia, por las personas que los cuidan, por
nuestros amigos y conocidos que tienen algún familiar en hospitalizado. Roguemos al Señor
5.
Por todos nosotros para que busquemos un momento para hacer una buena confesión
de nuestros pecados y vivamos una Semana Santa dispuestos a vivir en santidad. Roguemos al Señor.
6.
Por quienes recibirán el sacramento de la reconciliación este año, para que
comprendan cuán bueno es recibir frecuentemente la bendición de Dios, que nos
perdona, porque nos ama. Roguemos al Señor.
7.
Desde ya comencemos a dar gracias al Señor por los niños y niñas que en poco
tiempo celebrarán su Primera Confesión o Comunión o su Confirmación, para que descubran
cuánto los ama Dios y quieran ser siempre sus amigos. También pidamos al Señor que bendiga a sus
padres y grupos familiares. Roguemos al Señor.
8.
Recordemos encomendar al Señor, con oraciones y sacrificios, a quienes ya
vivieron su misión de vida. Que puedan contemplar el Rostro amoroso del Padre. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
Hay
tiempo para cada experiencia de vida. Por ser débiles, pecamos: pero la gracia de Dios nos restablece y, por eso, podemos celebrar la hermosa Fiesta del Amor
de Dios, que es la Eucaristía. Que al entregar el pan y el vino puedan todos comprender que estamos dispuestos a
enmendarnos y llenarnos siempre de la Gracia Santificante de Dios, que nos
invita a vivir el misterio de su Sacrificio
Incruento por amor a nosotros, sus hermanos. ¡Gracias, Señor! (Cuatro
niños se dirigen al altar: el primero se arrodilla con la cabeza agachada ante
el altar; otro le da la mano para que se pare y se vuelven hacia la asamblea;
se les unen quienes portan el pan y el vino, hacen los cuatro la venia y los
entregan al celebrante.)
ORACIÓN FINAL
Padre Bueno, que siempre estás dispuesto a llenarnos de tu amor que todo
lo transforma, utiliza este Tiempo de Cuaresma para modelarnos en tu
Misericordioso Corazón, de manera que podamos testificar con nuestras propias
vidas la grandeza de tu amor y el poder transformador que este genera. Amén
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