V Domingo del Tiempo Ordinario, 7 de febrero de 2016
MONICIÓN
DE ENTRADA
¡Muy buenos días
tengamos todas y todos! Seamos bienvenidos a nuestra Acción de Gracias, la
Eucaristía, en la que hemos de comprometernos para demostrar afuera, en la vida
diaria, que somos amigos de Jesús y que confiamos en su protección sobre
nosotros.
Debemos mostrar al
mundo que tenemos memoria; que nos recordamos llamados por el Señor y nos
reconocemos enviados en cada momento de nuestra existencia, a pesar de las
dificultades que puedan surgir, y, en consecuencia, hemos resuelto prestar al
Señor las capacidades que de Él henos recibido para contarle al mundo que Jesús
es nuestro Amigo. Que en algún momento de nuestras vidas Jesús captó nuestra
atención, nos llamó y de ese encuentro surgió nuestra amistad con Él, hecho que
nos da felicidad auténtica. ¡Y esto tenemos que contarlo a todos!
Además,
en Venezuela, hoy se nos invita a la participar en la Jornada Nacional y
Colecta para la Pastoral Juvenil.
PENITENCIAL
a) Señor, muchas veces nos incomodas pidiéndonos que
ayudemos a los demás. ¡Es que tenemos tantas cosas que hacer! ¡Señor, ten piedad! (Se escucha: ‘Busca a otros, Señor; no tengo
tiempo para Ti.’ / Respuesta: ‘Soy Yo quien te da el tiempo.’)
b) Señor, quisiéramos atender tus
peticiones, pero no somos súper personas. Somos débiles y pecadores. Seguro que
no podremos ayudarte. ¡Cristo, ten
piedad! (Se escucha: ‘Busca a
otros, Señor; yo no sirvo.’ / Respuesta: ‘Te limpiaré y te ayudaré.’)
c) Señor, nos prometes tanto, pero no
tenemos seguridades. Sería mejor que nos lo demostraras. ¡Señor, ten piedad! (Se escucha:
‘Señor, quiero seguirte, pero tengo dudas.’ / Respuesta: ‘Confía en mi
Misericordia.’)
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
PRIMERA: La primera
lectura nos presenta a un personaje muy interesante. Se trata de Isaías, quien
nos cuenta cómo, un día, Dios le habló y le dijo que le necesitaba para
transmitir a la gente su mensaje de amor, para que fuera sus manos en un mundo poco
solidario donde hay hambre y necesidad. Isaías nos dice que no lo dudó un
momento y se dispuso a hacer lo que Dios le pedía.
SALMO: Hoy utilizaremos
un hermoso Himno de Acción de Gracias para orar, el salmo 137. La obra de Dios
en nosotros continúa desarrollándose y, por tanto, Él no nos dejará hasta
culminarla. Su lealtad nos dará la fuerza para sobreponernos a cualquier
dificultad. Por eso hemos de agradecer siempre su Misericordia.
SEGUNDA: En la
segunda lectura el apóstol Pablo nos asegura que Jesús también le llamó y se
encontró con Él. Como a Isaías, lo invitó a hacer algo por Él y por las personas
del mundo. Tal y como les ha pasado a otras muchas personas -y que sigue
pasando también hoy-, el Señor nos llama.
EVANGELIO: El
Evangelio de este día nos relata cómo Jesús eligió a sus primeros discípulos. Quienes
serían ‘los apóstoles’ “lo dejaron todo para seguir a Jesús”. Y aunque se
sabían pecadores, cambiaron de rumbo para seguir al Señor. No hay razones válidas
para estar lejos de la misión que Jesús nos propone a todos hoy.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.- Por la Iglesia. Para que se haga
consciente de su necesidad permanente de convertirse. Que el Espíritu Santo
pueda obrar en ella. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa, por cada consagrado,
para que el anhelo de santidad les ayude a superar las debilidades humanas. ¡Bendice
a nuestros sacerdotes, Señor! Roguemos
al Señor.
3.- Oramos por quienes se están
preparando para dejar las redes y seguir radicalmente a Jesús. Que puedan ser
fieles en su respuesta y santos en su servicio. Roguemos al Señor.
4.- Oremos por los gobernantes de
nuestro país y del mundo entero. Para que nunca olviden que su misión es
trabajar por el bien de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
5.- Oramos también por quienes dirigen
cada familia, para que sientan que la responsabilidad de hacer que todos sus
miembros personas honestas, de fe vivificante, constituye un regalo de Dios por
la oportunidad de crecimiento para todos. Roguemos
al Señor.
6.- Encomendamos al Señor a cada joven
integrante de las diferentes Pastorales Juveniles. Que no olviden que su centro
vital de atención eres Tú, Jesús. Roguemos
al Señor.
7.- Oremos por todos los difuntos,
para que reciban el premio que sus buenas obras merecen y gocen la Redención
que Cristo nos obtuvo. Roguemos al
Señor.
8.- Te suplicamos, Señor, por quienes
participan en las diferentes catequesis parroquiales para que se constituyan en
elemento de fortalecimiento y transformación espiritual en sus comunidades. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1. Hoy queremos aceptar tu llamado,
Señor, para seguirte y servirte. Si Tú estás a cargo, todo irá bien. (Un/a
chico/a lleva una hoja en blanco donde escribirá: ‘Sí, Señor, acepto.’ Y lo
firmará. Lo muestra a la asamblea y lo entrega al celebrante.)
2. Nuestras faltas nos entristecen y
hacen amargo nuestro servicio, Señor. Por eso nos arrepentimos y disponemos a
restablecer nuestras almas en el sacramento de tu Misericordia, la confesión. (Un/a
chico/a lleva una hoja sucia –representa nuestra vida de pecado. La substituye
por una limpia para representar la gracia de la reconciliación.)
3. Nada nos restablece como tu Cuerpo
y tu Sangre, Señor. Por eso llevamos hasta tu altar estas excelentes ofrendas, el pan y el vino, donde sabemos que Tú
obrarás el milagro redentor una vez más.
¡Gracias, Señor!
ORACIÓN
FINAL
Te damos gracias, Padre Bueno, por
llamarnos a ser mensajeros de tu amor y por socorrernos en todas nuestras
necesidades. Que tu Santo Espíritu nos ilumine para que vivamos y transmitamos
tu Misericordia a cada instante. Amén.
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