El Bautismo del Señor 10 de enero de 2016
MONICIÓN
DE ENTRADA

En la Epifanía, Dios se
manifestó, por medio de un Niño, a los pueblos gentiles; en su Bautismo, Dios
ofrece a la humanidad a su Hijo Único para nuestra salvación. Aunque ambas
fiestas se parecen, la de hoy constituye una frontera clara entre el Tiempo de
Navidad y el Tiempo Ordinario, que retomaremos la próxima semana. Comencemos,
pues, con emoción y alegría nuestro encuentro dominical.
PENITENCIAL
1. Porque olvidamos que en nuestro Bautismo Tú también te
manifiestas al mundo proclamando que somos hijos e hijas tuyos. ¡Señor, ten piedad!
2. Porque sólo valoramos el Bautismo de alguien por la
fiesta que se haga, despreciando tu amor de Padre, que nos amas y esperas ser
amado. ¡Cristo, ten piedad!
3. Porque olvidamos que nuestro Bautismo nos compromete a
hacer el bien, a seguir los pasos de oración, servicio, presencia de tu
Palabra, perdón y amor que Tú mismo nos enseñaste. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- He aquí una
hermosa descripción del Profeta Isaías, en su capítulo 42, sobre el Mesías, el Siervo de Dios: todo
suavidad, Él será esa llama que sigue ardiendo sin que algún golpe o brisa pueda
apagarla. Jesucristo, quien ha sabido amar y servir hasta el extremo, será
nuestro liberador y dará luz a nuestros ojos. Y lo hará desde la más absoluta
humildad.
SALMO.- El Salmo 28 nos invita a tomar una actitud
de profunda y confiada adoración a Dios. Al temor y al miedo ante la fuerza de
la naturaleza, el salmista contrapone la glorificación adorante de Dios en el
templo de Sión. El santuario de Jerusalén
y el santuario celestial vienen a ser dos ambientes sagrados donde el Señor y Soberano
supremo de toda la creación nos da su paz; por ello debemos alabar la gloria
divina.
SEGUNDA.- En la
segunda lectura queda de manifiesto, claramente, la universalidad del amor de
Dios. De los Hechos de los Apóstoles escucharemos la referencia que Pedro hace
de Jesús de Nazaret, quien desde Galilea comenzó su misión, fue bautizado por
Juan e hizo el bien, con un amor que no excluyó a nadie. Es que se trata del
Ungido de Dios, otro título que le es propio.
EVANGELIO.- Juan cumple
su misión de anunciar al Mesías y deja claro que él no lo es. Sin embargo, lo
reconoció en Jesús, a quien el Padre llama ‘mi Hijo’, ‘mi predilecto’ el día en
que, humildemente, como uno más, se acerca a recibir el Bautismo de agua con que
daría inicio a su misión a favor de la humanidad toda. Este Evangelio de san Lucas debe llamarnos a
vivir la unción del bautismo en fuego y Espíritu Santo que nos ha sido dado.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1. El
Bautismo señaló la misión de Jesús. Para que derrames tu Misericordia sobre tu
Iglesia, sobre cada bautizado, sobre cada consagrado; para que vivan la
plenitud de la vocación a la que los has llamado. Roguemos al Señor.
2. Cada
persona ha de vivir su misión. Te rogamos por los gobernantes del mundo entero,
para que aprovechen la gran oportunidad de ser servidores que buscan el
bienestar, la paz y la unidad de sus pueblos. Roguemos al Señor
3. Te
recordamos a quienes necesitan recibir tu Misericordia, Señor, desde su condición
de vida. Te suplicamos por quienes tienen el poder, la capacidad o la
responsabilidad de atenderlos. Que se manifieste tu gloria en medio de ellos. Roguemos al Señor.
4. La
plenitud del Bautismo ha de manifestarse en la familia, cúmulo de vocaciones y
misiones que han de estar al servicio de la sociedad, de quienes los requieran.
Que tus bendiciones pongan fuego y Espíritu en lo que hagan. Roguemos al Señor.
5. Queremos
agradecerte, Señor, el día de nuestro bautismo. Queremos agradecerte porque nos
hiciste hijos e hijas tuyos. Queremos agradecerte porque te complaces con cada
uno de nosotros. Ayúdanos a que se nos note la unción recibida. Roguemos al Señor.
6. Para
que el Bautismo de Jesús nos haga preguntarnos sobre el nuestro. ¿Quién me
bautizó? ¿Cuándo? ¿Qué sacerdote? ¿Quiénes fueron mis padrinos? ¿Soy
cristiano(a) de verdad? Roguemos al
Señor.
7. Cada
adulto en nuestras familias, a ejemplo de Juan Bautista, ha de preparar a los
niños para asumir la misión de vida que Tú, Señor, les has dado. Que sepamos
enseñarles cómo debe vivir un cristiano. Roguemos
al Señor.
8. Oramos
por cada niño, joven o adulto de la catequesis parroquial, para que vivan en
plenitud su bautismo dando cada día la gloria al Padre. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
a) El agua bautismal nos restableció como hijos de Dios. Te estamos
agradecidos por nuestro bautismo, Señor. Te entregamos, además, a nuestros
padres y padrinos, al sacerdote que nos bautizó y a quienes presenciaron ese
momento de compromiso de vida.
b) Nuestra alma quedó limpia por las aguas
bautismales, como este pañito. Te
entregamos cada confesión hecha con el deseo y el propósito de buscar siempre
mantenerla así, sobre todo en este Año Extraordinario de la Misericordia.
c) Finalmente traemos hasta el altar el pan y el vino que han de mantener
encendida en nosotros la Luz de tu
Espíritu. Con ellos queremos simbolizar nuestro deseo de alimentar nuestra vida
cristiana con la Eucaristía, la oración y la fe, para no caminar en tinieblas.
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