NOVENA DE NAVIDAD: MISAS DE AGUINALDOS Viernes 18 de Diciembre de 2015


MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días tengan todas y todos ustedes!  ¡Nos encontramos en nuestra tercera Misa de Aguinaldos! Avanzamos hacia Belén para recibir al Dios-con-nosotros, el Emmanuel, en nuestros corazones, en nuestras vidas.
Los anuncios de la Palabra de Dios en torno a la Navidad son alentadores. Dios no se olvida de su Pueblo y tiene un plan de acción que nos traerá gozo y paz.  En un Niño chiquitico se inaugurarán los tiempos de la Salvación tan anunciados por los profetas. Y, así como el último y más grande de los profetas –Juan bautista- lo anunciara, también nosotros debemos preparar nuestros hogares y comunidades para recibir a Aquél que ya viene.
(Donde se comenzó el día 15, cambiar: ‘tercera’  por ‘cuarta’.)

PENITENCIAL
* El egoísmo nos hace aspirar todo lo bueno para nosotros, olvidando que quienes nos rodean también tienen necesidades que subsanar. ¡Señor, ten piedad!
* Queremos ser reconocidos en lo que hacemos y nos olvidamos que vivimos rodeados de personas, tan dignas de respeto y reconocimiento como nosotros mismos. ¡Cristo, ten piedad!
* Reaccionamos ante lo que sucede y, muchas veces, nuestro orgullo nos impide cambiar esa reacción por una actitud de comprensión y aceptación de las realidades ajenas. ¡Señor, ten piedad!

PRIMERA LECTURA (Jeremías 23, 5-8)
Dios  ha realizado cosas maravillosas por su Pueblo, sacándolo de la esclavitud de Egipto. Ahora realizará una obra mayor: bajo un Rey justo y prudente, amante del derecho, Dios reunirá a todo su Pueblo, a los del norte y del sur, a los que tuvieron que marchar lejos o exiliarse. Así, el pueblo reunido por Dios vivirá con paz, derecho y justicia.
Lectura del libro de Jeremías.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: “El Señor es nuestra justicia”. Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: “Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto”, sino más bien: “Por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo”. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (Sal  71, 1-2. 12-13. 18-19)

R. ¡Que en sus días florezca la justicia!

* Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
* Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. R.
* Bendito sea el Señor, Dios de Israel; el único que hace maravillas. Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. R.

ALELUYA
Aleluya / ¡Pastor de la casa de Israel, que diste la Ley a Moisés en el Sinaí, ven a librarnos con el poder de tu brazo! / Aleluya

EVANGELIO (Mateo 1, 18-24)
Este fragmento que escucharemos nos muestra la intervención de Dios y la respuesta obediente de José, quien será encargado de recibir al Niño de María como suyo. Y deberá ponerle el nombre, Jesús. Este nombre explica la misión que cumplirá: “él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Literalmente, el nombre Jesús en hebreo es Yehoshua, que significa “Yavé salva”. Así, ésta es la buena noticia: en este Niño Rey se realizará plenamente la promesa salvadora de Dios. Por eso nos trae la paz, el derecho y la justicia.

Lectura del santo evangelio según san Mateo
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa. Palabra del Señor

ORACIÓN DE LOS FIELES
     1.            ¡Dios está con tu Iglesia, Señor! Que el testimonio de todos los bautizados sea manifestación creíble de tu amor que se hizo Niño. Que pueda enseñarnos, guiarnos y darnos siempre a Jesús. Roguemos al Señor.
     2.            ¡Dios está con los gobernantes! Para que comprendan que es mejor sólo quien manda con justicia y prudencia, amando el derecho.  Roguemos al Señor.
     3.            ¡Dios está con nuestras familias! Te entregamos sus dificultades y desánimos, sus limitaciones y sus posibilidades. Que sean causa de esperanza para la humanidad pues en ellas hay hombres y mujeres de  buena voluntad, auténticos evangelizadores, que transmiten el don precioso de la fe. Roguemos al Señor.
     4.            ¡Dios está con los enfermos! El sufrimiento puede agobiar, Señor. Que nunca perdamos la esperanza, que confiemos y pidamos tu Voluntad sobre cada enfermo de nuestras familias y, más aún, cuando nosotros mismos lo estemos. Roguemos al Señor.
     5.            ¡Dios está con los atribulados! Con los que han perdido un ser querido en cualquier circunstancia. Haz que tengamos la confianza de que ellos ya descansan en Ti y nos demos el permiso de dejar de sufrir. Que tengamos el valor de recordar a nuestros difuntos con alegría. Roguemos al Señor.
     6.            ¡Dios está con los vecinos de este sector! Para que los organizadores de esta Eucaristía, acepten la Voluntad de Dios en sus vidas y pidan siempre tus abundantes bendiciones ante toda circunstancia que deban enfrentar personalmente y en sus comunidades. Roguemos al Señor.

OFERTORIO
LUCES
Para que nuestro pecado pierda espacio en nuestras vidas y podamos ver tu Luz.
FLORES (DE NAVIDAD)
Hermosa manifestación del amor de Dios que nos renueva y llena de alegría.
DEVOCIONES (Rosario, imágenes de la Virgen o algún santo)
El ejemplo de tanta gente buena nos recuerda que hay muchas maneras de hablarte, escucharte y encontrarte, Señor.
JOSÉ Y MARÍA
Solo quien vive la sinceridad puede encontrar soluciones verdaderas a sus conflictos más profundos. Entregamos nuestro corazón sincero y nuestra confianza en ti, Señor.
ALIMENTOS
Te entregamos a nuestros hermanos más necesitados para que, al recibir estos alimentos que hoy te entregamos, Señor, descubran cuánto los amas y cómo estás pendiente de ellos.
COLECTA
Para ayudar a nuestra Iglesia en sus necesidades y colaborar con tus servidores muy amados, los sacerdotes y los más pobres.
CÁLIZ Y VINAJERAS
Señor, nada tenemos propio que Tú antes no nos hayas entregado. Te presentamos el PAN y el VINO para recibir la Vida y la Salvación. ¡Gracias, Señor, por quedarte con nosotros!

ORACIÓN FINAL

Dulce Jesús Niño, retoño de un pueblo debilitado por el pecado, presencia tierna y poderosa del Dios que nos ama sin merecimientos nuestros. Ayúdanos a descubrirte en la sencillez de los Esposos de Nazaret para que podamos adorarte en la grandeza de la Salvación que nos has traído. Y, así, Te llevemos siempre con nosotros. Amén.

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