DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ, 27 de Diciembre de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA

Sobre
todo cuando dejamos de ser niños y entramos en contacto con otras familias,
llegamos a pensar que hay familias mejores que la nuestra y hasta desearíamos
vivir con ellos. Muchos tenemos la dicha de comprobar que, también en esas
familias, sus integrantes quisieran cambiarlas. ¡Es que la familia humana tiene
altos y bajos que la dinamizan para su crecimiento! Sin embargo, no
pertenecemos a ellas por casualidad: hay algo que aportarles y, también, hay
algo que recibir de ellas.
La
Familia de Jesús, María y José es el modelo de la familia en comunión –a imagen
de la Familia Trinitaria- donde cada uno aporta lo que le corresponde, familia
de Misericordia. José, el carpintero, sustento familiar y guía. María, depósito
de la fe más pura, obediente y reflexiva, cuida de ellos. Jesús, obediente,
nutriéndose, aporta sus descubrimientos.
Al
encontrarnos hoy con tan singular Familia, entreguemos a esta todas nuestras
familias, para que sean transformadas por la Misericordia divina.
PENITENCIAL
1.
Pedimos perdón a Dios porque nos olvidamos de nuestras funciones dentro de la
familia y las delegamos en instituciones o personas; de esta manera, la
deterioramos. ¡Señor ten piedad!
2.
Pedimos perdón porque nos olvidamos del amor y la fidelidad prometidos,
destruyendo, así, nuestras familias. ¡Cristo,
ten piedad!
3.
Pidamos perdón a Dios porque nos resistimos a perdonar y nos refugiamos en el
dolor que malas acciones nos pudieron causar. ¡Señor, ten piedad!
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Leeremos el Libro
del Eclesiástico como Primera Lectura. Allí encontramos claves del autor
sagrado -según la visión de su tiempo- para que las familias funcionen correctamente.
Entre sus palabras destaca el ‘honrar’, actitud que implica amor, respeto,
colaboración, a pesar de las ‘anormalidades’ que algún miembro de la familia
pueda manifestar.
SALMO.- Confianza y
obediencia a Dios han de caracterizar la vida familiar. Así nos constituiremos
en benditos que bendicen. Es la aplicación de lo mandado: amar a Dios y a las
personas. Entreguemos nuestra familia y tantas otras al Señor en la alabanza
que nos presenta el Salmo 127.
SEGUNDA.- ¿Cuál ha de ser el
comportamiento vivificador de una familia, de sus integrantes? San Pablo, en su
Carta a los Colosenses, nos lo dirá. Según el Apóstol debe estar caracterizado
por la misericordia, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión y el
perdón; por supuesto, la paz de Dios se manifestará en medio de ella. ¡Siempre
es tiempo para poner en práctica este consejo!
EVANGELIO.- Es san Lucas quien
nos narra una página de la vida familiar de Jesús Niño. Entre los judíos,
cuando los niños varones llegaban a la edad de doce años debían comenzar a
peregrinar a Jerusalén. También Jesús debió hacerlo a esa edad. Pero, sucedió
que, al regreso, sus padres no lo encontraban. Regresaron y lo buscaron hasta que
lo encontraron en el templo, entre los doctores de la Ley, a quienes explicaba
las escrituras. Pasado este suceso siguió viviendo en obediencia a sus padres y
creciendo en edad y sabiduría.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Oramos
por la familia cristiana, por sus pastores y por cada integrante. Para que,
sustentados unos en otros, se vea fortalecida por Tu Santo Espíritu. Roguemos al Señor.
2.
Oramos
por la familia humana. Por todos sus miembros. Por todas sus circunstancias.
Por sus posibilidades de ser mejores personas cada día. Roguemos al Señor.
3.
Por
los padres de familia. Para que valoren la fidelidad y el amor mutuo. Para que
reflejen en su día a día el amor, el respeto y la admiración por cada
integrante del grupo familiar. Roguemos
al Señor.
4.
Por los hijos. Para que el respeto, la
gratitud y el deseo de ser útiles enriquezcan su relación familiar. Roguemos al Señor.
5.
Por
los abuelos, fuente de sabiduría, cuya presencia muchas veces desvalorizamos.
Para que esto cambie positivamente, Señor. Roguemos al Señor.
6.
Por
las familias separadas. Para que el perdón les permita restablecer la admiración
por cada uno de ellos, tengan una relación armoniosa y nutrida en un amor
sincero. Roguemos al Señor.
7.
Por
los hijos rechazados desde el vientre materno, por los abortados. Para que la
vida se abra paso. Roguemos al Señor.
8.
Por
toda forma de violencia en los hogares. ¡Que desaparezca, Señor! Roguemos al Señor.
OFERTORIO
De manos de Jesús, María
y José queremos presentar estas ofrendas
para adorar y alabar el Nombre del Señor:
La familia, como fuente de
nutrición para cada ser humano, es hermoso reflejo de ese Amor de Dios que se
hace vida nueva en cada una de ellas. Al implorar Tus abundantes bendiciones
sobre nuestras familias, te entregamos el
vino y el pan. Van con ellos las fatigas, los trabajos, los éxitos, los
estudios, la responsabilidad, las dificultades, las carencias y las
abundancias, en fin, el amor, de todas
nuestras familias.
ORACIÓN FINAL
¡Padre de Misericordia! Tú
quisiste que tu Hijo Único viniera al mundo como Niño y bajo el amparo de una
Familia. Haz que en la Familia de Nazaret –reflejo de la Familia Trinitaria-
sean bendecidas todas nuestras familias. Amén.
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