XIX Domingo del Tiempo Ordinario 9 de Agosto de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todos ustedes! Reciban la más
fraterna bienvenida a nuestro encuentro de hijos y hermanos con Aquél que nos
amó hasta el extremo de dar Su vida por nosotros, Jesucristo, el Señor, nuestro
único y verdadero Salvador.
Este Domingo profundizaremos un poco más en el tema de
la Eucaristía. Si nos fijamos un poco en las características del que se une a
Cristo Eucaristía –débil, necesitado del amor y la fortaleza de Dios-, así como
las de Aquél a quien se unen –Dios todopoderoso, todo misericordia, vida plena-
comprenderemos el gran poder de nuestra acción de gracias.
Por eso, si hoy sentimos que el desconcierto, la
debilidad o la impotencia se han apoderado de nuestra existencia, demos el paso
de confianza a la vida sacramental y, llenos de fe, experimentemos el amor
sanador, fortalecedor que Jesús nos ofrece.
Por lo demás, las
comunidades claretianas recuerdan durante este mes a los Mártires Claretianos
de Barbastro, 51 cristianos que se negaron a rechazar a Cristo para salvar sus
vidas, las cuales entregaron a Dios sin considerar el precio a pagar. Martirizados
y asesinados por su fe durante la sangrienta persecución religiosa de España,
en 1936, al inicio de la Guerra Civil Española, constituyen ejemplo de lo que
puede implicar seguir a Cristo sin ambigüedades. ¡El premio es la gloria de
Dios!
¡Vivamos esta acción de gracias con los ojos de la fe!
PENITENCIAL
1. Dios no es simple imagen a la cual alumbrar, aunque
esto sea cómodo para nuestra conciencia de ‘católicos practicantes’. Tú eres,
Señor, modelo de amor a imitar. Señor,
ten piedad
2. Nos resulta pesado hablar a Dios de nuestras cosas
o confesar nuestras faltas; pero contamos a cualquier tipo de profesional -y
hasta a los adivinadores- nuestras situaciones y conflictos, sin reparo alguno.
Cristo, ten piedad
3. Vivimos esperando que nos sirvan y nos olvidamos
que Jesús Eucaristía es alimento de fortaleza y unidad para quienes Le reciben.
No repetimos Su ejemplo de entrega y servicio. Señor, ten piedad
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Dios siempre está pendiente de cada uno de sus
hijos e hijas y se dispone a ayudarnos en nuestras situaciones, por difíciles
que éstas sean. Y, aunque Su silencio nos parezca ausencia, no es más que
respeto a nuestra libertad. Así que, no perdamos la esperanza, Dios nos
socorrerá.
SALMO.- Seguidamente daremos gracias al Señor con el Salmo
33. Este es un salmo alfabético, de frecuente uso ya en tiempos de Jesús. Nos
recuerda que el Señor nos salva y que solo en Él encontraremos nuestra dicha y
gozo, a pesar de los duros momentos que podamos estar viviendo.
SEGUNDA.- La segunda lectura es de san Pablo a los Efesios.
Nos recuerda que Cristo nos dio la
Salvación a cuenta de Su gran amor. Por tanto, conviene vivir de acuerdo al
ejemplo de vida que Él nos dio, siguiendo Sus enseñanzas. Así evitaremos
entristecer al Espíritu Santo, quien puede darnos paz para cambiar nuestras
actitudes de violencia activa o pasiva.
EVANGELIO.- San Juan nos relata en su Evangelio que fue una
idea escandalosa para quienes escucharon a Jesús decir que Él era el Pan vivo bajado del cielo. Nosotros
sabemos que eso es cierto: que Jesús se quedó como nuestro alimento en la
hostia consagrada. Él nos fortalece y anima a seguir siempre adelante, buscando
el encuentro definitivo con Dios.
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
Pidamos al Señor la abundancia de Su gracia sobre cada
bautizado. Pidamos por el Papa
Francisco y por cada obispo, sacerdote, religioso o religiosa y por quienes
animan en sus comunidades parroquiales, para que busquen servir con amor en
lugar de servirse del amor. Roguemos al
Señor.
2. Pidamos por quienes tienen el bienestar o el perjuicio de las naciones
en sus manos. Que se hagan conscientes que siempre es posible hacerlo mejor. Roguemos al Señor.
3. Oremos por todos los sacerdotes que han estado presentes en nuestras
vidas. Que la Luz de Cristo ilumine sus ministerios. Encomendamos especialmente
a …. Roguemos al Señor.
4. Por nuestros Misioneros Claretianos, extendidos por todo el mundo. Para
que no dejen secar la sangre derramada por sus Mártires. Que la oración
constante, les ayude a vivir el carácter Cristocéntrico y Mariano dado por su
Fundador, San Antonio María Claret. Roguemos
al Señor.
5. Por quienes viven grandes necesidades materiales; por nosotros, que
podemos socorrerlos, para que lo hagamos. Roguemos
al Señor.
6. Por los padres de familia, para que recuerden sus obligaciones como
Iglesia doméstica que son y se esmeren en cultivar esos grandes tesoros que son
sus hijos. Roguemos al Señor.
7. Por quienes han llegado al final de sus vidas, para que sean saciados de
esa Vida en la cual creyeron y esperaron. Roguemos
al Señor.
8. Por nosotros, que podemos acercarnos en adoración, admiración, amor
profundo y gratitud a Ti, Señor, nuestro alimento para la vida eterna, ¡para
que lo hagamos! Roguemos al Señor.
OFRENDAS
Señor, las situaciones de nuestra vida nos han abatido;
casi ni fuerzas tenemos para seguir adelante; sabemos que en estas especies del pan y del vino Tú te harás
presente sobre el altar. Pero, muchas veces, lo tenemos como una teoría
aprendida y nada más. Hoy queremos ofrendarnos a nosotros mismos en estas ofrendas
para que Te manifiestes a nuestra fe y nos ayudes a unirnos más tarde a Ti
–eucarística o espiritualmente- con conciencia, y abrir las puertas de nuestros
corazones a Tu amor sanador y transformador, Jesús. ¡Gracias, porque siempre
nos escuchas!
Comentarios
Publicar un comentario