Domingo XI Ordinario, Solemnidad del Inmaculado Corazón de María, 14 de junio de 2015




MONICIÓN DE ENTRADA

         ¡Muy buenos días tengan todas y todos! Seamos bienvenidos a celebrar con alegría y emoción el Banquete del Señor.
Aunque ya hayan pasado las grandes celebraciones, hemos de estar claros en que el Señor no cesa de actuar, Él sigue sembrando. Su Palabra es semilla que espera ser llevada a nuestras vidas en abundancia. Y, aunque quienes siembren no alcancen a ver los frutos de su labor, ésta ha de seguir haciéndose y ha de dar frutos abundantes. El ser humano ha surgido del amor providente de Dios; por eso la persona siempre busca señales de Su presencia. A esta búsqueda responde perfectamente la entrega del Hijo Amado y todo lo que nos enseñó y legó. Sólo en Cristo encontraremos la verdadera paz y felicidad
Por estar esta parroquia consagrada a la protección del Inmaculado Corazón de María, hoy celebramos la Solemnidad en su honor, muy vinculada a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, celebrada el día viernes 12 de junio. Cuando honramos al Sagrado Corazón de Jesús celebramos claramente el gran amor de nuestro Señor, hecho patente al morir por nosotros en la Cruz, amor que sigue mostrándonos día a día.
María vivía íntimamente unida a su Hijo, no solamente porque era su Madre, sino porque Ella amaba -y ama- a todos y cada uno de aquellos por los que su Hijo vivió, murió y resucitó de entre los muertos. Su corazón es suficientemente ancho como para incluirnos a todos nosotros en su amor. Ella está con nosotros, en nuestras penas y alegrías, en nuestros fracasos y en nuestros logros, cada día.
Conviene resaltar que hoy se ha iniciado la visita de cuatro días de la CRUZ DE LA VIDA CONSAGRADA que, en sintonía con el Año de la Vida Consagrada promulgado por el Papa, estará constituyéndose en estímulo para renovar nuestra fe en Cristo Jesús y para fortalecer nuestra Comunidad Religiosa Claretiana. ¡Hay que dar cada vez más frutos!
Con profunda alegría pongámonos de pie  e iniciemos este encuentro con la Vida.

PENITENCIAL
1. María se dejó iluminar por Dios. En la Eucaristía pedimos al Señor que nos ilumine. Muchas veces nos dejamos sorprender por otras luces que nos dejan ciegos o no nos permiten ver con claridad los acontecimientos del mundo. ¡Señor, ten piedad!
2. María fue escogida por Dios desde la eternidad. Pero, también, a nosotros Dios nos escoge, todos los domingos, y nos hace sus invitados al Banquete que nos anticipa el cielo prometido. ¿Por qué caras tristes o por qué no participamos con más ímpetu e ilusión en los cantos, en los gestos, en las palabras? ¡Cristo, ten piedad!
3. En María todo es Gracia de Dios. El Señor, en la Eucaristía, a través de su Palabra,  va separando dentro de nuestro corazón la cizaña del grano de trigo bueno que todos llevamos dentro. ¡Señor, ten piedad!

MONICIONES A LAS LECTURAS

PRIMERA: Nuestra primera lectura de hoy procede del capítulo 17 del Libro de Ezequiel. En momentos de derrota, estando en el exilio, el profeta les anima porque un resto de Israel, pueblo humilde y pequeño, llegará un día a superar las maravillas de otros pueblos, pues tendrán un nuevo rey. Se habla de la rama del cedro que, plantada por Dios, crecerá en la espera del Mesías.

SALMO:  El Salmo 91 expresa el profundo agradecimiento del creyente a Dios que, por cuanto reconoce que de Sus Manos lo ha recibido todo, le entrega su alabanza como respuesta a la Misericordia divina, la cual sostiene las buenas obras de quienes siguen y aman al Señor. Por supuesto, es propio dar gloria a la Presencia misericordiosa de Dios en nuestras vidas.
SEGUNDA: Nos encontraremos ante una hermosa exhortación a la esperanza cristiana y a la confianza en Dios que el Apóstol san Pablo dirige a la comunidad de Corinto. Porque anhela estar con Dios, el creyente busca actuar según la voluntad divina para llegar –ojalá que prontamente- a la Patria celestial.
EVANGELIO: San Marcos nos presenta dos parábolas relativas al crecimiento y fructificación de la vida del creyente. Aunque nadie pueda entenderlo, vamos siendo nutridos por la Palabra y, a pesar de los tropiezos y las carencias evidentes, un día se nota cuánto hemos crecido, nuestra fortaleza en Cristo, nuestra capacidad de ayudar a otros.

ORACIÓN DE LOS FIELES

         Cuando ya se acerca el momento en que Cristo se haga presente en su Cuerpo y en su Sangre para todos nosotros les invito a elevar al Señor las intenciones que hay en sus corazones junto con toda la comunidad aquí reunida: (Respondemos:  GRACIAS, SEÑOR)

 1.    Fundaste tu Iglesia, Señor, para que fuera testimonio de la construcción y unidad de tu Cuerpo, hasta llegar a la perfección de tu propia plenitud, la cual Tú bendices.  Por eso Te decimos, GRACIAS, SEÑOR.
2.    Te agradecemos por nuestro Papa Francisco, cimiento de tu Iglesia, para que, fortalecido por Tu Espíritu pueda cumplir la misión que Tú mismo le has encomendado en nombre del Padre eterno.  Por eso Te decimos, GRACIAS, SEÑOR.
3.    El mundo en que vivimos tiene muchas necesidades. Oramos para que María vigile maternalmente sobre él, interceda por él y nos guarde a todos como hermanos en su amor. Que no permita que luchemos unos contra otros; que no nos hagamos sufrir entre hermanos. Por Tu amor providente Te decimos, GRACIAS, SEÑOR.
4.    Te agradecemos por todos los misioneros, particularmente por Severiano, Rubén, Héctor y José Manuel, para que como María, nuestra querida Madre, ofrezcan a Cristo al mundo; y que tengan un corazón grande para amar a todos sin excluir a nadie, pero muy especialmente a los más pobres, débiles y necesitados. Por ellos y por todos los sacerdotes Te decimos, GRACIAS, SEÑOR.
5.    Por todos nosotros, bautizados, que hoy estamos aquí reunidos como hermanos en la fiesta del Corazón de nuestra Madre, para que nuestra fe produzca en nosotros         -como en María- frutos de auténtico amor y servicio para con todas las personas Por esa capacidad de servir Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
6.    Reconocemos que nuestras familias son PEQUEÑAS IGLESIAS DOMÉSTICAS, que deben recomprometerse en su condición de centros de formación y crecimiento en la fe, servicio al prójimo y promoción comunitaria, ‘tierra buena’ para hacer crecer Tu Palabra, Señor.  Por todas nuestras familias Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
7.    Sabemos que hay personas que están confundidas en la fe, que hay niñas, niños y jóvenes que no han encontrado a alguien que, conociendo al Señor, les lleve a Él, y que hay muchos que anhelan recibir a Jesús sacramentado.   ¡Que puedan descubrir la Cruz Redentora en sus vidas! Por todos ellos Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
8.    Te entregamos nuestro país, por el cual Te decimos: GRACIAS, SEÑOR.

Oh Dios bondadoso: Confiadamente te pedimos que María enriquezca nuestra oración con la suya para obtener todos los dones espirituales, por Cristo nuestro Señor.

 MONICIONES DEL OFERTORIO
Cada día debemos renovar nuestra amistad contigo, Señor. Por eso queremos presentarte estas ofrendas:
1.       PADRES Y MADRES / TIERRA: ¡Queremos ser tierra buena que haga crecer la fe de quienes estén en nuestras vidas! En este envase con tierra llevamos al altar nuestro deseo y nuestro compromiso de colaborar en las tareas del anuncio del Evangelio. Llevamos a todos los PADRES Y MADRES, para quienes no siempre es posible ver los frutos de los esfuerzos por formar a los hijos, aunque se confíe en que el Señor siempre nos acompaña.
2.    ESTANDARTE
3.    El ESTANDARTE DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA representa la consagración de cada miembro de nuestra Parroquia al Corazón Inmaculado de María Santísima, en la seguridad de que, a través de Ella, llegaremos al Sagrado Corazón de Jesús.
4.    ¿QUÉ ES UN MISIONERO?
5.    Con María Santísima queremos entregarte, Señor, a nuestros Misioneros Claretianos, “hombres que arden en caridad y que abrasan por donde pasan. Que desean eficazmente y procuran por todos los medios encender a todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada les arredra; se gozan en las privaciones; abordan los trabajos; abrazan los sacrificios; se complacen en las calumnias; se alegran en los tormentos y dolores que sufren y se glorían en la cruz de Jesucristo. No piensan sino cómo seguirán e imitarán a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir,  en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres.”
6.    REPRESENTANTES DE LOS GRUPOS DE APOSTOLADO
7.    Se trata de hombres y mujeres comunes, pecadores y bendecidos con dones –como todas las personas-que buscan organizarse para servir a la comunidad y adorar a Dios a través de apostolados particulares, con su testimonio, la Palabra, la acción, la oración y el sacrificio.
8.    REPRESENTANTES DE LOS SECTORES DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL
9.    Señor, este grupo de hombres y mujeres representan diversos sectores de nuestra comunidad parroquial, dispuestos siempre para obrar el bien en la calle, en la vereda, entre los vecinos. Constituyen oídos que escuchan y manos que actúan. Tú vives en sus corazones, así como María.
10. CRUZ: Signo de la VIDA que muchas veces rechazamos, confianza en la compañía de Dios en los momentos difíciles, manifestación del más grande amor.
11. PAN Y VINO: Nuevamente nuestra fe se viste de gozo al presentar y recibir el  pan y el vino donde creemos que Tú, Señor, Te nos entregarás como alimento para el alma y fortaleza en nuestro caminar.
Por todo esto,  ¡GRACIAS, Señor!

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