Domingo XI Ordinario, 14 de junio de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA

Aunque ya hayan
pasado las grandes celebraciones, hemos de estar claros en que el Señor no cesa
de actuar, Él sigue sembrando. Su Palabra es semilla que espera ser llevada a
nuestras vidas en abundancia. Y, aunque quienes siembren no alcancen a ver los
frutos de su labor, ésta ha de
seguir haciéndose y ha de dar frutos abundantes.
Conviene recordar que el ser humano tiene anhelos
de Dios. Surgido de Su amor providente, la persona siempre busca señales de Su
presencia. A esta búsqueda responde perfectamente la entrega del Hijo Amado y
todo lo que nos enseñó y legó. Sólo en Cristo encontraremos la verdadera paz y
felicidad, ésa que el mundo no nos puede dar.
Con
profunda alegría pongámonos de pie e
iniciemos este encuentro con la Vida.
PENITENCIAL
1.
Nos causa emoción lo oculto, por más que pueda ser peligroso o dañino para
nosotros. Por no entusiasmarnos con las cosas de Dios. Por no ofrecer nuestras
manos allá de donde son necesarias para que Cristo lleve Su Palabra. SEÑOR, TEN PIEDAD.
2.
Pidamos perdón por nuestros egoísmos., sobre todo los que como padres o hijos
hemos cometido. Por creer que todo depende de nosotros y que la culpa siempre
es del otro. CRISTO, TEN PIEDAD.
3.
Queremos una Iglesia deportiva y llena de eventos divertidos, al estilo de
otros lugares. Somos muy exigentes en esto; pero nosotros, en cambio, hacemos
poco por llevar el Reino de Dios a los ambientes donde nos encontramos. SEÑOR, TEN PIEDAD.
MONICIONES A LAS LECTURAS
PRIMERA: Nuestra primera lectura de hoy procede del capítulo 17 del Libro de Ezequiel. En momentos de derrota, estando en el exilio, el profeta les anima porque un resto de Israel, pueblo humilde y pequeño, llegará un día a superar las maravillas de otros pueblos, pues tendrán un nuevo rey. Se habla de la rama del cedro que, plantada por Dios, crecerá en la espera del Mesías.
SALMO: El Salmo 91 expresa el profundo agradecimiento
del creyente a Dios que, por cuanto reconoce que de Sus Manos lo ha recibido todo,
le entrega su alabanza como respuesta a la Misericordia divina, la cual sostiene
las buenas obras de quienes siguen y aman al Señor. Por supuesto, es propio dar
gloria a la Presencia misericordiosa de Dios en nuestras vidas.
SEGUNDA: Nos encontraremos
ante una hermosa exhortación a la esperanza cristiana y a la confianza en Dios
que el Apóstol san Pablo dirige a la comunidad de Corinto. Porque anhela estar
con Dios, el creyente busca actuar según la voluntad divina para llegar –ojalá que
prontamente- a la Patria celestial.
EVANGELIO: San Marcos nos presenta
dos parábolas relativas al crecimiento y fructificación de la vida del
creyente. Aunque nadie pueda entenderlo, vamos siendo nutridos por la Palabra y,
a pesar de los tropiezos y las carencias evidentes, un día se nota cuánto hemos
crecido, nuestra fortaleza en Cristo, nuestra capacidad de ayudar a otros.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Cuando ya se acerca el momento en que Cristo se haga presente en su Cuerpo y en su Sangre para todos nosotros les invito a elevar al Señor las intenciones que hay en sus corazones junto con toda la comunidad aquí reunida: (Respondemos: GRACIAS, SEÑOR)
1.
Fundaste tu Iglesia, Señor, para que fuera testimonio de
la construcción y unidad de tu Cuerpo, hasta llegar a la perfección de tu
propia plenitud, la cual Tú bendices.
Por eso Te decimos, GRACIAS,
SEÑOR.
2.
Te agradecemos por nuestro Papa Francisco, cimiento de tu
Iglesia, para que, fortalecido por Tu Espíritu pueda cumplir la misión que Tú
mismo le has encomendado en nombre del Padre eterno. Por eso Te
decimos, GRACIAS, SEÑOR.
3.
Te agradecemos por nuestros sacerdotes, …, cuyo ejemplo
cada día nos guía y nos orienta en la fe; te rogamos que encuentren Tu consuelo
en sus tribulaciones y Tu fortaleza en sus debilidades. Por ellos y por todos
los sacerdotes Te decimos, GRACIAS,
SEÑOR.
4.
Los bautizados hemos recibido de Dios la plenitud de la
gracia y debemos vivir en el servicio de quien nos la dio, a través del
hermano. Por esa capacidad de servir Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
5.
Reconocemos que nuestras familias son
PEQUEÑAS IGLESIAS DOMÉSTICAS, que deben recomprometerse en su condición de
centros de formación y crecimiento en la fe, servicio al prójimo y promoción
comunitaria, ‘tierra buena’ para hacer crecer Tu Palabra, Señor. Por todas nuestras familias Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
6.
Hay amigos y amigas valientes que se atreven
a hablar de Ti. Se les conoce como ”catequistas”. Haz, Señor, que sean
verdaderos testigos de tu amor, tal y como debemos serlo todos nosotros. Al suplicarte que les bendigas y
multipliques, Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
7.
Sabemos que hay personas que están confundidas en la fe,
que hay niñas, niños y jóvenes que no han encontrado a alguien que, conociendo
al Señor, les lleve a Él, y que hay muchos que anhelan recibir a Jesús
sacramentado. ¡Que puedan descubrir la
Cruz Redentora en sus vidas! Por todos ellos Te decimos GRACIAS, SEÑOR.
8. Te entregamos nuestro país, por el cual Te decimos:
GRACIAS, SEÑOR.
MONICIONES DEL OFERTORIO
Cada
día debemos renovar nuestra amistad contigo, Señor. Por eso queremos
presentarte estas ofrendas:
PADRES / TIERRA
¡Queremos ser tierra
buena que haga crecer la fe de quienes estén en nuestras vidas! En este envase con tierra llevamos al altar
nuestro deseo y nuestro compromiso de colaborar en las tareas del anuncio del
Evangelio. Llevamos a todos los PADRES, quienes a veces no vemos los frutos de
nuestros esfuerzos por formar a nuestros hijos e hijas, pero sabemos que el
Señor nos acompaña.
CRUZ
Signo
de la VIDA que muchas veces rechazamos, confianza en la compañía de Dios en los
momentos difíciles, manifestación del más grande amor.
PAN Y VINO
Hoy
nuestra fe se viste de gozo al presentar y recibir el pan y el vino donde creemos que Tú, Señor, Te
nos entregarás como alimento para el alma y fortaleza en nuestro caminar.
Por
todo esto, ¡GRACIAS, Señor!
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