II Domingo de Pascua, 12 de abril de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA

Dispongámonos para que el Señor se haga
presente en medio de nosotros –como lo hace cada Domingo- y que derrame sobre
nosotros Su Misericordia -que brota de Su costado abierto- y dejemos que
nuestra fe reviva. Que la celebración del Domingo de la Misericordia –por disposición
de nuestro san Juan Pablo II- haga permanecer y aumentar cualquier cambio que
hayamos iniciado durante la Cuaresma y la Semana Santa, para que podamos decir
al mundo –con palabras y actitudes- que nuestro Dios está vivo y sigue actuando
en nuestras vidas.
PENITENCIAL
Nos
sentimos cómodos con nuestro ‘Dios muerto’ y olvidamos que nuestro Dios está
vivo, es Dios de Vida y nos pide que actuemos desde la vida. Señor de Misericordia, ten piedad de
nosotros.
Olvidamos
que, como bautizados, somos esa Iglesia de Cristo. Olvidamos que hablar mal de
la Iglesia es hablar mal de nosotros mismos. Olvidamos hacer nuestro aporte
como comunidad de vida, ayudándola a ser mejor cada día, con oraciones,
sacrificios y actitudes realmente cristianas. Cristo de Misericordia, ten piedad de nosotros.
Nos
preocupamos poco por aumentar nuestra fe, y la llenamos de otras creencias que
nos alejan del Plan de Dios. Señor de
Misericordia, ten piedad de nosotros.
MONICIONES SOBRE LAS
LECTURAS
PRIMERA.- Escucharemos un
fragmento del libro de los Hechos de los Apóstoles como I Lectura; en el mismo
se narra la manera como vivía la primera comunidad cristiana, esto es, la
Iglesia. Si nos fijamos en los detalles que refiere podremos tomar la decisión
de imitarlos y reestructurar nuestro proyecto de vida como Iglesia que somos,
como ‘familia de Dios’, ya que nos anima el mismo Jesús Resucitado.
SALMO.- El Salmo 117 canta -para
nosotros hoy- la alegría del Paso del Señor sobre la muerte, dándonos Su vida.
En tiempos de Jesús, en cambio, se tenía este Salmo como alabanza a los éxitos
militares de Judas Macabeo contra los sirios. Este himno se utilizaba en la
procesión de entrada al Templo durante la fiesta de las tiendas o tabernáculos.
SEGUNDA.- La II Lectura corresponde
a la I Carta del Apóstol San Juan, donde se establece la relación que existe
entre el amor a Dios y a las personas, a través de una vida coherente con el
mensaje de Cristo y el cumplimiento de los Mandamientos. Pues solo así se
construye y fortalece nuestra fe. ¡Que nuestro ejemplo hable de nuestra fe en
Cristo!
EVANGELIO.- Para el evangelista
san Juan la Resurrección de Cristo nos trae un mundo nuevo; y en el ‘primer día
de la semana’ Jesús se hace presente y
les regala a sus discípulos la paz y Su Santo Espíritu. Continúa la narración
hasta el siguiente Domingo, cuando Tomás –quien estaba ausente y no había
querido creer lo que le decían de Jesús- vive su encuentro con el Resucitado.
Hay un reproche –‘No crees si no ves’- y una bienaventuranza –‘dichosos quienes
creen sin haber visto’. ¿Dónde nos ubicamos nosotros?
ORACIÓN
DE LOS FIELES
1.
Oremos por la Iglesia, por el Papa Francisco, por todos los obispos y
sacerdotes para que recuerden que en ellos todo el mundo debe encontrarse con
Jesús. Roguemos al Señor.
2.
Oremos por nuestra parroquia, por quienes la integramos: sacerdotes,
catequistas, grupos parroquiales, todos los que a ella acuden. Que recordemos
que la Pasión y Muerte del Señor deben dar muestras de la Vida del Resucitado en
nosotros dondequiera que estemos. Roguemos
al Señor.
3.
Oremos por quienes sufren en el mundo entero a causa de su fe en Cristo
Resucitado. Oremos por quienes causan tales sufrimientos. Roguemos al Señor.
4.
Supliquemos por el éxito de nuestros proyectos parroquiales. Roguemos al Señor.
5.
Hay gente que cree en cualquier cosa que se les presente. Hay gente que decidió
dejar atrás su fe en Dios. Oremos, pues, por los crédulos y por los incrédulos.
Oremos para que su fe sea iluminada por la Misericordia de Dios y sea
fortalecida en el día a día. Roguemos al
Señor.
6.
Señor, es realmente corto el tiempo que se dedica a la formación de niños y jóvenes para recibir los sacramentos. Haz
que, a pesar de eso y de las limitaciones de la Catequesis, ellos tomen la
decisión de dar al Señor un lugar de privilegio en sus vidas y que se decidan a
conocerlo y amarlo cada vez más. Roguemos
al Señor.
7.
Por las familias implicadas en los procesos de Catequesis, para que el
sacramento que uno de sus miembros reciba les anime a acercarse más a Dios y
asumir un estilo de vida auténticamente cristiano. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
1.
Dice la Palabra que el soldado clavó la lanza en el costado de Jesús y, al
punto, brotó Agua y Sangre. Hoy queremos romper las lanzas que clavamos en
nuestros semejantes para aceptar la paz que nos trae la Presencia del Señor
Jesús. (Se porta una lanza y se rompe al
terminar de escuchar la monición; se coloca ante el altar la palabra ‘Paz’)
2.
Con esta lámpara encendida queremos
representar nuestros corazones, renovados por el Misterio Pascual. (Se porta un cirio encendido; se coloca ante el altar la
palabra ‘Fe’)
3.
Señor, nos enseñaste que solo quien se entrega por los demás, los ama. Estamos
alegres porque podemos encontrarnos siempre con Tu Presencia eucarística. Al
presentar el pan y el vino queremos agradecerte tanto amor. (Se porta el pan y el vino y, una vez entregados, se
coloca la palabra ‘Aleluya’ ante el altar).
ORACIÓN FINAL
Señor, la vida nos
llena de miedo con sus exigencias. Haz que nuestra fe en Ti sea tan grande que
pueda vencer todos esos obstáculos y descubrirte en nuestro prójimo para que seamos
capaces de seguir a Jesús –a quien no hemos visto- y fiarnos de su Palabra y
del testimonio que otros nos han dado de Él. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amé
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