Solemnidad de la Anunciación del Señor, 25 de marzo de 2015
MONICIÓN DE ENTRADA

Confiando en la
presencia amorosa de Dios, presentemos nuestras vidas al Señor con un ‘sí’
generoso.
PENITENCIAL
a) Dejamos a Dios
los segundos que nos sobran, los talentos que no necesitamos y las
circunstancias imprevistas. Y le damos esto si no surge alguien o algo que nos
solucione las situaciones al momento. ¡Señor,
ten piedad!
b) Somos
irrespetuosos con Dios cuando Le exigimos que cumpla nuestra voluntad y ni
siquiera consideramos la posibilidad de dejar que Él haga en nosotros Su
voluntad. ¡Cristo, ten piedad!
c) Rechazamos el
tiempo de oración y de encuentro con Dios; preferimos hacer cadenas que nos garanticen
de Dios tal o cual favor. ¡Señor, ten
piedad!
MONICIÓN A LAS LECTURAS
PRIMERA.- María
es parte de la señal que Dios decide dar a la humanidad como anuncio del tiempo
de la Salvación. La profecía de Isaías sobre el nacimiento del Emmanuel, fue hecha
muchos años antes de que ocurriera. Dios, paciente pero fiel, habría de cumplir
ese sencillo anuncio.
SALMO.- El Salmo
39 es, realmente, un canto de acción de gracias que, además, tiene tintes
cuaresmales. María, la que decide hacer la voluntad de Dios, nada se reserva
para Ella misma. Lo da todo, porque lo espera todo. Se constituye en anuncio
del plan de Dios. Ella está allí para hacer la voluntad de Su Señor.
SEGUNDA.- San
Pablo, en su Carta a los Hebreos, aplica la realidad de Jesucristo a la de todo
fiel que hace la Voluntad de Dios. Sólo
así puede vencer su pecado personal y el de muchos que le rodean. A Jesús tomó
los pecados de toda la humanidad. Nosotros debemos ser ejemplo que otros puedan
imitar en su camino de lucha contra el pecado. María entendió perfectamente que
debía acogerse a la Voluntad de Dios.
EVANGELIO.- Sólo
san Lucas relata este episodio singular, cuando Dios pide permiso a María para
contar con Ella en su Plan de Salvación. La libre decisión de María ha de ser ejemplo
para todo creyente. Su decisión fue abiertamente consciente y responsable.
María permitió al Señor obrar en Ella según Su parecer. Ella sabía que la
fidelidad de Dios la protegería.
ORACIÓN DE LOS FIELES
a) La Iglesia vive
muchas dificultades. Roguemos por ella para que sepa descubrir la Voluntad de
Dios y responder según ella en cada una de sus situaciones. Roguemos al Señor.
b) Encomendamos a
todos los que han respondido que sí al Señor, más allá de su bautismo. Para que
quienes se han decidido en el seguimiento más radical al Señor Le sean fieles y
den abundantes frutos de conversión personal y comunitaria. Roguemos al Señor.
c) Somos
inconstantes y decimos cosas como por salir del paso. Que descubramos la dicha
de la fidelidad al único y verdadero Dios y seamos, cada día, más conscientes
de nuestro sí al Señor. Roguemos al Señor.
d) Rogamos por esa
Iglesia tibia o fría, que se crió en valores humano-cristianos, pero que ha
decidido dejar a Cristo de lado. Roguemos al Señor.
e) Que el amor
maternal de María sane nuestras más profundas heridas y nos capacite para
seguir a Jesús con confianza y decisión personal. Roguemos al Señor.
f) Por quienes
sufren las consecuencias de haber sacado a Dios de sus vidas con decisiones
inadecuadas, para que se encuentren con Tu amor que siempre es fiel y da Vida
verdadera. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
a) Te entregamos,
Señor, este ROSARIO como una manera de decirte sí, al estilo de María, nuestra
Madre. Cada vez que lo rezamos Te podemos descubrir y renovar nuestra entrega a
Ti con María.
b) Presentamos esta
IMAGEN DE MARÍA SANTÍSIMA para recordar nuestro compromiso bautismal de buscar
y cumplir siempre Tu voluntad en nuestras vidas, Señor.
c) Tú, Señor, eres
el origen de todas nuestras más reales alegrías. Cuando Te entregaste por
nosotros decidiste, además, quedarte con nosotros. Llevamos el PAN y el VINO
hasta Tu altar para decirte: ‘¡Gracias, Señor, por Tu amor infinito!’
ORACIÓN FINAL
Dios Padre
Todopoderoso, que tuviste a bien tomar en cuenta la voluntad libre de María para
que, libremente, decidiera si quería participar y colaborar en Tu Plan de
Salvación concédenos, como a Ella, ser testigos fieles de Tu amor y, escuchando
Tu Palabra, responder según Tu voluntad.
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