II Domingo del Tiempo Ordinario 18 de enero de 2015




MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos ustedes! Al darles la bienvenida a nuestro encuentro semanal con el Señor en el II Domingo del Tiempo Ordinario -tiempo que se prolongará en su primera parte hasta la Cuaresma, que comienza el 18 de febrero con el Miércoles de Ceniza- conviene que estemos atentos a la importante función de evangelizadores que nos corresponde desempeñar día a día, pues sólo así podremos animar a otros a desarrollarse como templos del Espíritu Santo que son. ¡Todos lo somos! Debemos, pues, escuchar al Señor que nos habla, actuar según Su Voluntad para, entonces, llevar Su mensaje a otros.
Así que comenzamos este 2015 con un llamado a disponernos para escuchar al Señor. Menos palabras, más contemplación y adoración a Dios, con disposición para cambiar y practicar Su Palabra y amar a quienes tengamos cerca, porque todos lo necesitamos y Dios así lo quiere.  Es que tenemos que ayudarlo a extender Su Reino de amor, de justicia y de verdad.

PENITENCIAL
• Señor, estamos distraídos y no Te escuchamos, aunque sabemos que Te necesitamos. Señor, ten piedad.
• Porque creemos que Tú no haces falta en nuestra casa, donde estudiamos, vivimos o trabajamos; porque Te dejamos fuera de nuestras vidas y Te encerramos en el templo. Cristo, ten piedad.
• Porque acortamos el tiempo que Te regalamos, porque creemos que no Te necesitamos, porque no gustamos de permanecer contigo. Señor, ten piedad

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- Escucharemos la proclamación de un relato del I Libro de Samuel. Comprobaremos que nos sucede que muchas veces necesitamos a alguien que nos enseñe a escuchar la Voz de Dios, tal y como le ocurrió al jovencito Samuel, a quien el Señor comenzó a llamar, pero el joven no reconoció Su voz, porque él nunca antes había escuchado a Dios. Y a ti, ¿quién te enseña a escuchar a Dios?
SALMO.- Desde el dolor del creyente, el salmo 39 es agradecimiento a Dios, quien espera no tantos sacrificios externos u oraciones, que poco tienen que ver con nosotros; por el contrario, Él prefiere que le ofrezcamos de lo nuestro, de nuestra vida de cada día, para que -como Jesús- constituyan nuestra entrega, el sacrificio de nuestro ser, de nuestros tesoros. Él no quiere tantos rituales.
 SEGUNDA.- En su I Carta a los Corintos, san Pablo plantea nuestra condición de Cuerpo de Cristo y morada de Su Espíritu -esto es, somos templo Suyo. Así, hemos de entender que nuestro cuerpo físico es muy importante y debemos utilizarlo para hacer sólo lo que Dios quiere: lo bueno. Es que no podemos salvar el alma sin cuidar lo que hacemos con nuestro cuerpo
EVANGELIO.- ¿Qué creemos que pasaría si Jesús, hoy, nos dijera que quiere mirar dentro de nosotros? ¿Lo dejaríamos o, por el contrario, seguiríamos de largo para evitarlo? Juan relata en su Evangelio cómo Jesús mira a dos elegidos para estar con Él y se produce un profundo e intenso encuentro ‘de corazón a corazón’. Hoy Jesús también quiere encontrarse con cada uno de nosotros. Y espera que decidamos, también, quedarnos con Él.

 ORACIÓN DE LOS FIELES
1.- Por la Iglesia, llamada por el mismo Jesús para entregar Su mensaje al mundo. Para que permanezca en la Presencia del Señor y sea testigo de Amor en nuestro mundo, que tanto lo necesita. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa Francisco, para que transmita con valentía el mensaje de Jesús y sea la voz de los más débiles y olvidados. Para que su llamado lleve a muchos hombres y mujeres buenos a permanecer con Jesús y servirle. Roguemos al Señor.
3.- Por quienes nos reunimos en la Casa del Señor, para que comprendamos que esta casa no tiene paredes reales y todas las personas caben en ella. Para que las ayudemos, porque eso es lo que Jesús haría por ellas. Roguemos al Señor.
4.- Por quienes viven oprimidos por cualquier tipo de violencia, para que la paz toque a todos y reine la armonía y la justicia. Roguemos al Señor.
5.- Por nosotros y nuestras familias, para que recibamos la llamada de Dios con alegría y nos hagamos cercanos a Él. Roguemos al Señor.
6.- Por quienes buscan al Señor, por quienes Le quieren transmitir, por quienes Le han descubierto bajo la apariencia del pan y del vino. Para que aprendamos a escucharle y comunicarle con nuestra vida. Roguemos al Señor.

7.- Por todos los que queremos conocer al Señor Jesús, para que descubramos Su voz en el silencio de nuestra oración personal y en cada momento de nuestra vida diaria. Roguemos al Señor.
8.- Por los niños, niñas y jóvenes de Catequesis; para que, encontrando al Señor, escuchemos Su llamado y Le respondamos permaneciendo junto a Él, siguiendo Su camino.  Roguemos al Señor.

OFERTORIO
1. Nuestros oídos, Señor, se entretienen en los ruidos del mundo. Hoy queremos separarnos un poco de eso y darte un espacio en el silencio, para escucharte. (Unos niños pasan con sus celulares y audífonos y, alegres, deciden dejar el ruido del mundo ante Jesús, para escucharlo).
2. Creemos necesitar muchas cosas para estar bien y olvidamos que en nuestro cuerpo vive el Espíritu Santo. Estos cosméticos nos recuerdan que debemos cuidarlo y vivir y comportarnos esperando la resurrección que ganaste para nosotros.
 3. Queremos que el mundo sea mejor. Comprendemos que podemos colaborar para lograrlo. Te entregamos el pan y el vino que nos harán más parecidos a Ti, Señor. Contigo triunfaremos hasta sobre nuestras propias debilidades. ¡Gracias, Señor!

ORACIÓN FINAL
Señor, creí que podía vivir sin Ti, pero reconozco que me equivoqué. Creí que podía darte un poquito de mí, pero hoy siento que soy para Ti. Creí que nadie Te necesitaba, pero ahora veo que este mundo sin Ti no funciona. ¡Quédate, Señor, con nosotros pues queremos quedarnos contigo!

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