NOVENA DE NAVIDAD: MISAS DE AGUINALDOS Martes 23 de Diciembre de 2014 (Última)
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días
para todas y todos ustedes! ¡Ya ésta
es nuestra última Misa de Aguinaldos! Seguro
que ya estamos bien dispuestos para celebrar la llegada del Dios-con-nosotros,
el Emmanuel, a nuestros corazones.
Durante nueve días
hemos recorrido lugares del Antiguo y del Nuevo Testamento para comprender por
qué Dios se hizo Hombre. ¡Sólo amor! Amor que transforma, amor que da vida, que
vence las tinieblas que alaba a Dios y que hace nuevo a ese ser humano que Tú
creaste. Y en este Adviento que ya
termina, Señor, agradecemos la presencia de María que nos ha centrado en Ti,
Dios nuestro, que siempre actúas en favor de los que menos valen para el mundo.
¡Jesús ven a nuestros corazones!
PRIMERA LECTURA (Mal 3, 1-4. 23-24)
El profeta Malaquías nos describe cuál ha de ser la misión del
profeta. Su descripción nos refiere a Juan el Bautista,
el mensajero que habría de preceder y preparar el camino de Dios para convertir
los corazones de los padres a los hijos y de éstos a sus padres. Tal vez a nuestro pueblo, a nuestras
familias, a cada uno de nosotros, a este mundo de hoy, nos hace falta
reflexionar ante este llamado y abrir nuestros corazones a Aquél que ya viene. Escuchemos.
Lectura de la profecía de Malaquías.
Yo envío a mi
mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su
Templo el Señor que ustedes buscan; y el ángel de la alianza que ustedes desean
ya viene, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el Día de su
venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego
del fundidor y como la lejía de los lavanderos. Él se sentará para fundir y
purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la
plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la
justicia. La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en
los tiempos pasados, como en los primeros años. Yo les voy a enviar a Elías, el
profeta, antes que llegue el Día del Señor, grande y terrible. Él hará volver
el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus
padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (24, 4-5b. 8-10. 14)
/R. ¡Levanten
la cabeza: se acerca la salvación!
·
Muéstrame, Señor,
tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador. /R.
·
El Señor es
bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; Él guía a los
humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. /R.
·
Todos los
senderos del Señor son amor y fidelidad para los que observan los preceptos de
su alianza. El Señor da su amistad a los que lo temen y les hace conocer su
alianza. /R.
ALELUYA
Aleluya /
Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia, ven y salva al hombre que
formaste del barro. / Aleluya
EVANGELIO (Lucas 1, 57-66)
La promesa de Dios se cumple e Isabel da a luz a su
hijo, Juan, en la ancianidad. Conviene que observemos tanto el gozo por la
misericordia de Dios, como la incomprensión ante la respuesta que da Zacarías, el anciano padre, a
Dios. La obediencia a Dios no siempre
cuenta con la aprobación de los nuestros; pero debemos ser valientes. ¿Será que nosotros nos hemos preguntado qué es
lo que Dios quiere para nuestras vidas? Puestos
de pie, escuchemos el relato de san Lucas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Cuando llegó el
tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus
vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se
alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y
querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe
llamarse Juan”. Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese
nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le
pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos
quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y
comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre
la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de
Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se
decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor
ORACIÓN DE LOS FIELES
1.
¿Qué llegará a
ser tu Iglesia, Señor? Haz que testimonie
la grandeza de Tu poder y se manifieste como servidora tuya para la
humanidad. Roguemos al Señor.
2.
¿Qué llegará a
ser de los hombres y mujeres de este milenio? Pedimos que por el anuncio del
Nacimiento de nuestro Redentor seamos llenados de paz y esperanza, convirtiéndose
en causa de felicidad hasta para los que han perdido el sentido de sus vidas. Roguemos al Señor.
3.
¿Qué llegará
a ser de los gobernantes y los poderosos? Ayúdalos a dejar de actuar como
poderosos; y que, desde la humildad, sirvan a los ciudadanos y gocen la paz que descubren quienes viven para adorar a
Dios. Roguemos al Señor.
4.
¿Y qué
llegará a ser de los padres de nuestros tiempos? Haz que sean transmisores del
don precioso de la fe y que su confianza en Dios los lleve a formar buenos
cristianos que modelen la sociedad de los siguientes años. Roguemos al Señor.
5.
Señor, ¿qué será
de nosotros si no perdonamos y pedimos perdón? Creemos que el don de la
humildad y el sincero arrepentimiento por nuestros actos descuidados solucionarían
muchos problemas en nuestras vidas. Que Tu misericordia nos alcance. Roguemos al Señor.
6.
¿Qué llegará
a ser de nuestros difuntos? Creemos en Ti, Señor, y sabemos que no moriremos
para siempre. Te encomendamos el descanso de nuestros difuntos. Te rogamos consuelo
para quienes hoy los lloran. Roguemos al
Señor.
7.
Finalmente,
queremos poner ante Ti, Señor, una intención por quienes organizaron esta
Eucaristía. Cólmalos de lo que necesitan y aparta de ellos lo que les daña o
aleja de Ti. Transfórmalos según Tu gran Misericordia. Roguemos al Señor.
OFERTORIO
LUCES
Queremos ser luz que
Te anuncia y lleva a todos los lugares. Queremos alejar el pecado. Necesitamos
de Tu Luz, Señor.
FLORES (DE NAVIDAD)
Estas flores se
ofrendan como voluntad y súplica de renovación de la vida en nuestros hogares,
en la familia Claretiana, en nuestras instituciones.
DEVOCIONES (Rosario,
imágenes de la Virgen o algún santo)
Unida ha de permanecer
la familia que se reúne para orar, para encontrarse contigo, Señor.
LA FAMILIA DE BELÉN
En esta Familia queremos
consagrar todas las nuestras a la Familia de Nazaret, para que sean fermento de
un mundo nuevo que viva tu Palabra desde la sencillez de sus hogares.
ALIMENTOS
Hay muchos vecinos
que están pasando necesidades. Estos alimentos son un pequeño aporte para ellos
y un mensaje: los amamos y respetamos,
queremos que sean felices y –como muchos otros lo han hecho- que haya
prosperidad.
COLECTA
Te entregamos,
Señor, esta colecta hecha entre los vecinos y aquí en el templo, para hacernos
uno con tus sacerdotes y ayudar a mantener éste, nuestro templo. Bendice la
economía de nuestras familias, a nuestros protectores y benefactores y danos un
corazón generoso.
EL ALIMENTO: CÁLIZ Y
VINAJERAS
Dulce Jesús Niño,
sabemos que eres el más precioso regalo que Dios nos haya dado para la vida.
Sabemos que Tu entrega Te llevó a la Cruz –en la más perfecta y total donación
del amor. Por eso Te presentamos el pan de nuestro trabajo, el vino de nuestras
vidas, para que realices nuevamente el Milagro Eucarístico de Tu Presencia
sanadora y transformadora.
Por todo esto,
¡gracias, Señor!
ORACIÓN FINAL
Oh, Jesús Niño, ¡Señor
Dios nuestro! Vivimos en un mundo lleno de numerosas lucecillas que nos animan
a salir del camino que conduce a Ti. Danos Tu Luz en nuestros corazones para
que distingamos claramente lo que viene de Ti, sin importar lo que otros nos
señalen. Amén
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