II Domingo de Adviento 7 de diciembre de 2014



MONICIÓN DE ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos ustedes! Al darles la más cordial bienvenida a nuestra celebración del II Domingo de Adviento, les queremos entregar una hermosa palabra: la ESPERANZA. ¿Qué podría hacer alguien si no tiene esperanza? Sueños, ilusiones y proyectos se desvanecen cuando falta la esperanza; nos salimos del camino que nos conduce a la meta de llegada y fracasamos.
Y, a propósito de caminos, hay algunos que debemos enderezar en nuestras vidas, allanarlos. Podemos comenzar por los que tienen que ver con nuestras propias familias y aquellos círculos más cercanos a nosotros. ¡Seguro que tu Palabra será guía y Luz en ese, nuestro caminar! Así podremos celebrar el cumpleaños de Jesús con alegría profunda.
Que comencemos esta nueva semana vigilantes de nosotros mismos y llenos de esperanza por la próxima llegada de nuestro Salvador. Rezando, leyendo la Palabra de Dios, frecuentando los sacramentos y sirviendo a quienes nos rodean, seguro que lograremos seguir los pasos del María, la Madre del Adviento, para llegar a Jesús.

PENITENCIAL
1. Al acercarse la Navidad, preguntémonos: ¿Somos cristianos o simples decoradores de espacios?, ¿preparamos nuestras vidas al Niño Dios o nos contentamos con ser acomodadores y utilizadores de las cosas que compramos? Señor, ten piedad
2. ¡Llega el Señor! ¿Damos sentido a nuestras vidas sirviendo y consolando al que nos necesita? ¿Nos importa hacer que los que están tristes puedan sonreír? Cristo, ten piedad
3. ¡El Señor se establece en medio de nosotros! ¿A quién adoramos: al Niño que recordamos en el Pesebre o al viejo bonachón que da regalos? Señor, ten piedad

CORONA DE ADVIENTO: BENDICIÓN DEL SEGUNDO CIRIO (Antes de la Oración Colecta)
Dios Padre nuestro, que derramas sobre todos tus hijos tu misericordia infinita, haznos sensibles a la actitud que Tú esperas en nosotros para recibir adecuadamente a tu Hijo amado, Jesucristo. De manera que,  al encender este segundo cirio de la Corona de Adviento que bendecimos en tu Nombre, renovemos nuestro compromiso de ser voz para anunciar Su llegada, camino que lleve hacia Él nuestros pasos, instrumento del gran amor que nos trae el Dios-con-nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.

ENCENDIDO DEL SEGUNDO CIRIO / ORACIÓN DE ADVIENTO DE LA FAMILIA
(La familia designada enciende el segundo cirio. Mientras caminan hacia el lugar de la Corona, se lee la Oración)
Señor, vivimos tiempos de oscuridad. ¡Ven a nuestros  corazones, a nuestros hogares, para que podamos llevar tu Luz!
Señor, vivimos nuestra fe con mucha comodidad. ¡Ayúdanos a esforzarnos para que nuestras vidas se vuelvan productivas para el Reino de Dios!
Señor, el mundo cree que Dios no hace falta. ¡Toca nuestros corazones con la dulzura del Niño de Belén de manera que, cada vez más, escuchemos a Dios Padre y lo entreguemos a todos! Amén


MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- El fragmento del profeta Isaías que escucharemos seguidamente nos anima a consolar; es que sólo a través del ejercicio de la misericordia se darán las condiciones para el reinado de Dios quien, como buen pastor que es, cuidará de quienes le han sido confiados.  
SALMO.- La misericordia y la fidelidad son dos cualidades absolutamente atribuibles a Dios. La justicia y la paz, por otra parte, son dos frutos de quienes se acogen al amor transformador del Señor. El salmo 84 nos alienta a colaborar con estas prácticas a nuestra salvación.
SEGUNDA.- La Segunda Carta de san Pedro -cuyo fragmento escucharemos como segunda lectura de hoy- se refiere a la paciencia de Dios que siempre espera que nos convirtamos, esto es, que cambiemos las actitudes injustas, que nos alejan de la paz verdadera. Así, viviendo en paz y con misericordia, evitaremos los reproches que nos harán muy amargo el día del Señor. 
EVANGELIO.- Dentro del ciclo B se comienza hoy la lectura del Evangelio de San Marcos. Nos presenta el anuncio precursor de Juan, el Bautista, sobre la llegada del Mesías. Al impulsarnos con el ejemplo y la palabra a hacer lo correcto, lo que da vida, lo que Jesús nos enseñaría, Juan no duda en empequeñecerse a sí mismo ante la figura del Señor, quien nos bautizaría con Espíritu Santo. Es que sólo Dios ha de ser nuestra esperanza.

ORACIÓN DE LOS FIELES
1. Jesús es el Camino. Que la Iglesia nos enseñe y guíe para hacer el recorrido de nuestras vidas sin desviarnos, atrayendo a todos al Señor. Roguemos al Señor.
2. Jesús es la Palabra de Dios. Que las palabras que salgan de nuestros labios edifiquen, corrijan y proclamen la grandeza del Dios Uno y Trino, según las posibilidades y necesidades de este milenio. Roguemos al Señor.
3. Jesús es el que sirve. Que dejemos las actitudes cómodas y nos constituyamos en servidores por amor a Dios y a quienes comparten nuestras historias personales. Roguemos al Señor.
4. Navidad es tiempo de esperanza. Que se renueve nuestra esperanza ante el misterio del Dios que se hace pequeño para salvarnos. Que gocemos de las pequeñas cosas y momentos para que, así, pueda ser transformado lo grande, lo permanente. Roguemos al Señor.
5. Navidad es tiempo de cambios. Que nos decidamos a dejar atrás todo lo que nos daña a nosotros y a quienes nos rodean. Que asumamos hábitos cristianos que nos permitan conocer y amar más a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.

OFRENDAS
1. Señor, te entregamos nuestra voluntad de proclamar ante el mundo que la Navidad es la Fiesta de la Natividad de Jesús, a quien hemos de adorar. Este megáfono indique la fuerza y el empeño que tenemos que ponerle a nuestra tarea.
 2. Queremos unirnos a san Juan Bautista. Como no tenemos su fotografía, lo representamos con esta vara. Con él anunciaremos la grande obra que Tú, Señor, viniste y vienes nuevamente a hacer en este mundo que tanto te necesita.
3. Ésta es la Ofrenda por excelencia: el pan y el vino. Uniéndose a tu entrega personal de salvación, Señor, te entregamos nuestras situaciones personales, familiares, laborales y comunitarias. Gracias por tanta paciencia y misericordia que has tenido y seguirás teniendo para con todos nosotros.

ORACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Señor Jesús, sabemos que estas presente en medio de nosotros con tu Cuerpo y con tu Sangre. Sabemos que no vienes a nosotros por nuestros méritos sino por tu gran Amor. Ilumina los ojos de nuestra fe para poder reconocer en Ti a aquel Niño a quien María dio a luz y cobijó entre humildes pajas, de manera que tu Presencia en nosotros pueda crecer día a día. Te entregamos todas las capacidades de nuestro ser para alabarte. Te agradecemos tan discreta Presencia, en esa humilde Hostia, así como el inmenso amor con que nos envuelves. ¡Bendito seas, Jesús Eucaristía! Amén.  

ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, que por amor a cada ser humano  aceptaste abajarte y, adquiriendo la condición humana en todo menos en el pecado,  quisiste darnos la Salvación, te rogamos, en atención a los méritos de tu Madre, María Santísima, que nos llenes de valor para mantenernos en el camino de fidelidad a Ti que nos conduzca al Padre. Amén.







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