II Domingo de Adviento 2014,con niños
MONICIÓN DE
ENTRADA
¡Muy buenos días para todas y todos ustedes! Al darles la
más cordial bienvenida a nuestra celebración del II Domingo de Adviento, les
queremos entregar una hermosa palabra: la ESPERANZA. ¿Qué podría hacer alguien
si no tiene esperanza? Sueños, ilusiones y proyectos se desvanecen cuando falta
la esperanza; nos salimos del camino que nos conduce a la meta de llegada y
fracasamos.
Y, a propósito de caminos, hay algunos que debemos
enderezar en nuestras vidas, allanarlos. Podemos comenzar por los que tienen
que ver con nuestras propias familias y aquellos círculos más cercanos a
nosotros. ¡Seguro que tu Palabra será guía y Luz en ese, nuestro caminar! Así
podremos celebrar el cumpleaños de Jesús con alegría profunda.
Que comencemos esta nueva semana vigilantes de nosotros
mismos y llenos de esperanza por la próxima llegada de nuestro Salvador.
Rezando, leyendo la Palabra de Dios, frecuentando los sacramentos y sirviendo a
quienes nos rodean, seguro que lograremos seguir los pasos del María, la Madre
del Adviento, para llegar a Jesús.
1. Al acercarse la
Navidad, preguntémonos: ¿Somos cristianos o simples decoradores de espacios?,
¿preparamos nuestras vidas al Niño Dios o nos contentamos con ser acomodadores
y utilizadores de las cosas que compramos? Señor,
ten piedad (Niños portan un letrero: Jesús está por nacer)
2. ¡Llega el Señor!
¿Damos sentido a nuestras vidas sirviendo y consolando al que nos necesita?
¿Nos importa hacer que los que están tristes puedan sonreír? Cristo, ten piedad (Niños portan un letrero: Junto a Jesús
ayudamos)
3. ¡El Señor se
establece en medio de nosotros! ¿A quién adoramos: al Niño que recordamos en el
Pesebre o al viejo bonachón que da regalos? Señor, ten piedad (Niños portan un letrero: Jesús es mi Señor)
CORONA DE ADVIENTO: BENDICIÓN DEL SEGUNDO CIRIO (Antes
de la Oración Colecta)
Dios Padre nuestro,
que derramas sobre todos tus hijos tu misericordia infinita, haznos sensibles a
la actitud que Tú esperas en nosotros para recibir adecuadamente a tu Hijo
amado, Jesucristo. De manera que, al
encender este segundo cirio de la Corona de Adviento que bendecimos en tu
Nombre, renovemos nuestro compromiso de ser voz para anunciar Su llegada,
camino que lleve hacia Él nuestros pasos, instrumento del gran amor que nos
trae el Dios-con-nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.
ENCENDIDO DEL SEGUNDO CIRIO / ORACIÓN DE ADVIENTO DE
LA FAMILIA
(La familia designada coloca el cirio verde -cuya llama colocará un niño- y recibe de otro niño el segundo gesto, la mula y el buey -, que colocarán sobre el primer escalón, algo más alto y cerca del altar que el primero, que ya estará colocado).
Mientras caminan hacia el lugar de la Corona, algún monitor lee la Oración)
Señor, vivimos
tiempos de oscuridad. ¡Ven a nuestros
corazones, a nuestros hogares, para que podamos llevar tu Luz!
Señor, vivimos
nuestra fe con mucha comodidad. ¡Ayúdanos a esforzarnos para que nuestras vidas
se vuelvan productivas para el Reino de Dios!
Señor, el mundo cree
que Dios no hace falta. ¡Toca nuestros corazones con la dulzura del Niño de
Belén de manera que, cada vez más, escuchemos a Dios Padre y lo entreguemos a
todos! Amén
MONICIONES
SOBRE LAS LECTURAS
PRIMERA.- El fragmento
del profeta Isaías que escucharemos seguidamente nos anima a consolar; es que
sólo a través del ejercicio de la misericordia se darán las condiciones para el
reinado de Dios quien, como buen pastor que es, cuidará de quienes le han sido
confiados.
SALMO.- La
misericordia y la fidelidad son dos cualidades absolutamente atribuibles a
Dios. La justicia y la paz, por otra parte, son dos frutos de quienes se acogen
al amor transformador del Señor. El salmo 84 nos alienta a colaborar con estas
prácticas a nuestra salvación.
SEGUNDA.- La Segunda
Carta de san Pedro -cuyo fragmento escucharemos como segunda lectura de hoy- se
refiere a la paciencia de Dios que siempre espera que nos convirtamos, esto es,
que cambiemos las actitudes injustas, que nos alejan de la paz verdadera. Así,
viviendo en paz y con misericordia, evitaremos los reproches que nos harán muy
amargo el día del Señor.
EVANGELIO.- Dentro del
ciclo B se comienza hoy la lectura del Evangelio de San Marcos. Nos presenta el
anuncio precursor de Juan, el Bautista, sobre la llegada del Mesías. Al
impulsarnos con el ejemplo y la palabra a hacer lo correcto, lo que da vida, lo
que Jesús nos enseñaría, Juan no duda en empequeñecerse a sí mismo ante la
figura del Señor, quien nos bautizaría con Espíritu Santo. Es que sólo Dios ha
de ser nuestra esperanza.
ORACIÓN DE LOS
FIELES
1. Jesús es el Camino. Que la Iglesia nos enseñe y guíe
para hacer el recorrido de nuestras vidas sin desviarnos, atrayendo a todos al
Señor. Roguemos al Señor.
2. Jesús es la Palabra de Dios. Que las palabras que
salgan de nuestros labios edifiquen, corrijan y proclamen la grandeza del Dios
Uno y Trino, según las posibilidades y necesidades de este milenio. Roguemos al Señor.
3. Jesús es el que sirve. Que dejemos las actitudes
cómodas y nos constituyamos en servidores por amor a Dios y a quienes comparten
nuestras historias personales. Roguemos
al Señor.
4. Navidad es tiempo de esperanza. Que se renueve nuestra
esperanza ante el misterio del Dios que se hace pequeño para salvarnos. Que
gocemos de las pequeñas cosas y momentos para que, así, pueda ser transformado
lo grande, lo permanente. Roguemos al
Señor.
5. Navidad es tiempo de cambios. Que nos decidamos a
dejar atrás todo lo que nos daña a nosotros y a quienes nos rodean. Que
asumamos hábitos cristianos que nos permitan conocer y amar más a Dios y al
prójimo. Roguemos al Señor.
OFRENDAS
1. Señor, te entregamos nuestra voluntad de proclamar
ante el mundo que la Navidad es la Fiesta de la Natividad de Jesús, a quien
hemos de adorar. Este megáfono
indique la fuerza y el empeño que tenemos que ponerle a nuestra tarea.
2. Queremos
unirnos a san Juan Bautista. Como no tenemos su fotografía, lo representamos
con esta vara. Con él anunciaremos
la grande obra que Tú, Señor, viniste y vienes nuevamente a hacer en este mundo
que tanto te necesita.
3. Ésta es la Ofrenda por excelencia: el pan y el vino. Uniéndose a tu
entrega personal de salvación, Señor, te entregamos nuestras situaciones
personales, familiares, laborales y comunitarias. Gracias por tanta paciencia y
misericordia que has tenido y seguirás teniendo para con todos nosotros.
ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, que por amor a cada ser humano aceptaste abajarte y, adquiriendo la
condición humana en todo menos en el pecado,
quisiste darnos la Salvación, te rogamos, en atención a los méritos de
tu Madre, María Santísima, que nos llenes de valor para mantenernos en el
camino de fidelidad a Ti que nos conduzca al Padre. Amén.
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